•ɴɪɴ̃ᴏ ᴍᴀʟᴄʀɪᴀᴅᴏ• Sonadow

III

-Mi nombre es Sonic. Y para tu información, no soy mocoso.- Me miraba desafiante, lo cual me extrañó un poco. No parecía sentirse intimidado por mí, por lo que simplemente se alejó de la pared y se fue con los demás chicos a su salón, ignorando mi molestia por completo.

-¿Qué se cree ese niño imbécil?- Pensé, para después seguir con mi camino. Luego de unos minutos y de estar un poco más tranquilo, vibra mi celular.

Al revisar el celular y ver la hora que era, supe que el mensaje era de Rouge.
-"Hey Shadow, ¿Dónde estás? ¡Ya casi empieza la clase!"-

Al terminar de escuchar el audio, suspiré ondo y comencé a apresurar el paso, espero no llegar tarde el primer día.

•••
Al entrar al salón, pude notar que Rouge ya se encontraba sentada, estaba en la segunda banca de la fila, con su mochila en la butaca delante de ella.

-Te aparté un lugar, querido- Murmuró con una suave voz mientras quitaba su mochila del lugar y ponía su mano en la silla del pupitre, indicando que me sentara.

-Gracias Rouge, realmente agradezco que de nuevo me guardes el primer asiento, no sabes lo mucho que me encanta esta materia- Contesté con una pequeña sonrisa en el rostro, para posteriormente sentarme. Aquella murciélago había sido mi mejor amiga desde preescolar y realmente sentía que era casi como una hermana para mí. Habíamos vivido de todo ya, desde su primera decaída por amor hasta su actual relación con... Knuckles.

Siendo sincero, él no era un chico que me cayera de lo mejor ya que se me hacía bastante estúpido pero, Rouge lo amaba y estaba muy feliz con él así que, con eso me bastaba.

Las clases comenzaron y definitivamente logré entrar en un estado de relajación total, olvidando el mal rato que había pasado hace unos minutos.
•••

Las semanas pasaron y todo iba normal, había terminado una clase más y ya era hora del almuerzo, todos mis compañeros salían del aula con cara de agotamiento por la cantidad de cosas que nos habían explicado durante las clases y pues, me causaba un poco de gracia. Rouge, su novio y yo salimos al último.

-Knuckles y yo queríamos ir a comer ramen antes de nuestras siguientes clases, ¿quieres venir con nosotros?- Cuestionó la murciélago, a lo que negué con la cabeza.

-Muchas gracias, Rouge. Pero el día de hoy paso.- Respondí, ella y su chico lo entendieron al cien.
-De acuerdo, Shadow. Nos veremos luego entonces, adiós mi amargado.- Rouge y Knuckles se fueron por su lado, dejándome solo en el pasillo. Comencé a caminar en búsqueda de mi casillero para dejar mis cuadernos e ir a comer, cuando de repente alguien se tropieza conmigo.

-Ups. Lo siento Shadow, te estaba buscando y al verte quise caminar rápido y me tropecé- Escuché de repente, al voltear, pude ver el rostro de quien se había chocado conmigo.
-Oh, Silver. No te preocupes, ¿Qué tal todo?- Contesté con un tono tranquilo.

Silver es un compañero bastante cercano a mí, es parte del Comité de estudiantes al igual que yo y es uno de los mejores estudiantes de la preparatoria, pues es un niño prodigio. Con tan solo 14 años de edad, ha logrado más que toda la escuela junta y eso no era algo de lo que no había que alardear; a pesar de eso, nunca ha tenido ningún comportamiento soberbio.

-Pues, me encantaría decirte que todo está bien, Shadow. La cosa es que, hay un chico que durante estas últimas horas se la ha pasado buscando a gente para molestar, ahora está en la cafetería y no tengo idea de como se llama... Pero es un erizo azul, con ojos verdes. Realmente me intimida- Comenta Silver mientras se encorvaba de la vergüenza.

De repente, recordé. -¿¡Otra vez ese imbécil?!- Grité, haciendo que toda la gente del pasillo volteara a vernos con extrañeza. Si era de nuevo el tal "Sonic", no se lo iba a perdonar. Silver, a pesar de cursar en el mismo semestre que yo, era demasiado pequeño y vulnerable a este tipo de situaciones, así que defenderlo era algo casi impulsivo que sentía en mi interior.

-Lo siento si lo que he dicho te ha molestado, Shadow. Prometo pagártelo luego pero, me dijo que iba a hacerme la vida imposible durante mi estadía aquí- El erizo plateado me causaba preocupación, siendo él una de las personas más amigables que he conocido, no iba a dejar que lo humillaran.

•••
-¡Estoy buscando a alguien digno para que trabaje en mi hogar!, ¿Algún interesado?- Gritaba el cobalto al resto de personas en la cafetería. Estaba arriba de una mesa, supongo que para llamar más la atención.

-¡Oh! Mírenla a ella, cumple todos los requisitos para trabajar como sirvienta- Mencionaba el de ojos verdes mientras se ponía de cuclillas e intentaba subir a una pequeña chica coneja a la mesa, para ponerla en vergüenza.

Al entrar a la cafetería, Silver lo señala
-Es él- Finalizó tembloroso.

-Creo que es momento de que dejes de humillar a la gente, erizo-