Capítulo 15
... Me alegra mucho que te vaya tan bien en la India, pero me gustaría que consideraras la posibilidad de volver a casa. Todos te echamos de menos, y aquí tienes responsabilidades que no se pueden atender desde el extranjero.
De una carta de Jung-eum Jung a su hijo, el conde de Kilmartin, dos años y cuatro meses después de su marcha a la India.
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Taehyung siempre había sido bueno para mentir, pensaba Hoseok mientras leía la corta carta que le dejó a Jung-eum y Joon-hee, pero era mejor aún cuando podía evitar decir las cosas cara a cara y lo hacía por escrito.
Había surgido algo urgente en Kilmartin, escribía, que hacía necesaria su atención inmediata, y luego pasaba a explicar, con admirables detalles, el brote de fiebre moteada entre las ovejas. No tenían por qué preocuparse, les decía, pues no tardaría mucho en volver y les prometía traer provisiones de la espléndida mermelada de frambuesas que preparaba la cocinera, y que, como todos sabían, no tenía igual en Londres.
Hoseok jamás había oído que una oveja contrajera fiebre moteada, ni ningún animal de granja, en realidad. Cualquiera podía preguntarse: ¿cómo se les ven las manchas en la piel a las ovejas?
Todo le había salido muy pulcro, muy fácil. Hoseok pensó si incluso Taehyung no habría organizado las cosas para que Jung-eum y Joon-hee estuvieran fuera de la ciudad ese fin de semana para poder escapar sin tener que despedirse de ellas personalmente.
Porque era una escapada. De eso no cabía la menor duda. Él no se creía ni por un
momento que hubiera una urgencia en Kilmartin. Si eso fuera cierto, el omega habría considerado su deber informarle. Podía haber estado años administrando la propiedad, pero él era el conde, y el omega no era el tipo de persona que usurparía o socavaría su puesto ahora que estaba de vuelta.
Además, él lp había besado, y más aún, le había visto la cara después de besarlo.
Si Taehyung hubiera podido huir a la luna, lo habría hecho.
Ni Joon-hee ni Jung-eum mostraron mucha preocupación por su marcha, aunque sí hablaban de lo mucho que echaban de menos su compañía.
Él simplemente estaba sentado en su despacho sopesando métodos de autoflagelación.
Lo había besado. Besado, a él.
No era esa, pensó irónico, la mejor manera de actuar de un alfa que desea ocultar
sus verdaderos sentimientos.
Seis años hacía que lo conocía. Seis años, durante los cuales lo había mantenido todo
bajo la superficie, y representado su papel a la perfección. Y a los seis años lo había
estropeado todo con un simple beso.
Aunque en realidad el beso no tuvo nada de simple.
¿Cómo era posible que un beso pudiera superar todas sus fantasías? Y habiendo tenido seis años para fantasear, se había imaginado besos verdaderamente supremos.
Pero ese... había sido mucho más. Había sido mejor... Había...
Se lo había dado a Taehyung.
Era curioso cómo eso lo cambiaba todo. Se puede pensar en un omega todos los días
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Silver Lining | hopev
Historical Fiction(omegaverse) El día que conoció a Kim Taehyung, Hoseok probó por primera vez el dulce sabor del amor y el amargo gusto de la desesperación. Porque Taehyung era el único de los muchos omegas que había conocido que le inspiraba auténtica pasión, pero...