Sáterix I: La guerra de las tres clases

Capítulo XIV

Aqles, Kell, Luar y Lia cogieron el mapa de los reinos para llegar a donde se encontraba la esposa del rey Eric, para llegar allí tendrían que ir por el bosque porque es por donde menos se tarda. Cuando se hizo de noche decidieron descansar, no estaba todo oscuro porque la luna aún daba luz. Oyeron a lo lejos música de algún reino de por allí cerca. Empezaron a bailar al ritmo de la música mientras reían sin para, cuando dejaron de bailar, Aqles estaba un poco mareado y se cayó. Kell, Luar y Lias, asustados, fuerona ver si estaba bien, Aqles se había caído a un río que había por allí. Los cuatro se miraron un momento y se empezaron a reír. Se acercaron un poco al reino y vieron que se habían dejado unas botellas de alcohol fuera, las cogieron y entraron en el reino. La gente que estaba bailando eran adolescentes, no había ningún adulto por ningún lado. Los cuatro se unieron a la fiesta, empezaron a beber y a bailar.

En un momento de la noche un chico se acercó a Kell y la estaba empujando poco a poco hacia la pared. Kell no quería pero no tenía la suficiente fuerza en ese momento para hacer algo, Luar, Lia y Aqles lo vieron y se acercaron a ayudarla. Aqles cogió al chico por el hombro y lo echó para atras con mucha fuerza, los amigos de ese chico se acercaron a apoyarlo. Uno le intentó pegar un puñetazo a Lia (muy mala idea), pero ella frenó el puño y le retorció el brazo como si nada. Otro chico iba a pegar a Lia pero Luar lo cogió del brazó y le estampó la cara contra la pared. Así empezó una pelea que Lia, Aqles y Luar ganaron porque tenían más experiencia luchando.

Los cuatro salieron del reino riendo hasta llegar al bosque.

-Vistéis las caras de todos cuando ganamos a esos idiotas.- dijo Lia entre carcajadas.

-Si, fue buenísimo.- afirmó Luar también riendo.

Kell se sentóen el suelo y miró la luna, como no, después del subidón siempre vienes el bajón.

-No nos merecemos esto,- dijo con la voz rota, todos la miraron- somos adolescentes se supone que deberíamos estar bebiendo, bailando, disfrutando de nuestra y no estando a punto de morir por culpa de una guerra que la Socieda de Sáterix no puedo arreglar hace mucho tiempo.

Todos bajaron la cabeza, aunque estuvieran un poco bastante borrachos lo que decía Kell era verdad. Todo lo que estaba pasando era por culpa de un problema que la Sociedad no pudo arreglar cuando tuvo su oprtunidad. Y aún por encima los metían a ellos y a más adolescentes para que fueran a la guerra, eso no era justo.

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Las guerreras y los soldados estaban luchando unos contra otros como entrenamiento, aunque el entrenamiento era bastante intenso pero no se mataban, mientras Bas le explicaba a Nev, Fax y Ren cómo habían acabado así. Liam y Aish estaban luchando uno contra otro hasta que Liam le tiró la espada al suelo y le apuntó con la punta de su lanza al pecho. Aish levantó las manos en señal de que se rendía. Hicieron otra ronda, en esta Aish le quitó la lanza a Liam y le apuntó con ella, Liam no levantó las manos como Aish habría creído, si no que cogió la lanza por el mango le dio la vuelta eso hizo que Aish perdiera el equilibrio y soltara la lanza. Liam le puso un pie en el pecho y le apuntó con la lanza.

-Te rendiste demasiado pronto.- le dijo Liam a Aish.

Le ayudó a levantarse y se alejó hacia sus guerreras.

-Las guerreras iremos hacia la zona de la academia para ver que todo va bien. Vosotros quedaros aquí para entrenar.- le dijo una guerrera a los soldados y a Nev, Fax y Ren.

-¿Y por qué nosotros nos tenemos que uedar aquí mientras vosotras vais allí?- le espetó Nev.

-Porque estamos mejor entrenadas que vosotros.- le contestó ella.

-Ya basta Malia.- le dijo Liam.

Las guerreras salieron por la puerta del castillo hacia la academia mientras los demás seguían luchando.

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Se oía por la aldea que iba a haber una guerra y los que la mayoría que participarían en ella eran adolescentes. La muchacha se fue corriendo a su casa de la aldea después de oír eso. En la casa le esperaba su mejor amigo, que estaba afilando unos cuchillos. Ella le contó todo lo que pasaba y decidieron ir a ayudar. Saldrían ya porque de su aldea al lugar se tardaba bastante en llegar.