LIERS AND REVENGE.

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—Natasha, tengo una hipótesis. Pero no va a gustarte.

—Solo habla, Hawk. Tuve suficiente por hoy, nada podría sorprenderme.

—Sucede que somos alfas de alto rango. Estás cosas no nos sucedían ni cuando estábamos en las misiones como principiantes de lo desconocido. — bromeó, poniendole algo de humor al asunto, que fue conseguido al escucharla reír.

—Tienes razón, recuerdo la misión en Budapest. Nada se compara a esa.

—Concuerdo, ¡Pero, pero, pero! No nos vayamos de tema. He aquí, mi gran hipótesis. — hizo una pausa por unos segundos, queriendo crear tensión al asunto. —Siento que ya no es broma lo del destinado.

Por supuesto que no era broma, no lo fue cuando lo dijo en el jet, tampoco lo fue cuando lo primero que pensó al tener a ese mutado a metros de él fue en lo atrayente que era su aroma, su persona, todo en sí. Fueron minutos, como máximo, pero se sintieron eterninades para él.
Ahora puede irse a un psiquiátrico tranquilamente, nunca creyó en el amor a primera vista, ¿Por qué ahora sí?, Ese omega casi le perfora el hombro, ¿Y lo único en que piensa es que su sonrisa era linda? ¿Que carajos te pasa, Francis?

—No llamaré al loquero solo porque eres mi mejor amigo. ¿Puedes decirme que bicho te picó?, ¿Estás diciéndome esto porque no quieres que lo mate a él y a su hermana?

—¡No, Nat!, Solo piénsalo. Cuando Scarletwitch soltó sus feromonas, te cegaste completamente, como si lo único que quisieras es tener a esa omega a tu lado.

—Y después puso mis peores pesadillas en primera persona, claro que la querría a mi lado. — respondió con sarcasmo.

—A lo que voy, es que, hay una probabilidad de que sea mi alma gemela, sean, nuestras almas gemelas. Por algo nuestros lobos no querían lastimarlos, por una razón cedimos a ellos.

—Si fueran nuestros destinados, eso debería ser recíproco, Barton. ¿Crees que el omega interno de ese velocista dejaría que te clave una flecha?, O miremos por mi lado, ni en sueños mi destinado permitiría verme sufrir por algo que el mismo causo. — y ahí estaba romanoff, dándole un golpe hacia la realidad de la que buscaba escapar. —Es tarde, Clint. Vayamos a dormir y mañana hablaremos mejor. Solo intenta quitarte esas ideas en mente.

La rusa se despidió, dándole un pequeño beso en su frente y yendo hacia los cuartos del complejo. Pero claro, ahí seguía hawkeye, sin creerse completamente lo dicho por la alfa.
Vió duda en ese omega, era extraño, nadie dudaba cuando tenía a su enemigo débil y desarmado. Nadie dudaba cuando podía asesinarlo. Entonces, ¿Por qué él si?

—Les diré una vez más como proseguiremos con el plan. Asique escuchen bien. — Bucky, quien tenía un plano del complejo de los vengadores junto a las fichas de cada integrante, habló. —Tenemos dos objetivos claves que nos ayudarán a que todo se nos facilite. Si los tenemos a ellos, tenemos a todo el equipo: Clinton Francis Barton y Natalia Romanova, o Natasha Romanoff.

—¡Me gusta como va esto!, ¡Varios pagaban millones por tener la cabeza de uno de ellos! Los mercenarios con los que comía a veces decían cosas buenas de ellos.

—Mudz, no los mataremos. — aclaró Pietro, pellizcando la mejilla del anterior mencionado.

—Wanda, con tus poderes, irás hacia ellos para eliminar de sus mentes algún tipo de recuerdo dónde hayan visto sus rostros. Así será más sencillo que se ablanden, y bajen la guardia. Con esto, haremos que sean atrapados en sus redes, metafóricamente, y sin tener contacto alguno con los otros vengadores. Cuando ocurra, quizás quieran llevarlos con ellos para presentarlos como algo más formal. Ahí es donde comenzará lo bueno, pues estando dentro de las instalaciones, será más fácil analizar todo y saber que clase de armamentos son los que tienen. Con ello, estaremos atentos a las debilidades de Stark, la familia siempre es un punto débil pero...Será un último recurso.

—Quedamos en que mi babyboy no saldría lastimado, greñudo. Espero que eso se mantenga así.

—Cumplo mi palabra, Wilson. Aún así, teniendo toda esa primer fase hecha, es donde entraremos con el jefe y su ejército para acabarlos. — sonrió al decir esto último, puesto que aunque era algo privado de las conversaciones pasadas con ese alfa, era momento de decirlo.

—Lo único que puedo decir es que estoy realmente impresionada de lo que planean. Quizás...Lo que tengamos no sea una maldición, puede traernos grandes beneficios. Pero mientras sigamos juntos, todo será más fuerte.

A pesar de lo que cada uno tenía en mente, venganzas, desconciertos, ambiciones, o simplemente hambre, mantenían ese ambiente ameno, como el que tuvieron la primera vez que convivieron juntos.
Sabían que podían contar con cada uno, y eso los reconfortaba a seguir, no importaba que tan malo o riesgoso sea. Lo harían para sentirse libres de una vez por todas.

—En una semana empezaremos con esto. Claro, primero Wanda hará su cataplum contra esos alfas, y les dejaremos un tiempo de descanso antes de comenzar. Mientras ustedes se distraen intentando conquistar, Wade y yo rastrearemos al superior. Él nos necesita tanto como nosotros a él, aunque no querramos. — con esto, dió por finalizado la conversación. Dió un tiempo de silencio por si acaso alguien tenía dudas, pero como así prosiguió, no hizo más que repartir los archivos de su nuevo blanco a los tres restantes; primero debían estudiarlos, conocerlos, y al final...Por fin atacar.

—Ahora si me disculpan, quede con mi niño para cenar. Quiere contarme sobre su proceso en la universidad y de paso una que otra cosa sobre spiderman, asique me despido.

—Wade, es tardísimo, ¿Por qué a esta hora?

—Digamos que tenemos un amor prohibido, de esos como los que Selena cantaba, y como ya estarán todos dormidos, será la hora dónde daré mi gran entrada por su cuarto. — contó el alfa entusiasmado, hace tiempo no tuvo la oportunidad de ver a su pareja, y no desaprovecharía la oportunidad que hace unos días se le había otorgado.

—Wilson, recuerda. — detuvo Barnes antes de que siquiera se le ocurriese saltar por la ventana. —Nada de relaciones con los ajenos, y nada de decir que eres deadpool.

—No te preocupes, mapachito. Mi babyboy no podría traicionarme jamás si se lo dijera.