Sáterix I: La guerra de las tres clases

Capítulo XVIII

-Y así es como acaba la historia.- finalizó el hombre.

-A si que, ¿nosotros podríamos haber tenido un tío que se llamara Luar?- preguntó la niña.

-Si.

Se oyeron unos ruidos que venía de los árboles, de entre ellos salió una mujer de pelo rubio que debía de ser de la edad del hombre.

-Tía Kell.-dijeron los dos niños al unísono mientras salían corriendo hacia ella.

La mujer se agachó y le dio un abrazo a sus dos sobrinos, después se acercó al hombre y le dio una abrazo muy fuerte. Kell le había dejado vivir a su hermano, Nev, en la casa de piedra porque ella y Aqles siempre iban de un lado para otro, aunque la mayoría de las veces dormían en la casa de piedra, les hacía sentir que estaban cerca de esos seres queridos que ya no estaban con ellos. Detrás de la chica salió un hombre que era cuatro años mayor que la mujer, los dos niños también fueron corriendo a abrazarlo.

-Ya me parecía extraño que Aqles no viniera.- le dijo Nev a su hermana.

-Papá nos estaba contando la historia de la guerrera Lia.

Aqles y Kell se miraron sorprendidos y Nev asintió con la cabeza sabiendo lo que iban a preguntar.

-No sé por qué me extraña.- dijo Aqles- Se veía venir y más que en la academia preguntaran por ella.

-Hombre- intervino Kell-, su padre y Vesta son los directores, seguramente estaban preocupados por todos y no sabían como preguntar.

De repente todas las trampas que habían puesto para que nadie llegara hasta allí saltaron, los tres adultos cogieron sus armas y pusieron a los dos pequeños detrás suya. De el bosque salió una chica que era de la edad de Kell, ella salió ilesa, sin ningún rasguño. Los tres bajaron sus armas y miraron a la chica sorprendidos. Kell se acercó a ella y cuando estuvieron una frente a la otra se dieron un abrazo. Aqles se acercó por atrás y le puso una mano en el hombro y después le dio un abrazo.

-¿Que tal compañeira?- dijo Nev por atrás mientras le decía a sus hijos que no había ningún peligro.

A Lia se le salió una sonrrisa cuando vio a los hijos de Nev.

-Tienes hijos, ¿quién es la madre?

-La persona que menos te esperas.- le contestó Kell- Malia.

Lia miró sorprendido a el hermano de su amiga, si que era la persona que menos esperaba, pero al mismo tiempo se lo veía venir. Mae y Gali se acercaron a ella poco a poco, Lia se agachó y les sonrió a los dos.

-Chicos,- les dijo Aqles- esta es vuestra tía Lia.

Los dos pequeños se acercaron a ella y le dieron un abrazo, aunque Lia era lo que menos se esperaba se lo devolvió.

----------- 🙞 -----------

Despues de ir a visitar a Kell, Aqles y Nev, Lia fue a visitar a Bas, Liam, Aish, Fax y Ren. Se acercó a la aldea donde había conocido a Liam, allí fue a la casa de su amiga y entró por el jardín. Allí jugaba un niño de ocho años, la misma edad que Mae, de pelo negro y ojos de diferente color. El niño al verla entrar fue corriendo a abrazarla, Lia lo cogió en brazos y le dio un abrazo. De la casa salió un padre preocupado al ver que su hijo corría, pero al verla se tranquilizó. Lia bajó al niño y le revolvió el pelo, despues se acercó al padre y le dio un abrazo. Cuando la madre salió de la casa con una daga en la mano no podía creer lo que sus ojos veían.

-¿Que tal Liam?- Liam soltó la daga y le dio un abrazo fuerte.

-Supongo que los que se pelean se desean.- dijo Lia mirando a Liamy a Bas.

Los dos soltaron una pequeña carcajada, siempre que Lia venía tenía que comentar eso. Despues vinieron Fax y Ren agarrados de la mano seguidos de un niño de la edad de Bill, el hijo de Bas y Liam. Los dos niños se fueron a jugar juntos mientras dejaban que los mayores se saludaran.

-Jhon está muy alto.- le dijo Lia a Fax.

-No sé que manía teneis de no avisarme cuando hay reunión familiar.-dijo una voz detrás de ellos.

Aish llegó con los brazos abiertos y todos se rieron por su comentario.

Volvieron todos a la casa de piedra, Lia ya se había pasado antes por la academia para ver que tal estaba todo y saludar a su padre y a Vesta. En la casa de piedra hicieron una hoguera todos juntos mientras reían y bailaban al ritmo de la música.