Llegue al hotel comí un delicioso almuerzo y luego me coloqué mi uniforme, este consiste en una falda negra a la cintura que ajusta al cuerpo, camisa blanca con un corbatín azul y saco negro, mi cabello lo puedo peinar como deseé, la mayor parte del tiempo lo llevo en un moño, como es el caso el día de hoy, maquillé un poco más mi rostro, puse un poco de labial y rubor para mis mejillas, según mi supervisor soy el rostro del hotel ya que soy quien los atiende por lo que siempre debo verme bien.Luego de varias horas de trabajo y clientes solicitando hospedaje o información llegó la hora de la cena, así que me dirigí al comedor de empleados para comerla, solo tendría 20 minutos así que debía ser rápida, aunque siempre lo he sido, creo que crecer en un orfanato te da ciertas ventajas.
Esta consistía en una pasta corta con salsa de hongos y pedí un poco de jugo de melón para acompañarlo, Jenny mi compañera me miró extrañada, ya que según ella la pasta sabe mejor con vino, pero a mí este no me gustaba.
Parece sangre, la oscura y espesa sangre de mis sueños.
-Marie, te estoy hablando- reclamó mi compañera la cual no para de hablar literalmente, pero al menos me distraigo con ella, pero hoy precisamente me siento muy extraña, me siento como si algo malo pasará y es así desde el momento que llegué al hotel.
Es una sensación angustiante, siento como si mi pecho tuviera una opresión, y mi estómago está revuelto, pero no revuelto como cuando comes algo y te cae mal, sino con nervios y angustia.
Deseo llegar a casa.
-Lo siento, no me siento muy bien- dije tratando de poner atención.
-¿Quieres que le avise al supervisor para que te retires?- preguntó tomando mi mano.
-No lo hagas, de todos modos solo debo quedarme dos horas más, además supongo que es solo cansancio- dije restándole importancia para luego tomar un poco de mi jugo.
Terminamos de comer, y nos despedimos ya que Kim Jenny trabaja en el segundo nivel, mientras que yo le encuentro en el lobby, aveces ella bromeaba con los demás diciendo que éramos hermanas porque tenemos el mismo apellido, en mi caso lo llevo porque no habían registros míos, y era muy pequeña cuando me encontraron, por lo que no sabía mi verdadero apellido solo mi nombre, así que me pusieron Kim porque es el más común en este país, pero es lógico que no lo somos, ella es coreana y yo exactamente no sé de qué país eran mis padres, pero coreana o asiática definitivamente no soy.
Lo bueno de estas horas es que ya no vienen clientes a registrarse y aunque debemos estar aquí para otorgar cualquier información es básicamente cumplir horas.
Mi cabeza comenzó a dar vueltas y siempre es así antes de que me comience a doler, desaté el moño que me había hecho al llegar y comencé a tocar mi cuero cabelludo dando leves masajes para relajarme.
Cerré los ojos y disfruté de mi propio contacto, quería llegar a casa llenar la tina, tomar una porción de torta df chocolate, un libro y adentrarme en esta por horas.
Pronto tendré mis vacaciones en la cafetería por lo que tendré las mañanas libres, quizás las emplee en algo más en esos días, algún curso o quizás correr.
-Veo que lo disfrutas-, escuché una voz frente a mi, ¡que no sea mi supervisor! ¡que no sea mi supervisor!, abrí los ojos como platos, y al menos no era el.
Me puse de pie, acomode mi ahora suelto pelo y me incliné en forma de disculpa. -Disculpe-, dije inclinándome nuevamente.
-No hay problema- pronunció y entonces mire detenidamente su rostro, era hermoso, labios carnosos, rostro y nariz fina, alto, hombros anchos, delgado más no demacrado, piel pálida, incluso se notaba un poco fuerte bajo el traje de saco, pantalón y camisa totalmente negros, cabello oscuro, traía una maleta negra y sobre esta un bulto del mismo color, además de un maletín.
Sentí escalofríos en ese momento.
Pero ¿porque?
-¿En que lo puedo ayudar?- dije luego de recuperar la compostura.
-Quiero una habitación.
-Bien,- dije y me acerqué a la computadora, -¿Cual es su nombre?
-Kim SeokJin-. Respondió mirándome fijamente.
-¿Como la desea?
-Quiero una suite por un mes, pago en dólares.- dijo mirando mi rostro.
Intimidaba, intimidaba mucho y no de buena manera.
-Tenemos la presidencial disponible, por todo un mes serian us$60,000, incluye desayunos, almuerzos, cenas y lavandería. - dije dirigiendo mi mirada a la computadora para evitar sus ojos, no me gustaban, eran lindos pero reflejaban algo que me daba escalofríos.
-Me parece bien, pero no necesitas las comidas, soy un poco selectivo con mi alimentación- sacó de un maletín algunos fajos de dinero y me lo entregó, como es una cantidad considerable preferí llamar a mi superior para que lo reciba.
Me quede helada por el comentario que hizo, aunque no me extrañó del todo, se veía muy refinado, aunque este hotel es conocido por sus excelentes chefs, no veo el porque rechazar nuestras comidas.
Cuando este llegó y contó el dinero, además de hacer subir las maletas y exagerar tratando al nuevo huésped como la realeza e insistir para acompañarlo a su cuarto estos se fueron y pude respirar tranquila, tenía todo el aire retenido desde que llegó hasta el momento que dejó el lobby.
Este se alejo sin siquiera responder mi cordialidad y caminó hacia el ascensor con aires de grandeza.
Era un hombre atractivo, mucho; pero ¿porque sentía tantos nervios?¿porque su mirada me recorría desde mi rostro hasta donde le permitía ver el mostrador que se encontraba frente a mí?
¿Que había sido esa sensación en mi cuerpo?
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Gritó Lobo
FanfictionY caperucita gritó lobo, pero nadie le creyó. Saga Paranormal Primer libro Gritó Lobo Segundo libro En Las Sombras