El chico se lo pensó un momento, empezaron a oír ruidos que venían de las escaleras. Él estaba desarmado y nos que supiera pelear muy bien, solo sabía utilizar el arco y las flechas y allí solo había una espada. El arco y las flechas de Kell estaban en el despacho del líder.
-Yo sé luchar.- dijo Kell.
El muchacho la miró y se decidió por habrirle la puerta. Kell cogió la espada se puso delante del chico y en modo defensa. Cuando los guerreron llegaron ella fue dejando a todos incoscientes, si Lia estuviera allí los habría matado a todos, pero Kell no quería causa una mala impresión a el chico. Corrieron fuera de los calabozos seguido del perro que en realidad era un lobo. Cuando llegaron arriba fueron a coger las pertenencias de Kell, el arco, las flechas, la capa y la cuerda y salieron corriendo de allí. Cuando ya se habían alejado lo suficiente del reino pararon de correr.
-¿Cómo te llamas?- le preguntó Kell.
-Nev, ¿y tú?
-Kell, y los siento por no haberte liberado aquella vez. Mi madre quiere que sea como ella, pero yo nunca seré como ella porque yo me preocuparía por el reino. Pero veo que te escapaste.
-Soy buscado ahora en todos los reinos, este era el único en el que no había tenido ningún problema, donde pordía vivir en paz.
-¿Entonces por qué te metiste en problemas?
-Para salvar a mi hermana melliza.
-¿Lo conseguiste?
-Si
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“A veces ha que saltar a la oscuridad para ganar, y la oscuridad no siempre es la noche o un rincón oscuro ni siquiera la esquila de un granero. La oscuridad puede tener otro significado más aterrador.”
Aqles se levantó de golpe, ya era de día, pero cuando miró a su alrededos ya no estaba en el bosque si no en una casa. Se levantó del colchón donde estaba y fue a ver quirn lo había llevado hasta allí. Cuando entró en lo que parecía ser el salón de la casa, vio a dos hombres de piel oscura hablando entre sí. Cuando uno se dio la vuelta Aqles pudo ver muy bien quien era.
-¡Fax!
Corrió hacia su amigo que pensaba que había muerto en el bosque por culpa de todas aquella flechas y le dio un abrazo.
-¿Cómo es que estás vivo?-Él me encontró,-dijo señalando al otro hombre- y me curó.
-Soy Ren.- se presentó él.
-Yo Aqles.
-Lo sé, trabaje en tu reino hace unos años como médico, pero me echaron. Ahora, vivo aquí curando a la gente que necesita mi ayuda, alojando a los que necesitan una casa por un tiempo.
Ren no parecía mayor que Aqles o Fax, la verdad es que parecían todos de la misma edad. Fax le puso a Aqles una mano e el hombro y le preguntó.
-¿Alguna otra aventura?
-¿Seguro que quieres?- preguntó él, Fax asintió- Tengo que ir a rescatar a unos amigos.
-Pues vamos entonces.
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Lia se acercó a Bas y le dio una bofetada. Todo el mundo del pueblo soltó un pequeño grito de sorpresa.
-Mi rey está bien.- dijo una aldeana.
Lia miró a Bas si entender por qué aquella aldeana le había dicho mi rey. El joven cogió a Lia del brazo y la alejó de allí para explicarle lo que estaba pasando.
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Sáterix I: La guerra de las tres clases
FantasyEn la sociedad de Sáterix todos están divididos según son, primera segunda o tercera clase. Pero todo eso cambia con la llegada de una niña y sus amigos Es mi primera historia a si que me ayudaríais mucho si comentarais, votarais y compartierais la...