Al entrar a la casa nuevamente, noté al camaleón de antes cruzado de brazos, verificando las decoraciones del lugar, casi como si dirigiera todo el puñado de trabajadores de la mansión de Sonic.
Me miraba y me hacía caso omiso, al voltear pude ver a la coneja de la otra vez, estaba sosteniendo con firmeza las herramientas que los otros miembros del personal usaban para encargarse de hacer las decoraciones.
—Permítame ayudarla, señorita— Dije, las herramientas parecían pesadas, martillos y demás cosas; tan solo me acerqué para arrebatarle la mayoría de las cosas, cargándolas yo y que ella solo se quedase con unas pocas cosas... Por no decir que la dejé solo con el papel tapiz.
Los trabajadores voltean a verme en silencio, por lo que hice una mueca de extrañeza debido a que no entendía lo que pasaba.
—Eh... joven, su uniforme...— Me señala la coneja con nerviosismo, me había dado cuenta bastante tarde de que mi traje estaba manchado de pintura y de polvo. Al mirar a mis alrededores, noté que los otros llevaban un uniforme muy distinto al mío, un jumpsuit de mezclilla y unas botas grandes para encargarse de las tareas pesadas del hogar.
De ahí lo entendí, entendí sus miradas...
Espio se me acerca y me empuja bruscamente, agarrándome del cuello de la camisa. —¡¿No sabes lo que haces, imbécil!? ¡No puedes venir a hacerte el que ayuda cuando eso no es lo que te ha mandado el amo! Largo de aquí y ve a hacer tus tareas correspondientes, niñato.— Antes de siquiera responder o reaccionar ante su actitud impulsiva, me suelta de donde me tenía agarrado y se va a seguir dando indicaciones.
Aprieto mis puños y me dispongo a ir por él, pero una coneja más pequeña me toma del brazo y me lleva con ella, alejándome del lugar.
—¿Qué haces?— Pregunté molesto, la pequeña coneja no contestaba y seguía caminando... Hasta que finalmente llegamos a una habitación, una bastante pequeña.
—Bienvenido al cuarto de lavado, amigo... Mi nombre es Cream, soy la hija de la señorita que ayudaste hace unos minutos... Me disculpo por el comportamiento de nuestro querido Espio... Ha estado muy estresado últimamente.— Comentaba con una evidente angustia.
La volteo a ver y pude admirar su rostro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era muy bella, su lindo vestido la hacía lucir como si fuese a un velorio, lo cual era un estilo que en lo personal, me gustaba mucho.
—Mi nombre es Cream, y tengo 12 años... Soy una coneja de la alta sociedad, quizá no me hayas visto por aquí pero, estoy aquí ya que estoy comprometida en un matrimonio planificado con tu amo— Murmuró.
