Cuando lo creí prudente me adentré a la cocina y comí rápidamente una rebanada de pastel, no me dió tiempo siquiera de tomar un poco de agua, ya que el supervisor podría descubrirme.Salí casi corriendo nuevamente mi puesto de trabajo, encontrándome al huésped de la noche anterior frente a mi lugar. Un escalofrío me recorrió entera, no se porque ese señor me generaba es tan extraña sensación.
-Lamento la espera-, me excusé cordialmente mientras me inclinaba.
-Descuide, me gustaría que se realicen algunos cambios en mi cuarto-, dijo con una sonrisa en su rostro.
-Claro, ¿que le molesta?
-Quisiera que cambien las cortinas de mi cuarto por unas más gruesas, no me gusta el alumbramiento matutino, así que preferiría que fueran de un color oscuro además de gruesas para así evitar que se cuele cualquier rayo de sol indeseado.
-Bien-, dije haciendo algunas anotaciones, -¿Desea algo más?
-Quisiera que me hagan la lavandería diario y un cambio de los jabones del baño, no me gusta el olor a flores, refiero cualquier otro, excepto eso- dijo y asentí. -Gracias- dijo y cuando levante mi rostro para responder ya se había ido.
Es exigente y un poco estirado, pero al menos es cortes.
-¡Que guapo es!- dijo Jenny a mi lado, ¿en que momento llegó aquí?
-¿Quien?
-¿Cómo que quién?, el nuevo huésped, se llama SeokJin, vive en el extranjero y es soltero, además de que está muy bueno, no me molestaría tener algunos Kims con él- reí ante su comentario.
-Me parece extraño- dije
-¿Qué?¿Qué sea tan Perfecto?
-No se, me da mala espina, siento una opresión en la parte baja de mi estómago cuando está cerca-, dije y noté picardía en sus ojos y rostro antes de responder.
-A eso se le llama excitación, ¡te gusta Marie!-, dijo dando pequeños saltitos.
-No me gusta, me da un poco de miedo- dije y esta negó.
-Iba a intentar seducirlo, pero en vista de que es la primera vez que te gusta alguien te lo dejaré a ti, pero no seas muy lenta, mira que las de los otros turnos te lo pueden robar- dijo ganandose una mala mirada de parte mía. -No te vi en el almuerzo.
-Llegue tarde, apenas ahora comí un trozo de pastel, solo eso he comido, así que para la cena creo que comeré como cerda- dije y comenzamos a reír.
-Noto la tertulia muy entretenida, no se cohiban por mi, continúen,- dijo mi molesto supervisor.
Jenny se inclinó en forma de disculpa y subió al segundo piso para seguir trabajando, este solo se marchó dedicándome una mala mirada.
Cuando entre aquí me trato muy bien, pero luego de algunas semanas me invitó a salir, y como lo rechacé, prefirió hacerme la vida imposible en lugar de comportarse como un hombre y dejarme en paz.
Al menos el dueño del hotel me tenía una cariño especial como él decía, y no permitía injusticias.
Continué con el trabajo, hoy solo vinieron algunos huéspedes y otros retiraron su hospedaje, así que no tuve mucho trabajo.
Pasé a administración los cambios que el señor de la suite pidió y esperé con ansias a que pasaran las horas que faltaban para la cena.
Comería pollo, no, mejor res, mucha res.
Arroz, vegetales, jugo, más carne.
Ahh, muero de hambre.
Recordatorio mental: siempre cargar el celular.
Debí haber comido algo en la cafetería, pero el día estuvo tan ajetreado que lo olvidé por completo.
¿Quien olvida que tiene hambre? Yo, Kim Marie.Cuando la hora de la cena al fin llegó, me senté en el mostrador de la cocina y pedí todo lo que se me antojó.
Todo estaba tan delicioso que comí en algunos minutos, la carne estaba jugosa, la Ensalada César en su punto y el arroz tan bueno que se podía comer hasta solo. Una delicia.
Me encontraba tomando agua luego de terminar, cuando Jenny apenas comenzaba a comer, esta me miraba divertida por lo pronto y la cantidad que había comido.
Pasaron los minutos del receso y me dirigí a mi área de trabajo, al fin con el estómago lleno.
-Señorita Kim Marie, gracias por la pronta diligencia- dijo alguien frente a mi, y cuando levante la vista era el huésped de la suite, tenía su mirada en mi gafete, y supe que de ahí había tomado mi nombre.
-Siempre a su servicio-, dije con una leve inclinación. Este iba nuevamente vestido todo de negro, pero se notaba que era otro traje, ¿quien compra tantos trajes negros? bueno, los ricos.
-Lo tomaré en cuenta-, dijo para luego marcharse hacia la puerta del hotel, al parecer saldría.
Que comentario tan extraño.
Que hombre tan extraño.
Dudo mucho que lo que Jenny me dijo sea cierto, es decir, estoy clara que alguien que te guste no debería generarte escalofríos, y se que esa sensación que tengo con respecto a él no es buena.
Es como si tuviera una corazonada de que oculta algo, algo malo.
Debería dejar de pensar mal de él, quizás solo me parece así por el orgullo que muestra al andar y yo aquí pensando en cosas malas.
Aunque nunca antes había sentido algo así, ni siquiera cuando llegan esos clientes altaneros y estirados.
No se que pensar, creo que debería distraer mi mente y dejar de pensar babosadas.
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Gritó Lobo
FanfictionY caperucita gritó lobo, pero nadie le creyó. Saga Paranormal Primer libro Gritó Lobo Segundo libro En Las Sombras