Esto Es Guerra

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POV IZUKU

Cuando los vi juntos, no mentiré, me sentí traicionado, dolido y con muchas preguntas.
Ese peli rojo ¿podía besar a Kacchan? Así como si nada, joder. No sabía ni su nombre, pero ya me sabía a mierda.

¡NI SI QUIERA ES SOLO ESO!

El muy hijo de puta me quedo mirando a los ojos, a los putos ojos cuando le estaba besando a ese crío ahí, contra la pared, y yo pensando en que era hetero el muy.... ¡JODER!

Después de miles de blasfemias mentales y matarle con la mirada, vi como uno de los profesores se les acercaba. Ambos corrieron, bueno, el rubio jalo del brazo al otro chico. No entiendo porque, esta bien, un beso amerita un reto, ¿no?

—¿No es un asco? —pregunto la chica a mi lado, asqueada. No sabía su nombre, pero me desagrado su comentario.

—¿Asco... Ellos o tú? —le mire de arriba abajo, quizá mi personalidad era respetuosa y tímida, pero con estas crías. Ni de coña.

Sus grandes pechos rebotaron cuando se giro a verme indignada.

—Veo que no lo sabes, aquí es todo contra LGBT, la escuela no tolera estas barbaries, no es normal. Así que son asignados a una clase particular de sociología, o echados del recinto si se insiste en la conducta —me soltó, un sermón que me supo a mierda, otra vez. No tenía idea de esto.

—Ya veo que no sólo la escuela es la intolerante, también los alumnos, ¿no? —me cruce de brazos indignado.

—Sí, lo soy, no me importa admitirlo. Además, ¿no ves lo que pasa aquí? ¡ES UNA COMPLETA PÉRDIDA! Esos tíos son muy lindos. —se sonrojo, pero no creo que sea de vergüenza—. Por cierto, ¿cómo te llamas?

—Izuku Midoriya —le solté, mordiéndome la lengua para no decirle perra.

—Genial, también eres lindo, no te enojes por eso —se ordenó un mechón de su cabello tras su oreja—; yo soy Momo Yaoyorozu, no diría que un gusto, pero es bueno conocerte. Después de todo, Uraraka no para de decir tu nombre.

La quede mirando con sorpresa, pero antes de que pudiera preguntar a que se refería, se fue. Me lanzó un beso.
No era fea, tenía buen cuerpo, una personalidad de mierda, pero ya que, no todo es perfecto.

Amargado, me fui en mi moto a dar una vuelta por el gran lugar. No podía salir del recinto hasta el viernes, cosa que me parecía fatal.
Sentía el aire en el cabello, en el rostro y eso hizo que me relajará.

Me veía en el reflejo de las ventanas al pasar, del cristal tan brillante, lleno de gente al otro lado. Me sentí repudiado. Este no era mi yo de años atrás, tenía apenas 17, pero solo hace 3 años atrás, era totalmente distinto. Mamá decía que extrañaba mi carita de niño bueno, pero me rompieron, ya no podía ser tan ingenuo. Kacchan me lo volví a enseñar, todo con un simple beso que me dolía.
Veía esa imagen una y otra vez en mi memoria. No sabía porque, pero me daba rabia. Creo que lo que más me confunde, es no saber, que parte es rabia y cual son celos. Nunca me cuestione mi sexualidad, ni mi persona, ni mis gustos... Mucho menos pensé sentir atracción por ese bastardo.

Veía el brillo de las perforaciones y sentía su peso con el viento, tendré que agregar una más, se supone, tampoco estaban permitidas, tuve que hacer un trato con el director para no quitarmelas, de todos modos, pensaba cubrirlas con un gorro o algo si era necesario. Eran mías, una marca por cada persona que me había herido. Eso significaban para mí. Eran 4 en la oreja izquierda y 5 en la derecha, pero 3 de ellas eran por causa de la misma persona. Recordaba vagamente, cuando las veía, el porqué había cambiado tanto en tan poco tiempo. Era estúpido, pero nadie sabía el porqué me las había echo apenas un años atrás.

explosivamente adictivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora