¿Cinco? Cinco.

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Llego esa noche a su casa, había tenido que hacer un rápido viaje a Kirikagure para entregar un pergamino. Agradeció tener su rinnegan, que le permitía viajar tan grandes distancias en tan poco tiempo, generalmente cobraba esas misiones mucho más caras que un ninja promedio, porque hacía en horas lo que otros demoraban una semana o más.

Pensó que cuando llegaría, Sakura ya estaría cocinando la cena, sobretodo por la hora. Ella había decidido trabajar en el hospital solo por las mañanas, para estar con los niños el resto del tiempo, y él respetaba su decisión, si era lo que ella quería, así se haría. Como le había prometido una vez, aceptaría lo que ella le diera, haría lo que le ordenaba.

No, no era un mandilon, pero amaba a su esposa. Ya no asociaba lo que hacía a un deber, no hacia todo por sentirse culpable por lo que había sucedido cuando era más chico, juntos habían tratado esos pensamientos, por fin sacándolos de se cabeza, si hacia lo que hacía, era porque la amaba, porque ella se quedó a su lado, porque lo comprendía, y aun sabiendo como era, lo aceptado.

Al entrar a la mansión, se sorprendió de ver a los tres niños en el corral, mientras la pelirosa dormía en el sillón de tres cuerpos, hacha un pequeño bollito.

-Oto-chan, Oka-chan mal- Raito tomo la palabra, con su escaso vocabulario. Sin embargo, había dado toda la información que importaba.

Como si su vida dependiera de aquello, y en gran parte lo hacía, la de él y la de sus hijos, creo cuatro colones de sombras.

El primero lo mando de forma rápida en busca de Tsunade, quería ahorrar la mayor cantidad de tiempo en aquella situación, la idea era que la rastreara y la llevara rápidamente al hospital.

Luego, le indico a los tres restantes que tomaran a sus hijos, uno cada uno; él se acerco y tomo a Sakura en brazos, estaba temblando y aquello lo puso pálido.

¿Cómo había podido ser tan imbécil? Dejarla sola todo un día.

Corrieron por los tejados, llegando a una velocidad impresionante al hospital, donde efectivamente la rubia Senju los esperaba en la puerta.

-Sasuke, ¿Qué sucede? - exigió saber preocupada.

-Llegue y estaba en el sillón, esta temblando. Raito dice que la vio mal- ambos giraron al mayor de los niños, quien asintió con la cabeza varias veces, confirmando la información.

-Acuéstala en la camilla- ordeno la hokague antes de llevársela. Sasuke y los clones la seguían de cerca.

Entraron a una habitación, se le coloco un suero rápidamente; con chacra, Tsunade deslizo sus manos por encima del cuerpo de ella, tratando de rastrear sea lo que sea que estaba provocando que su estudiante se encontrara en esas condiciones.

Gracias al sello en sus frentes, era casi imposible que alguna de ellas se enfermara o algo las hiriera por mucho tiempo, sus cuerpos, cuando llegaban a ese nivel en las artes ninjas médicas, estaba literalmente diseñado para curarse solo.

Cuando llego al vientre de la joven ninja, abrió los ojos con sorpresa.

-Mierda- jadeo.

El Uchiha se tensó rápidamente, eso quería decir que había algo malo, ¿verdad? Su cuerpo tembló, miro a sus hijos. Kami, Sakura era su vida, y la de sus hijos también, nada podía sucederle.

-Tsunade, dime que pasa- Le exigió saber, usando un todo de voz extremadamente imponente.

-Le están drenando el chacra tan rápido, su sello sufrió una baja muy rápida, es por eso que la bloqueo- susurraba la información la rubia, sin responder puntualmente a lo que el joven a su lado preguntaba.

- ¿Quién? - reclamo saber.

Lejos de contestarle, la rubia tomo su mano rápidamente, y él mismo sintió como su chacra comenzó a ser absorbido por la rubia y transfundido al cuerpo de la pelirosa, algo que Tsunade solo había hecho durante los partos anteriores de su esposa, cuando necesitaba calmar al bebe para que no absorbiera toda la energía de su madre. 

De pronto, lo comprendido.

Unos segundos después, la matriarca recupero la conciencia. Vio a todos en la habitación con sorpresa, lo ultimo que recordaba era dormirse en el sillón, se sentía agotada, y ahora despertaba en el hospital, con su maestra y esposo presentes.

- ¿Qué sucede? - pregunto.

-Te desmayaste. Mira que cabezota que eres. Te he dicho miles de veces que si te sientes mal es algo extremadamente raro, y tienes que venir- le reclamo la mujer.

-No me sentía mal, solo cansada- trato de explicarle.

-Y cono no sentirte cansada, si cargar un Uchiha te agotaba, cargar dos te dejara de cama- se burlo Tsunade.

- ¿Que? - pregunto sorprendida, sin llegar a completamente comprender lo que trataba de decirle.

-Estas embarazada- le dijo despacio- Y esta vez son dos, gemelos por lo que pude sentir- le sonrió.

Sasuke simplemente sonrió, parecía a propósito, él simplemente tenía que anhelar algo para que su maravillosa esposa lo hiciera realidad.

-Dos bebes- dijo en voz alta él, sin poder evitar que una sonrisa sincera se marque en su rostro

- ¿Dos hijos más? - dijo ella, con los hijos completamente abiertos. Apenas 19 años y ya mama de cinco niños.

¿Cinco? Cinco.

Anhelos. SasuSaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora