Cuatro años después,
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marzo de 1824
... disfrutarías aquí, aunque no del calor, me parece; a nadie le gusta este calor. Pero todo lo demás te encantaría. Los colores, las especias, el aroma del aire; te sumergen los sentidos en un extraño estado de niebla que a veces produce desasosiego y a veces resulta embriagador. Creo que, por encima de todo, disfrutarías paseando por los jardines de recreo. Se parecen bastante a nuestros parques de Londres, aunque aquí son más verdes y exuberantes, llenos de las flores más extraordinarias que hayas visto en tu vida. Siempre te ha gustado estar al aire libre, en medio de la naturaleza, y aquí esto te encantaría, estoy muy seguro.
De la carta de Jung Hoseok
(nuevo conde de Kilmartin) al segundo conde de Kilmartin, un mes después de su llegada a la India.
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Taehyung deseaba tener un bebé. Llevaba mucho tiempo deseándolo, pero sólo esos últimos meses había sido capaz de reconocerlo para sí mismo, de poner por fin en palabras ese anhelo que parecía acompañarlo dondequiera que fuera.
El anhelo le comenzó de una manera bastante inocente, con una ligera punzada en el corazón cuando estaba leyendo una carta de su cuñado Jin, el omega de su hermano; la carta abundaba en noticias acerca de su hija pequeña, que pronto cumpliría los dos años y ya era incorregible.
Pero las punzadas se hicieron más fuertes y parecidas al verdadero dolor cuando vino su hermano Jimin a visitarlo, acompañado por todos sus hijos, tres niñas y un niño. Jamás se le había ocurrido pensar cómo una bandada de niños podía transformar una casa. Los niños Hasting cambiaron la esencia misma de Kilmartin, llenando la casa de vida y risas, haciéndolo comprender que todo eso le había faltado lamentablemente durante años.
Y cuando se marcharon, todo quedó en silencio y quietud, pero no en paz. Simplemente vacío.
Desde ese momento, cambió, se sentía diferente. Veía a una niñera empujando un cochecito y le dolía el corazón. Veía pasar un conejo saltando por un campo y no podía evitar pensar que debería señalárselo a alguien, a alguien pequeño. Durante su estancia en Kent donde fue a pasar la Navidad con su familia, al caer la noche, cuando metían en la cama a todos los sobrinos y sobrinas, se sentía muy solo.
Y en lo único que podía pensar era en que su vida iba pasando por su lado y que si no hacía algo pronto, se moriría así.
Solo.
No desgraciado, no, no se sentía desgraciado. Curiosamente, se había acostumbrado a su viudez y encontrado una forma de vida cómoda y agradable. Eso era algo que no habría creído posible durante los horribles meses que siguieron a la muerte de Seojoon, pero probando y cometiendo errores, había encontrado un lugar en el mundo y, con él, una cierta paz.
Le gustaba la vida que llevaba como segundo conde de Kilmartin. Puesto que Hoseok aún no se había casado, seguía teniendo las obligaciones anejas al condado y también el título. Le encantaba vivir en Kilmartin, y administraba la propiedad sin ninguna intervención de Hoseok; entre las órdenes que él dejó antes de marcharse del país hacía cuatro años, estaba la de que él administrara el condado como le pareciera conveniente, y una vez que se le pasó la conmoción por su marcha, comprendió que eso era el regalo más precioso que podría haberle hecho.
Le había dado algo que hacer, algo por lo cual trabajar.
Un motivo para dejar de contemplar el cielo raso.
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Silver Lining | hopev
Historical Fiction(omegaverse) El día que conoció a Kim Taehyung, Hoseok probó por primera vez el dulce sabor del amor y el amargo gusto de la desesperación. Porque Taehyung era el único de los muchos omegas que había conocido que le inspiraba auténtica pasión, pero...