XI

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—Vaya, veo que no te tomaste la molestia de cambiarte los trapos que llevabas puestos en la escuela...—
Dijo Sonic con referencia a mi ropa, mientras me miraba de cabeza a los pies, con muchísima atención.

—Tengo ropa decente en mi mochila , e r i z o— Contesté, rodando los ojos.

—Oh, no te preocupes por eso. Después de todo, durante tu estadía aquí te vestirás como debes... Vanilla, trae toda la ropa que te dije que sería para el joven Shadow— El cobalto dio unos pequeños aplausos y una mujer conejo, con paso acelerado y mirada al suelo, vino a entregarme una torre de ropa.

—Eh... Oye, creo que esto es demasiado, Sonic. No puedo llevarme a casa todo lo que me diste en esta minúscula mochila— Dije, señalando mi mochila. No cabría todo ya que llevaba mis libros y materiales escolares, Sonic me había dado muchísimas cosas: Camisas, sacos, moños, pantalones, calcetines y varios pares de zapatos... Esto parecía más un premio que una tortura (como imaginaba que sería).

—Eh... Creo que estás entendiendo mal las cosas, Shadow... Vas a vivir aquí, nuestros trabajadores no pueden arriesgarse a vivir en sus casas ya que podríamos involucrarnos en extorsiones y otras cosas— Dijo con una sonrisa en la cara; demasiada alegre como para hablar de extorsiones, secuestros y eso.

—Yo... ¿Vivir aquí?— Hice un gesto de extrañeza.
—¿Dejar mi casa? ¿Qué pasará con la escuela? ¿Qué será de mi casa? ¿De Rouge? ¿De todo?— Cuestioné molesto, mientras negaba con la cabeza todo lo que Sonic me había dicho.

El erizo azul volteó los ojos.
—Primero, sí... Dejarás tu casa. Segunda, seguirás yendo a la escuela... Pero volverás aquí para hacer tus deberes escolares y laborales. Tercera, venderemos o donaremos tu casa a la caridad para que sea una nueva casa hogar. Cuarta, Podrás seguir viendo a Rouge. Y por último, vivirás aquí normalmente... No deberías preocuparte por eso.— Contestó el cobalto, mientras se acomodaba la corbata que llevaba puesta con delicadeza, no se atrevió ni a mirarme.

—¿Al menos ya tienes visualizado dónde dormiré?— Pregunté, con la esperanza de que no tuviera idea. Pero para mi sorpresa, ya lo tenía bastante claro, o eso me dijo. No esperaba que me diera la mejor habitación; siendo como es, no dudaría que me mandaría a dormir al patio de su casa.

En eso, el zorro interrumpe:
—¡Sonic! Tengo que irme a casa... No quiero causarte interrupciones ahora que estás con tu... Nuevo trabajador. Nos vemos mañana a primera hora— Ambos chocaron los puños y el zorro se retiró, mirándome con desagrado.

Sonic soltó una risa leve —Vaya... Tails es bastante divertido, ¿No crees? Es mi vecino y mejor amigo desde que somos pequeños... Si buscas innovación, deberías buscarlo a él. Nunca le diría que no a... Un empleado... Como tú...— Sonrió coqueto, haciendo que me pusiera rojo y algo incómodo. Que estupidez, solo está actuando bien porque había gente alrededor de nosotros.

—Bueno... Ven, acompáñame— Dijo el cobalto. Lo seguí hasta llegar a una habitación. Al entrar no pude evitar sorprenderme. No se veía como la de un trabajador; de hecho, era bastante lujosa... Me le quedé viendo sorprendido, al preguntarle el motivo de esta pieza tan amplia y limpia, él solo se limitó a contarme que todos tenían una habitación así de lujosa. Quedé incrédulo, realmente pensé que sería una mierda con sus trabajadores.

—Acomódate en tu habitación, por favor. Vector irá a hacer el traspaso de lo que tienes en tu casa para acá... Y veremos qué desechamos. Te espero en la cocina en una hora, así que sé veloz. Espero que te pongas ya la ropa que te di, nos vemos en un rato— Finalizó Sonic, saliendo del cuarto con su celular en la mano.

—Espera... ¿PERO DÓNDE ESTÁ LA COCIN- —
Antes de terminar, el erizo cerró la puerta.

Me senté sobre la enorme cama y reflexioné por un buen rato:
—¿Por qué me trata tan bien ahora...? ¿Será que así es con los nuevos trabajadores para después tratarlos como esclavos? Quizá solo estaba alucinando pero, es como si hubiera ganado la apuesta y terminara teniendo una vida de lujo. Sin embargo, perdí. Quizá es solo cuestión de tiempo para ver de nuevo la verdadera actitud de Sonic.—

Saqué mi más grande reliquia de mi mochila y la miré fijamente.
—¿Será qué si eres la esmeralda de la suerte que tanto decía que eras cuando era pequeño?—
Dije con un brillo en los ojos, para después soltar una carcajada, dejando la esmeralda en uno de los cajones del buró.

—Nah, sueno como un idiota— Murmuré, antes de simplemente suspirar y resignarme a empezar una nueva vida.

•ɴɪɴ̃ᴏ ᴍᴀʟᴄʀɪᴀᴅᴏ• SonadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora