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Antes que nada, quiero disculparme por no respetar lo que prometí, si te molesta que haga esto, házmelo saber y me detendré de inmediato.

Hola, Jimin, ¿Cómo has estado? Espero que bien. Realmente lo espero.

Yo he estado bien, aunque por el trabajo casi no tengo tiempo, pero, sinceramente, hago las cosas sin ganas, porque no sé si te lo mencioné, pero odio mi trabajo.

De regreso a casa no pude evitar pensar en tí cuando me detuve en el semáforo de la avenida Mapo, cerca de donde vives, porque ahí te ví por primera vez, y también te recordé al pasar a lado de aquel puesto de comida callejera, donde nos hablamos por primera vez.

Recuerdo que atrapaste mi atención desde que te ví hacer esos increíbles movimientos en la calle, tenías algo que no supe descifrar en el momento, entonces lo único que quería saber era tu nombre, y, junto a mi amigo Seokjin, pasé algunos obstáculos para lograrlo, para que al final terminaras diciéndomelo tú mismo.

He estado pensando en que ya hemos compartido algunas experiencias juntos, y pensar en ello, me trae una felicidad enorme, porque haberte conocido me distrajo de mi vida rutinaria e insípida, y quisiera agradecerte por eso.

Esta carta tiene la finalidad de hacerte saber que no te he olvidado, es más, no he dejado de pensar en tí ni un segundo, además de querer que seas consciente del peso que has tomado en mi vida, y que estoy plenamente agradecido por eso.

Te enviaré cartas más seguido, pero ya sabes que si te incomoda o interfiere con tus pensamientos, puedes decírmelo y me alejaré justo como me lo pediste.

Te espera: Jungkook.

Jimin acarició con la yema de su dedo índice los bordes de la tipografía del castaño y volvió a doblar la hoja al terminar de leer. El contenido de la carta era breve, pero estaba lleno de sentimientos revelados hacia Jimin, sentimientos que eran recíprocos, y que sea reavivaron en el corazón del pelinegro conforme iba leyendo cada renglón.

No sabía cómo interpretar los frenéticos latidos que sentía, no sabía si debía enojarse porque su pedido no fue respetado, o alegrarse porque Jungkook le dedicó un escrito, algo que amaba hacer, una carta, algo que jamás había recibido. Con dificultad, guardó el papel en el sobre blanco donde venía, lo escondió en el bolsillo de sus pantalones de pijama, y posteriormente salió del baño.

—¿Todo bien? —Preguntó la castaña que había llegado un par de minutos antes de que Jimin entrara al baño.

—Uhm, sí. —Contestó simplemente, y aprovechó que la castaña le dió la espalda para dirigirse a la estufa, así, guardó la carta en el buró a un lado de su cama.

—Pensé que te fuiste por la tubería o algo así. —Bromeó mientras se acercaba a la cama. —Mientras, te preparé un sándwich. 

—Oh, muchas gracias. —Sonrió mientras observaba a la enfermera acercarse con un plato extendido y el sándwich en medio.

Jessi se sentó en la orilla de la cama ofreciendo el plato a Jimin, el pelinegro lo tomó con su mano sana, pero casi se le cayó, entonces la castaña notó que Jimin evitaba tocar el plato con su mano herida.

—Ya estás mucho mejor, ya puedes tomar cosas con tus dedos de la mano derecha, ¿Por qué no tomas el plato con ambas manos?

Jimin carraspeó, internamente buscando alguna excusa, pero Jessi fue más rápida en tomar su brazo y extender su mano derecha frente a ella.

—¡E-espera! —Intentó detenerla oponiendo fuerza, pero eso sólo ocasionó dolor, haciéndolo darse por vencido.

Jessi quitó la muñequera y la venda de forma rápida, y ahogó un grito al ver la mano dañada.

EN LA AVENIDA MAPO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora