Capítulo 9

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La noche era oscura pero sentía paz, sentía que a pesar de que era solitaria y tenebrosa no debía correr.

Más bien, no quería.

Ya no quería seguir huyendo.

Me dejé caer en el suelo, no me importó ensuciar el blanco vestido que llevaba, mis pies estaban descalzos y sucios y mi pelo suelto, olía a sangre.

Comencé a escuchar pasos a mi costado, no me moví, me encontraba sentada en el seco pasto y no moví un solo músculo, me había cansado de luchar.

Las ramas crujían y los animales a la lejanía le daban un toque más tenebroso a la noche, no había luna, ¿porque no había?

Sabía que no lograría nada, vi a alguien acercarse a mí, no me moví.

Este continuó caminando, lo escuché reír, se burlaba, no me inmuté, ¿porque burlarse si me matará de igual manera?, ¿acaso es un enfermo?

Había perdido el miedo que le tenía, si de todos modos me matará ¿porque correr?¿porque cansarme?

De todos modos es un sueño.

Levanté mi rostro, quería ver el suyo, y entonces quedé congelada, era él.

Era el huésped del hotel, el señor Kim,  iba vestido de blanco, pero su ropa estaba manchada de sangre, mucha sangre, no era suya, por inercia miré mi cuerpo, tampoco era mía.

Me miraba diferente esta vez, su mirada era fría, ya no me intimidaba, ahora me generaba miedo.

Mentí

Si le temo, le temo mucho.

Traté de levantarme y correr, pero este me sujeto del cabello y me lo impidió, haciéndome caer sobre mi rostro con brutalidad, mis manos arañaban la tierra tratando de avanzar, no me lo permitía.

Es un sueño

Es un sueño

Es un sueño

Es un sueño

Es un sueño

Cuando abrí los ojos estaba sentada en la cama, la luz del medio día se colaba por mi ventana y mi cama estaba totalmente húmeda por mi sudor.

Mi pelo se pegaba a mi piel y esta a su vez tenía adherida mi bata de dormir, era un desastre.

El ruido de la ciudad llegó a mi sentido auditivo al instante, el olor a contaminación de la ciudad lo acompañó, ¿como podemos vivir así?

¿Porque él?, de todos los rostros que pude ponerle al dueño de mis pesadillas ¿porque él?¿que tan dañada está mi mente para ligar la fantasía con la realidad de tal forma?

¿Acaso están volviendo mis sombras?

Debería dejar de pensar en ese señor, mi subconsciente me está comenzando a jugar en contra.

Pero ¿Cómo?, no debía preguntar por mi, ya de por si me daba mala espina, ¿Pórque me investiga?¿Que quiere verdaderamente?, porque esa bobería de que le gusto que Jenny se a empeñado en hacerme creer no me la creo, yo no confundo la cortesía con algo más.

Me levanté y quité mis empapadas ropas, me miré al espejo, debía mejorar eso.

Me di un baño de tina para relajarme un poco, tenía varias horas para entrar al trabajo pero sabía que no volvería a dormir.

Me tomé mi tiempo, exfolié mi cuerpo y quité los bellos indeseados, lavé mi cabello y luego de salir lo sequé para luego colocar mi maquillaje, preparé un almuerzo para mí y luego de comerlo me dispuse a irme al trabajo.

Me encontré frente al ascensor con la señora que vive sobre mi piso y esta ni siquiera me devolvió el saludo, solo se dedicó a mirarme de mala manera, desde la vez que hablamos y le dije que trabajaba en un bar, porque en ese entonces si lo hacía me  mira como prostituta, creo que esa idea nunca será sacada de su cabeza, no por trabajar en una bar una mujer hace eso, y no por hacerlo una mujer merece ser tratada con tan poca cortesía.

Ignoré su desplante y continué mi camino rumbo a las escaleras, ¿como veré la cara del señor Kim con el sueño tan perturbador que tuve?¿como siquiera responderé a alguna duda que tenga si se que esa tenebrosa imagen llegará a mi cabeza?

Quizás todo estaba sucediendo de nuevo por mi falta de sueño, quizás si logro dormir un poco más las pesadillas se irán.

¿Y si me tomó las pastillas que me recetó el doctor la última vez?

No creo que deba volver con el, solo necesito esas pastillas.






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Gritó LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora