Rey empezó a sentirse mal, con náuseas y vómitos, cansada y molesta todo el tiempo. Ben se alejó de ella al verla así.
Está se encerraba en su cuarto a llorar por horas mientras la casa estaba tirada y Rosie descuidada. Ben se hartó de la situación y entró al cuarto para hablarlo y remediarlo:
-Rey que te sucede, que pasa cariño?- le habló suavemente.
-Ah Ben...
-Qué pasa?- volvió a preguntar.
Rey se sentó, se secó las lágrimas y le dió la noticia:
-Estoy embarazada otra vez.
-En serio. Por eso estás así!
-Sí- le contestó.
De pronto se soltó a llorar de nuevo y el le dijo:
-Tranquila cariño, no llores por favor.
-Creo que no es buena idea Ben.
-Buena idea, de que hablas?
-Qué tal vez no es buena idea tener esté bebé.
Ben se sentó en la cama, le agarró las manos diciéndole:
-Amo a mi hija muchísimo y amaré también a ése bebé amor, no te preocupes.
-En serio?- preguntó incrédula.
-Sí, en serio, lo prometo.
Se quedaron abrazados un buen rato hasta que Rey se quedó dormida. La arropó, le dió un beso en la mejilla y salió.
Fué al cuarto de Rosie y al ver que estaba despierta, la cargó y le dijo:
-Vamos a comprarle un regalo a mamá.
-Mamá- dijo Rosie.
-Sí, le compraremos algo para alegrarla.
Salieron de la casa, Ben la puso en su sillita, entró al auto y arrancó; fueron a la tienda de bebés del centro, Ben cargó a Rosie, se acercó a la vendedora y la saludos:
-Buenas tardes.
-Buenas tardes, en que puedo ayudarlo.
-Quiero obsequiarle algo a mi esposa, está embarazada.
-Entiendo, cómo que le gustaría?
-Qué tiene?- preguntó.
La mujer le mostró varias cosas, con ayuda de Rosie escogió unos zapatitos amarillos tejidos y le pidió a la mujer que se los envolviera. Salieron de ahí con una bolsa de regalo.
Llegaron a la casa y descubrieron que Rey estaba cocinando. Ben bajo a su hija, entraron a la cocina y esté le dijo:
-Estás cocinando!
-Sí, tenía antojó.
-Ven, vamos a sentarnos, queremos darte algo-le dijo dándole la mano.
-Esta bien- le dió la mano.
La llevó al sofá, se sentaron; Ben agarró a Rosie y la puso en sus piernas, le entregó el regalo diciéndole:
-Ésto es para tí.
-Para mí! - a Rey se le iluminaron los ojos.
-Sí ábrelo.
Ella abrió la caja y al ver los zapatitos se le llenaron los ojos de lágrimas, esté la abrazó y le dijo:
-Estaremos bien cariño, los cuatro seremos muy felices, ya verás, te amo nena.
-Tambien yo.
Se besaron y ella supo que así sería.
Otra actualización.
