Estaba perdido en mis pensamientos mientras caminaba por los pasillos de la escuela, en búsqueda de mi casillero, pero el timbre me hizo volver a poner los pies sobre la tierra, haciendo qué inmediatamente pausara la música que tenía para poder comprobar el ruido del timbre.
—Mierda— Susurré, pasó tiempo que no estaba por aquí que realmente se me había olvidado revisar algo tan básico como mi horario de clases, revisando las conversaciones del grupo de whatsapp escolar, pude caer en cuenta que había borrado la foto que tenía las materias y hora de mis clases. Mientras rodaba mis ojos al darme cuenta de mi idiotez, saqué mi celular y decidí mandarle un audio a mi mejor amiga, Rouge.
—Hey Rouge, una disculpa por la molestia pero, parece que soy imbécil y pues... Borré sin querer el horario que nos dieron en la inscripción... ¿Puedes decirme en que salón están y la materia que nos toca ahora?— El audio fue enviado e inmediatamente respondido.
—"Vaya, nunca pensé que nuestro preciado jefe de grupo fuera tan distraído como para perder su horario y saber que llegó una hora antes de iniciar nuestras clases... ¿Dónde estoy? En el bus de camino a la escuela... Te recomiendo checar tu reloj, Sayonara"— Al terminar de escuchar lo que Rouge me había mandado, apagué el celular con el ceño fruncido ¡Había llegado demasiado temprano!
Mientras me encontraba haciendo un berrinche por algo realmente tonto, alguien llega detrás de mí y toca mi hombro, haciendo que voltee rápidamente con la intención de insultar. —¿Pero qu- Ah, es usted, señor director— Mis palabras decidieron volverse cordiales, ya que, estaba hablando con una autoridad.
—Buen día, joven Shadow... Veo que es el único de 3° año que está presente.—
—Eh... Sí, quizá me distraje un poco...— Dije mientras miraba hacia otro lado apenado, intentando no sentirme como imbécil.
—Pues me alegra que esté aquí, Shadow. verás... Acaban de llegar chicos de primer semestre y les estoy enseñando la escuela, pero... Tengo una junta importante y no podré seguir mostrándole el lugar al último grupo, ¿podría encargarse de ésto si no es mucha molestia— Murmuró el director, eché un vistazo tras su hombro y pude notar la gran cantidad de chicos que estaban presentes detrás de él, soy un estudiante más, no un niñero.
—¿Por qué debería ayudarle— Cuestioné con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—Bueno, usted es el alumno de más honores que tenemos aquí, además de que, eres parte del comité de alumnos... Solo es un Grupo, hazlo por la escuela, sería un honor para estos niños...— Responde el director intentando convencerme, a lo que simplemente respiré.
—Bien, bien... ¿Qué salón son?— Cuestioné, intentando no sonar disgustado.
—Son el último salón, el de hasta el fondo—
••• Minutos después, ya me encontraba caminando por los pasillos de los chicos de primero, viendo el cartel de cada salón. Hace mucho que no venía para acá.
—Bien, al fin llegué— Abrí la puerta, al verme entrar, todos se mantuvieron callados y tranquilos, a excepción de uno.
Un erizo color azul estaba sentado en el escritorio del profesor, que irrespetuoso.
Agh, es solo un mocoso. —Ejem... Hola, buen día a todos. Mi nombre es Shadow the Hedgehog, estudiante de sexto semestre. El día de hoy seré quien les dé un tour alrededor de esta escuela de élite— Finalicé, con un tono formal, haciendo que todos se quedaran asombrados ante mi discurso imponente.
Al voltear al escritorio, pude notar que el erizo color azul me observaba fijamente mientras daba mi discurso... Parecía ser alguien bastante rarito.
Al terminar de hablar, el cobalto soltó una sonrisa pícara. ¿A caso pensaba que estaba jugando con él?
—¿Algún problema, erizo?— Pregunté de manera seria, intentando disimular que estaba perdiendo la paciencia ante su actitud. Al hacer eso, pude verlo más a detalle.
Aquel erizo vestía muy bien, no pude evitar quedarme asombrado por su buen gusto.
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—No, no pasa nada mi estimado erizo... Oscuro. Ahora, muéstranos la escuela y toma esto. Por favor... Compra ropa decente.— El erizo se levantó del escritorio y caminó hacia la puerta, no sin antes pasar frente a mí, arrojándome 50 dólares a la cara ¿Qué carajo significaba eso? ¡Una evidente falta de respeto! Además de que, ¡la ropa que traigo es decente!
Sus compañeros, algo impactados por el momento y yo salimos después de él; para posteriormente empezar el recorrido por la escuela.
Mientras caminábamos rápidamente para terminar pronto el recorrido, el erizo azul no podía cerrar su bocota, comentando cada minúsculo detalle de la escuela.
—¡Ja! Esas baratijas no se parecen a los materiales del laboratorio de mi antiguo colegio, parece que los han comprado en una tienda de segunda— Comentaba el de ojos esmeralda con un tono burlón, ese idiota en serio me estaba colmando la paciencia.
Cada aula a la que íbamos, tenía más cosas que él podía criticar.
—Tú... Idiota... —No pude evitarlo más, lo aislé de los demás compañeros y lo recargué en la pared con molestia.
—¿Cuál es tu nombre, mocoso?— Cuestioné furioso, a lo que él sólo sonrió.
