👑 Capítulo 23👑

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Me quedo de pie mientras veo como Kylliam saca una pistola de la parte trasera de su pantalón y comienza a disparar en contra de los tres hombres, los sonidos de los disparos hacen que el corazón se me acelere. Sé que debo obedecer a Kylliam, que debo correr, pero mis piernas simplemente no reaccionan a las órdenes de mi cerebro.

—¡Eva! —me grita sin dejar de disparar—. ¡¿Qué haces ahí parada?! ¡Corre!

Lo miro correr hasta ubicarse detrás de un foco de luz y cubrirse de los disparos mientras a cada rato sale y ataca , también lo veo gritarme con frustración pero ya ni siquiera sé lo que me dice. Todo lo que siento es un zumbido horrible en mis oídos y siento como voy perdiendo poco a poco la fuerza. Los disparos se comienzan a escuchar lejanos y la vista se me comienza a tornar borrosa.

Justo cuando pienso que voy a caer siento unos brazos apretarme y agarrarme por los hombros, para luego ver la mirada preocupada de Kylliam frente a mí.

—Vamos a salir de esto juntos —me dice y luego siento como me levanta en brazos y comienza a correr conmigo a cuestas. Cierro los ojos y caigo en una profunda oscuridad.

(...)


—Eva —la voz de Kylliam se va escuchando cada vez más cercana mientras siento sus manos tocarme el rostro—. Vamos abre los ojos.
Siento una superficie dura debajo y me remuevo un poco sintiendo un cuerpo en mi espalda.

—Eso es, despierta —abro mis ojos lentamente y al instante llevo mis manos a la cabeza debido al dolor.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta.

Y todo me llega en bucle, los hombres, los disparos, Kylliam. Me giro al instante y comienzo a examinar todo a nuestro alrededor. Estamos en un callejón, ambos sentados en el suelo y yo de espaldas a él, recostada de su cuerpo.

—¡Tenemos que salir de aquí! —me pongo de pie presa de pánico al instante y él se levanta rápidamente.

Las manos comienzan a temblarme y siento como poco a poco se me hace más pesado respirar. Siento debilidad y me recuesto de la pared del edificio sintiendo que me asfixio pero con la idea fija de que estamos en peligro.

—Ky… ¡Vamo…! —comienzo a toser desperadamente y lo tomo por la mano para irnos pero él me detiene.

—Tienes que calmarte Eva —sus manos van a mi rostro y me aprisiona contra la pared, eso en vez de ayudarme me altera más.

¡¿Qué no entiende que tenemos que huir?!

—¡No! —la voz se me corta y las lágrimas comienzan a desceder por mi rostro.

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