Anhelos. SasuSaku.

¿Por qué no quieres tener un hijo conmigo?

¿Por qué no quieres tener un hijo conmigo?

Sakura volvía de su turno en el hospital, estaba agotada, había hecho medicinas, tratado pacientes e incluso tuvo una cirugía de emergencia en dos gennins que fallaron en esquivar armas enemigas. No veía la hora de llegar a su casa para ducharse.

Cuando entro al complejo Uchiha, hizo un mapeo rápido con chacra, para descubrir si su esposo estaba ahí, lo cual, era efectivamente así. Entro a la mansión, pero no vio al morocho en el living, tampoco en su habitación, por lo que continuo la búsqueda.

Fue cuando entro en el jardín interno de la casa que vio al joven. Se encontraba solo en unos pantalones, de esos que tenían muchos bolsillos y hacían milagros para resaltar el trasero de los ninjas; no traía remera y tampoco zapatos.

Estaba, con una pala, cavando en el montículo de tierra dentro del tanque de peces Koi que habían instalado. Rápidamente también noto lo transpirado que estaba, quizá, también había entrenado un poco.

-Sakura- dijo el de la nada, dándose vuelta para encontrarla con sus ojos.

-Estoy en casa Sasuke-kun- le respondió ella a su saludo.

-Ven, quiero que veas esto- le dijo, mientras extendía una mano en su dirección.

Sakura se sorprendió de sus propios pensamientos al ver al joven Uchiha dándole semejantes vistas, era tan atractivo y caliente.

- ¿Estas plantando? - le cuestiono sorprendida mientras caminaba hacia él, pudiendo ver entonces lo que parecía ser un árbol pequeño, quizá de apenas un metro y medio.

-Es un cerezo- le respondió él. - Quería que llegara antes de nuestro casamiento, pero ahora si, finalmente nuestra casa esta lista- siguió hablando mientras colocaba el árbol en el agujero que había cavado. – En unos años, será grande y fuerte, y estará en el centro de la mansión- dijo y volteo a verla con orgullo en su mirada.

La verdad, era que entre ellos había nacido una química única en las últimas semanas, no solo habían aprendido a hablar entre ellos, expresar lo que querían y lo que les gustaba, sino también habían descubierto muchas formas de pasar el tiempo, algunas mucho más interesantes que otras

Se dieron cuenta rápidamente que la atracción física era demasiada, Sasuke cumplía perfectamente la regla de que los calladitos eran los peores, exactamente en la misma medida que Sakura cumplía la regla de entre más buena, más traviesa.

Sakura se mordió el labio. Las palabras que Sasuke había dicho en el altar el día de su boda no había sido una broma, las había cumplido al pie de la letra. Se había abierto a ella, permitiéndole conocerlo, avanzando, lenta pero constantemente, hacia el rol que había prometido ejercer.

Ella avanzo los pasos que le faltaban para terminar con la distancia que los separaba y se permitió besar sus labios. Como siempre, Sasuke estaba caliente, y amaba la sensación de su piel fría calentándose contra el cuerpo de él. Por el otro lado, el Uchiha ni lento ni perezoso, la tomo de la cintura y la apretó contra él.

Ambos se habían descubierto sorprendidos por la pasión que demostraba el otro, su primera noche había sido una locura, y la semana que le siguió no lo había sido menos. Habían descubierto que disfrutaban de sobremanera la cercanía del otro, pero no solo cuando unían sus cuerpos en amor, sino también en los momentos mas casuales, cuando Sasuke leía un pergamino y Sakura se acostaba a dormir en el mismo sillón, apoyada en él, o cuando luego de hacer el amor, ella desparramaba pequeños besos y mimos por su rostro, pecho y brazos. Sasuke se había encontrado disfrutando, incluso ansiando, aquellos inocentes mimos igual de mucho que el acto sexual, porque era cuando más unido se sentía a ella.