Gritó Lobo

Prólogo

Corría, corría lo más rápido posible.
Pero, ¿Porque? ¿De quien? ¿Por cuanto tiempo más?

Mis mejillas tenían cortes por las ramas de los árboles, mis pies arañazos y raspones, estaba a punto de tener un ataque de pánico por la incertidumbre y lo agotado que se encontraba mi cuerpo.

Moriría, por más que luche se que acabaré muriendo, de nada servirá tanto esfuerzo.

Pasaba por los árboles con rapidez, la oscuridad y los troncos no ayudaban a mi huida.

La luna era casi invisible, haciendo así la noche más oscura y tenebrosa, no se escuchaba más que mis sollozos y pasos apresurados, y él, el me perseguía.

Caí.

Golpee mi rodilla con una de las raíces que sobresalían de un gigantesco árbol, era negro y tenebroso.Sus ramas y hojas estaban secas, parecía quemado. Me puse de pie, mi rodilla dolía, sangraba, el me perseguía, debía esconderme, debía sobrevivir.

Mi pecho subía y bajaba con intensidad, mi garganta dolía por lo seca que se encontraba, ya no sentía mis pies de tanto correr.

Vi una casa a las afueras del bosque, se veía abandonada.

 No, el sabría que estoy ahí, no puedo ser tan estupida. Seguí corriendo y pase la casita de largo.

Corría, la oscuridad no me permitía ver más que lo que tenía frente a mi, resbalé. Dolía, mi mano dolía, olvidé el dolor de mi rodilla, este es aún más intenso.

No por favor, estoy sola en este mundo.

No puedo morir y que nadie me eche de menos.

No puedo morir y quedar en el olvido.

La oscuridad se adueñó de mí.... Me había desmayado.

...

Desperté, no se cuanto tiempo estuve así, estaba aún más oscuro. Mis pies no respondían, mi piel picaba y mi mano derecha sangraba, el hueso sobresalía de la carne.

Estaba totalmente paralizada, era como si no fuese yo quien tiene el control de mi cuerpo, por que soy consciente de que envíe la información a mi cerebro de ponerme de pie y correr, de al menos tomar la piedra con filo que se encontraba a mi lado y defenderme con ella, pero no me movía, no hacía más que respirar y esperar mi muerte, ¿Tan patética soy?

Si me matará que lo haga ahora, que no me atormente más.

Escuché pasos a mi alrededor, el contoneo de cadenas, estaba jugando conmigo. Las arrastraba, golpeaba los árboles con ellas, se reía, podía escucharlo reír. ¿Porque no se muestra?¿Porque no deja de jugar ya?

Era como si el leon jugara con la presa antes de asesinarla, como si disfrutara mi desesperación por escapar, como si lo hubiese planeado desde el principio.

Se acercó, vestía de negro. Pantalón y camisa de vestir, zapatos finos y caros, era alto, hombros anchos, tenía cadenas en sus manos las cuales arrastraba, tenía sangre en todo su cuerpo más no estaba lastimado, su rostro no lo veía.

¿Porque no lo podía ver si estaba tan cerca?

Su olor.

Huele a sangre.

A tierra.

A muerte.

Mi muerte.

Cerré los ojos por inercia, no quería verlo acercarse más para acabar con mi miserable vida.

Morir, morir sin más compañía que tu verdugo. Morir magullada, y brutalmente asesinada, ¿Que hice yo para merecerlo? ¿Acaso mire mal a alguien? ¿Robe? ¿Aceciné a alguien? ¿Tuve algún mal pensamiento siquiera? ¿Conteste mal a un mayor? ¿Para esto nací?

A todo esto, ¿Porque estoy aquí?, recuerdo haber dormido en mi cama, tenía un pijama azul puesto cuando me dormí, ¿Porque llevaba una bata blanca?¿porque llevo mi rojizo pelo suelto si me lo recogí en una trenza antes de dormir?

Esto no es real.

Abrí los ojos y efectivamente, estaba en mi habitación, toqué mi pelo, estaba trenzado, mi pijama azul estaba húmedo por el sudor, las pesadillas regresaron.

Pero ¿Porque? No tengo ningún trauma de pequeña, no que yo recuerde.

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