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Flashback

Estaba sentada en el camerino, esperando ansiosa el momento en que le dieran la orden de pasar al estudio de fotografía. Ya la habían terminado de maquillar, peinar y vestir cual muñeca, y fue entonces que una llamada entró a su móvil.

¿Suegra?

Somi, tengo algunas cosas que hablar contigo, ¿Puedes venir?

Lo siento, hoy fue mi primer día en la empresa y justo ahora no puedo ir a verla.

Escuchó a través de la bocina el fuerte y molesto bufido de la madre de Jungkook.

Ven a mi casa en cuanto salgas, pero antes quiero pedirte un favor.

¿Un favor?

Taehyung me contó que todos en la empresa tienen el privilegio de unas largas horas de descanso para el almuerzo, así que me gustaría que vayas a tu casa y le prepares la cena a Jungkook, ya que no estarás en tu casa cuando él llegue, ya que estarás conmigo. Somi estaba realmente confundida, no entendía por qué su suegra le estaba dando órdenes extrañas tan de pronto, y luego, la escuchó hablar de nuevo. -Escucha... —Su voz sonaba más calmada. —Sé que tú y Jungkook no están bien, él vino a contarmelo, y antes de que te enojes, déjame decirte que yo sé cómo puedes arreglarlo, y hacerle la cena es un gran primer paso para ello.

En serio esto es una locura... —Murmuró.

Bueno, la forma en que le pediste te diera un hijo tampoco fue tan inteligente de tu parte. —Se defendió, y Somi sintió su cara arder al darse cuenta de que su suegra también se enteró de eso. Vaya, ella ya era consciente de que no fue la mejor decisión, ¿Era necesario humillarla así?

Bien, le haré la cena.

Hazle creer que te nació hacerlo.

Está bien...

Te espero en mi casa en cuanto salgas de trabajar.

—¡Jeon Somi!

El grito del secretario le hizo regresar a la realidad en un salto en su lugar, notando que sus compañeras le veían raro, todos expectantes a que saliera a modelar al pasillo en donde estaban ensayando para la próxima pasarela.

—Lo siento... —Murmuró al sentirse avergonzada, no sabía cuánto tiempo pasó sin reaccionar, pero a juzgar por el ambiente y las caras de todos ahí, seguro fue mucho. Tomó aire suficiente, alineó su postura y como toda una profesional, caminó con gracia, posó y regresó tras de escena.

—No puedo creer lo profesional que eres.

Mina, su compañera sonriente se acercó a ella hasta sentarse a su lado. El día anterior fue el primer día para ambas, y la pelinegra saludó sonriente a Somi, quien feliz le devolvió el saludo, le agradaba que alguien se acercara a ella, pues desde siempre detestó el sentimiento de estar sola.

—En serio, fue demasiado vergonzoso. ¿Cuánto tiempo me quedé así?

—Uhm... ¿Un minuto? ¿Tal vez?

—Ay no... —Escondió su rostro entre sus manos, y Mina rió ante la exageración de Somi.

—De verdad, no te preocupes tanto por eso. —Trató de consolarla. —A cualquiera le puede pasar.

—Tal vez tengas razón...

—¡La sesión ha terminado! —La voz del director sonó por el altavoz de su megáfono.

EN LA AVENIDA MAPO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora