Capítulo 20
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... Hoseok hará lo que desee. Siempre hace lo que quiere.
De la carta del segundo conde de Kilmartin a Jung-eum Jung, tres días después de recibir su carta.
El día siguiente no le trajo ninguna paz a Taehyung. Cuando lo pensaba racionalmente, o al menos todo lo racionalmente de que era capaz, le parecía que si tenía que encontrar una respuesta debería percibir una cierta lógica en el aire, algo que le indicara qué debía hacer, cómo actuar, qué decisiones necesitaba tomar. Pero no. No percibía nada.
Había hecho el amor con él dos veces.
Dos veces.
Con Hoseok.
Eso sólo debería haberle dictado sus decisiones, convencido de aceptar su proposición. Debería hacérselo claro. Se había acostado con él. Podría estar embarazado, aunque esa posibilidad la veía remota, dado que le había llevado dos años enteros concebir con Seojoon. Pero incluso sin esa consecuencia, su decisión debería ser evidente. En su mundo, en su sociedad, ese tipo de intimidades en que había participado sólo significaban una cosa.
Debía casarse con él.
Y sin embargo no lograba llevar el sí a sus labios. Cada vez que creía haberse convencido de que eso era lo que tenía que hacer, una vocecita interior le aconsejaba cautela, prudencia, y paraba, sin poder continuar adelante, con un miedo terrible de llegar al fondo de sus sentimientos e intentar descubrir por qué se sentía tan paralizado.
Hoseok no lo entendía, lógicamente. ¿Cómo podría entenderlo si ni él se entendía? La tarde anterior, cuando despertó en la casa del jardinero, estaba solo, y encontró una nota de él en la almohada, en la que le explicaba que llevaría a Felix al establo y no tardaría en volver con otro caballo.
Pero cuando llegó, sólo traía un caballo, con lo que lo obligaba a compartir con él la silla, aunque esta vez montó detrás de él. Y mientras lo ayudaba a montar el otro caballo fuera de la casita del jardinero, le dijo al oído:
—Iré a ver al párroco mañana por la mañana.
—No estoy preparado —contestó al instante, invadido su pecho por el terror—. No vayas a verle todavía.
A él se le ensombreció la cara, pero controló el genio.
—Ya lo hablaremos —dijo simplemente.
Y cabalgaron hasta la casa en silencio.
Tan pronto como entraron en ella, Taehyung trató de escapar a su habitación, alegando que necesitaba bañarse, pero el alfa le cogió la mano, con suavidad pero firmeza al mismo tiempo, y de pronto se encontró solo con él, en el salón rosa, justamente ese, de todos los salones de la casa, con la puerta cerrada.
—¿De qué va esto?
—¿Qué quieres decir? —logró balbucear el omega, tratando angustiosamente de no mirar la mesa que estaba detrás del alfa, la mesa en que lo había sentado la noche anterior y luego le había hecho cosas indecibles. Y el solo recuerdo le hacía estremecerse.
—Sabes qué quiero decir —dijo él, impaciente.
—Hoseok, yo...
—¿Te casarás conmigo?
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Silver Lining | hopev
Historical Fiction(omegaverse) El día que conoció a Kim Taehyung, Hoseok probó por primera vez el dulce sabor del amor y el amargo gusto de la desesperación. Porque Taehyung era el único de los muchos omegas que había conocido que le inspiraba auténtica pasión, pero...