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Se confirma que los Gryffindor's pueden graduarse a pesar de su alto grado de imprudencia.
Dos son coincidencia...

Deimos volvía la casa de un amigo en Francia, para estar listo e irse a Beauxbatons sin problemas, a la semana de haber ido al Callejón Diagon

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Deimos volvía la casa de un amigo en Francia, para estar listo e irse a Beauxbatons sin problemas, a la semana de haber ido al Callejón Diagon. Durante el poco tiempo que siguió en la mansión le ayudo en todo lo que pudo a su amigo castaño, dándole consejos para realizar sus bromas en Hogwarts.

—¿Vendrás para Navidad? —cuestionó Gellert a Deimos, antes de irse de la Mansión aquel día

—Claro, esta vez tendrán que dejarme venir aquí —respondió recordando la carta que envió al mago, donde detallaba; sus amigos le hicieron imposible asistir a aquella Navidad

—Muy bien —satisfecho, el mago realizó su truco para viajar. Llegando al destino sólo se despidió del chico y de los adultos que aseguraban lo cuidarán, volviendo sin problemas a casa.

—¿Ya se fue? —saliendo de su habitación, cuestiono Matthew al escuchar volvía a la sala

—Sí

El chico salió de su habitación, bajo con rapidez las escaleras, dando un salto en el último escalón y miro a Gellert.

—¿Qué haremos entonces?

—Tengo algo de papeleo... pero podríamos realizar una poción para forúnculos, nunca esta de más —compuso rápidamente al ver la expresión de su hijo

—¡Pido mezclar! —salto y corrió directo a por el caldero y los ingredientes

Gellert río ligero y animado siguió al chico, si que sería difícil volver a dejarlo ir. Con las semanas pasando, recondandole el poco tiempo que le quedaba, llegaron al 30 de Agosto.

Albus logro mover algunas cosas en Hogwarts dandole la libertad de poder cenar con su ahora familia mientras que Gellert pidió permiso en el Ministerio para faltar todo un día y pasar el mismo en compañia de su hijo.

—Por cierto, Albus —comenzo Matthew al tomar asiento en el comedor —¿Qué es eso de contratar a un escritor cara bonita de profesor?

—Matt —advirtió su padre acompañado de una mirada severa

—Tú también lo dijiste y Deimos 

Albus dío una pequeña risa, mientras comodaba su servilleta se giro para responder al menor.

—Verás Matthew, yo tampoco estoy convencido de que ese hombre pueda enseñarles algo sobre Defensa Contra las Artes Oscuras

—¿Entoces que hace contratado? —cuestionó un poco más brusco de lo que esperaba

—Me pareció una buena forma de relevarle al mundo que Gilderoy Lockhart no es más que un farsante. Estaré viejo pero aún puedo reconocer a un mentiroso —presumió, aunque aún pareciera en sus 50, la edad real le seguía pesando un poco

Heredero GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora