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—No te preocupes, mapachito. Mi babyboy no podría traicionarme jamás si se lo dijera.

Ahí se encontraba el rubio, dando pequeños golpes en la ventana de la habitación de su omega

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Ahí se encontraba el rubio, dando pequeños golpes en la ventana de la habitación de su omega. Al principio, le extraño que no se encontrará en el edificio donde mayormente se veían, por lo que optó (riesgosamente) a visitarlo a su hogar.
Claro, este seguía sin responderle. Supuso que era porque se encontraba dormido, pues todo estaba oscuro. Estaba dispuesto a irse, tampoco quería llamar la atención al punto de tener la agradable visita de sus suegros-no-suegros.

—¿Wade?— murmuró un somnoliento Peter, sin abrir la ventana del cuarto. —¿Q-Que haces aquí?, ¿Enserio trepaste tantos pisos?

—Todo lo vale por ti, babyboy. — afirmó, manteniendo una suave sonrisa en un ligero lamento de haberlo despertado. —¿Puedes abrirme?

—Haré lo posible, mon amour. Mamá le pidió a Jarvis que resguardara el complejo, y por ende, no pude ir. Lo lamento. — le informó con lastima en su tono de voz, su cachorro omega interno temía haber decepcionado a su alfa. Pronto, esa mueca fue cambiada por una de alegría al burlar el sistema de inteligencia artificial y ayudar a su pareja a entrar.

—¿Por qué hizo eso?, ¿Acaso sospecha de nuestro amor pirata, babyboy?. ¡Eres mi tesoro nacional, lo vales!— alzó la voz eufórico, pero callandose al instante de recordar dónde estaba. Sin más, tomo asiento en la cama del menor, atrayendolo hacia sí por la cintura para repartir cariñosos besos en su cutis.

—No quisieron decirme demasiado pero...Creo que es sobre una amenaza, si no me equivoco. Ellos quisieron tomarlos desprevenidos pero le cambiaron la jugada en solo media hora. Hydra siempre tiene un haz bajo la manga, pero creí que ya habían desaparecido completamente. — hablo con preocupación el omega, inhalando el aroma adictivo de su alfa y acomodándose en el pecho ajeno.

—Si, un empresario de esos medio cucu me había pedido que intente cazarlos o matarlos, algo así. Tenía un acento muy raro, sentía que en cada oración que acababa decía "losky", ya sabes, como "holalosky, comolosky estaslosky" y demás. — se burló del acento de aquel empresario de poder, pues le resultaba difícil concentrarse por el hecho que realmente hablaba así. ¿Cómo no imaginarse a los mellizos hablarles?

—Amor, no deberías burlarte de su acento. Seguramente era de otro continente, no todos tienen la gran habilidad de hablar fluidamente español ¿Sabes?— reprochó cariñosamente el menor del dúo, frotando por un minúsculo rato las narices de ambos en un beso esquimal.

—Lo sé, babyboy. Solo tendrías que haberlo escuchado, mira que yo tenía a mi compadre nalgas de acero que tenía un habla parecido, pero oh, tendríamos que invitar a ese señor a que anime nuestra boda imitando gatitos.

—Por supuesto, sweetheart, por supuesto...— murmuró, riendo por las palabras extrañas que su pareja decía. Aunque claro, en la mente del castaño, aún permanecía lo dicho por su padre. La duda le carcomía, y teniendo al amor de su vida con él, acabaría con esta. —...Aunque, de pura casualidad, recordé que papá Steve había dicho que tuvo un gran encuentro con un loco que se cortó el brazo y mágicamente se le regeneraba. Eso me recordó a algo que solo mi amorcito puede hacer, ¿Algo que decir, Wilson?

El mayor solo rio nervioso, sabía que su niño era listo, pero no creyó que tanto. Claro, nunca debía subestimarlo.

—Solo puedo decir que todos quieren imitarme, babyboy. Incluso ese Ryan Reynolds con sus raras películas fingiendo ser yo. — dramatizó, ocultando su rostro en el cuello de su amado. —Prometi no meterme con tu familia, amor. Soy un cretino, pero tú haces que cambie.

—Me alegra ser quien te cambio, mi amor. Nadie creería que deadpool y spiderman pudieran siquiera amarse, ¡Y miranos!, Una linda pareja predestinada por el universo. Si, seguro el Big bang tuvo mucho que ver. — rio suavemente abrazando al canadiense.

De un momento a otro, se separaron repentinamente, pues varios golpes seguidos en la puerta del cuarto los exaltó demasiado.
Cómo suponía, la inteligencia artificial le habrá mandado alguna señal al ingeniero sobre la alteración en su sistema.

—Peter Benjamín, ¿Que estás haciendo ahí adentro?, ¿Por qué burlas mis sistemas?— se escuchó por el exterior de la habitación. El alfa soltó un gruñido, odiaba que le interrumpieran cuando estaba con él.

—¡Recuerda que también soy un héroe, mamá!, ¡Tu paranoia no puede impedir que haga un recorrido por la ciudad!

Mientras hablaba, Peter le daba señas al rubio de que se fuera por la ventana, sabía que probablemente su padre no duraría tanto sin entrar, asique despidiéndose con un beso en los adictivos labios de su omega, saltó por la ventana.

—Tu habitación huele a alfa, ¿Entro alguien o acaso eres tú jugando con los supresores?— volvió a hablar el castaño mayor, cansado de la terquedad de su hijo a esas horas de la madrugada.

—¡Solo soy yo, Tony!, ¡Ve a dormir!

Si, su niño cuando quería, podía ser todo un rebelde.

Si, su niño cuando quería, podía ser todo un rebelde

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—Bien. Aquí es donde nos separamos. — se dirigió Bucky hacia los omegas, quienes asintieron como respuesta. —Recuerda, Wanda. Solo borrar de sus mentes los rostros de ustedes, más no los recuerdos del encuentro. Pietro, te encargo la distracción para que esos alfas se mantengan quietos en un mismo sitio, de ese modo le será más sencillo a tu hermana concentrarse.

—Lo entendimos, bubu. Suerte para ustedes también, aunque digamos que tomaron lo más simple, de cierto modo. — bromeó el peliplata, riéndose cuando vió la mueca de disconformidad en el rostro del castaño.

—Calmado, mapachito. Nomás tenemos que patear traseros y hacer de policías buenos y malos, no hay nada de peligroso con eso más que no son dos personas, son más de diez, pero gustos con tacos. — el mercenario encogió sus hombros recargando una de sus pistolas y escondiendolas en su pantalón. Lamentablemente no podía ponerse su uniforme en público, pero después lo haría para mantener su anonimato junto al de su amigo.

—Piet, si lo vemos de ese modo, ellos tienen algo un poco más complejo. Nosotros somos una tentadora carnada. — siguió el juego la melliza menor, codeando con suavidad a su hermano cuando terminó la oración.

—Wad, tú y yo seremos como el pilar de la llama y el sonido, unos cazadores de depravados, pero más extravagantes. — los más jóvenes se carcajearon por la imitación que hacía el más alto, pero sin más que hacer, solo se despidieron de los alfas y se dispusieron a cumplir con el pedido.

—Temo que esto se salga de las manos, James.

LIERS AND REVENGE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora