XIX

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Después de unos segundos, salí del cuarto de lavado. Mi mente estaba algo dispersa cuando de repente choco con algo.

Era la madre de Cream, después de disculparme y sacudirme el traje; me mira con preocupación.

—¿Has visto a mi hija?, en un rato será su cena privada con Sonic y... Necesito encontrarla—

Ya veo por qué tenía tanta prisa en irse...
—No se preocupe señorita, estuve hablando con ella hace unos segundos. Seguramente se fue para allá— Dije señalando al patio.

—Muchas gracias, joven... Supongo que lo veré más tarde— Soltó una sonrisa rápidamente, para después ir acelerada a buscar a su hija.

Vaya vida la que tienen estas personas...

Miré hacia un enorme ventanal, el sol estaba ocultándose... Supongo que no faltaba mucho para que se llevara a cabo la cena de Cream y el azulado subidito. Con calma, me volteé para subir las escaleras cuando de repente me encuentro con Sonic, bajando las escaleras.

Tan sólo se detuvó y sonrió.
—Vaya, parece que la casa es bastante pequeña... Hola de nuevo, ¿qué tal estás?— Comenta con una voz algo baja, saludé de manera cordial, cuando de repente se acerca demasiado a mí.

—Mira lo que te conseguí, es un comunicador para que puedas estar siempre disponible cuando necesite tu apoyo o compañía. Tiene un mapa/gps de mi casa con indicaciones, así tal vez no te pierdes—Mientras me explicaba todo lo qué su maravilloso aparato podía hacer, el erizo azul cada vez se acercaba más. Al voltear mi cara a los pies de las escaleras para evitar ver a Sonic e incomodarme ante su presencia; noto a Espio mirándolo fijamente con una cara de sorpresa y molestia... Para después voltear bruscamente e irse.

Ignorando lo que acababa de pasar y para no seguir sintiéndome incomodado, tomé el comunicador y puse mi mano en el pecho de Sonic, alejándolo de mí. Después, cambié de tema.
—Bien, bien. Ya entendí lo que puede hacer esta cosa pero... Tengo una duda que no me dejará dormir: ¿No se supone qué acabas de comer? Digo, no creo que mis Chilidogs sean tan ligeros como para andar comiendo una hora después... Te pondrás gordo y ya nadie querrá estar contigo, a menos de que le menciones el precio de tu ropa y el dinero qué posees en tu cuenta bancaria— Reí, intentando ofenderlo.

En eso, Sonic suelta una carcajada. —No puedo engordar, Shadow...Tengo una buena digestión. Y sobre la comida... No te apresures, estoy acostumbrado a tener siempre algo en la boca— Contesta, guiñándome el ojo y terminando de bajar las escaleras, despidiéndose con la mano desde abajo, dejándome pensando.

—¿Eso que dijo fue algún tipo de doble sentido?— Me dije, ignorándolo al instante. Me puse el comunicador que Sonic me había regalado en la muñeca y comencé a observarlo. Se veía costoso.

Horas después...

Me quedé sentado en las escaleras configurando y explorando mi comunicador cuando de la nada suena.

—Shadow, te necesito ahora. Ven a mi habitación—

•ɴɪɴ̃ᴏ ᴍᴀʟᴄʀɪᴀᴅᴏ• SonadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora