Naruto en el mundo de miraculous Ladybug

CAPITULO 31 (Editado)

-¿Cómo pudo pasar esto?!-. Decía desesperada Ladybug en la habitación de Adrien frente al Agreste.

Lo que ocurrió ese día fue que Hawk Moth al poder volver a akumatizar, lo hizo con un niño, su poder era que cuando las personas escucharán su canción tomarían riesgos, al no ser un akuma que llamara la atención, pasó desapercibido y los héroes fueron afectados mientras estaban en su forma civil.

Pero no por eso, sino también un sentimonstruo, uno de un poder enorme llamado contraataque, el cual casi derrota a todos los portadores de miraculous debido a que podía usar sus poderes en contra de ellos.

Pero una vez más, hubo un nuevo factor que causó que se diera la escena anterior, Félix, el primo idéntico de Adrien que se hizo pasar por este último y obtuvo el miraculous del perro con el cual consiguió el yo-yo de Ladybug e hizo un trato con Gabriel Agreste, alias Hawk Moth, todos los miraculous y el anillo a cambio del miraculous del pavorreal.

Y en esa noche, Hawk Moth mandó un mensaje a los superhéroes parisinos y a los ciudadanos.

-Tengo en mi poder todos los miraculous, ahora no tendrán aliados, rindanse de una vez-.

Las palabras del villano hicieron dudar a Ladybug, pero al ver cómo todo Paris confiaba en ella, decidió no darse por vencida y lucharía hasta que lograra vencer.

-Él mensaje no tuvo el efecto que planeado-. Decía intrigado Gabriel.

-Los ciudadanos confían plenamente en Ladybug y Chat Noir, no será fácil eliminar esa confianza mientras ellos no se rindan-. Dijo Natalie ya recuperada.

-Ahora la pregunta es ¿De dónde proviene toda esa confianza?-. Se preguntaba Gabriel hasta que recordó que los miraculous de la creación y la destrucción eran los más poderosos, pero su verdadero poder estaba contenido y entonces recordó uno de sus planes anteriores.

-Nathalie, retomaremos un plan anterior-. Dijo Gabriel mientras sostenía el miraculous del caballo.

En ese momento, sonó el timbre de la mansión, era el mensajero que llevaba un paquete.

Cuando Gabriel abrió el paquete, la sonrisa que hace unos momentos adornaba su rostro se hizo incluso más grande.