000

1.1K 71 47
                                    

Prólogo

Tiempos oscuros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tiempos oscuros... los días entre magos así eran descritos. La guerra mágica estaba entre manos y en aquel punto, todos sabían que el lado del Ministerio tenía todas las de perder. Pues más de la mitad de magos sangre pura ya se habían unido a los Mortifagos y los asesinatos a magos mestizos y nacidos de muggles iban en aumento.

Entonces aquí estaban reunidos, en una sala de juzgados, la mayoría de aurores y la Orden del Fénix. Habían sido citados a las 3 en punto de la tarde por el Ministro de magia y el gran Albus Dumbledore. Aunque ninguno sabía la razón de la reunión.

Al poco tiempo los anfitriones llegaron para informar la situación. Debían hacer un movimiento arriesgado, pero necesario si querían ganar a las fuerzas Oscuras. Con la explicación del ministro de magia se quedaron dudas y confusión en la sala. Por lo que Albus tomó la palabra y resumir la razón de aquella junta.

—Hemos pensado en liberar a Gellert Grindelwald y usarlo como aliado

Las quejas y exclamaciones no se hicieron esperar, escuchándose desde el nombre del mago. Tardaron en volver a tener paz en sala, pero una vez esta volvió, el Ministro de magia fue quién expuso la situación.

Debido a su posición en la guerra, necesitaban un arma o un mago que le iguale en poder a el-que-no-debe-ser-nombrado. Ese mago era Grindelwald. Y sería difícil que dicho mago anduviera una alianza pero ahora era la única alternativa que tenían.

Una vez expuestos todos los contras y a favor de esta situación el mago ingreso a la sala. Había viajado desde la Torre Nurmbergard, en la que fue encerrado, un largo recorrido con seis aurores desconfiados que en cada movimiento del mago no dudaban en alzar sus varitas.

Lucía sucio y su ropa arapienta. Caminaba al frente con la cabeza baja, después de todo los últimos años se limitaba a mirar las paredes y arrepentirse de sus decisiones. La higiene de igual manera descuidada ya que en una torre no hay muchos artículos para ello. Su cabello largo y desordenado indicativo de que muchas veces se tomaba el pelo para distraerse.

Lo detuvieron en mitad de la sala, frente a todos los presentes y no hubo una sola palabra. Gellert levanto la mirada, no demostraba emoción alguna pero estaba confundido, observo la sala y no dijo una sola palabra, se limitó a observar, callar y esperar una respuesta del porqué se encontraba ahí.

Los magos presentes sudaban frío, algunos aurores tragaron en seco y pocos, que eran parte de la Orden, se mantuvieron firmes, atentos a cualquier movimiento de parte de Grindelwald y sosteniendo sus varitas firmes.

El Ministro fue el encargado de romper el silencio, habló fuerte y claro. Volviendo a explicar la situación ahora al mago en medio de la sala.

Heredero GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora