19.- handcuffs

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La ficcción de las telas comenzaban a hacer arder los muslos pálidos de katsuki, enrojeciéndolos.

¿Acaso kirishima se había quedado sordo o era que no le interesaba? le había dicho que tenía completa libertad para tocar y hacer lo que se le plazca con él; y en lugar de hacerlo, solo lo miraba como si el cenizo fuese una pintura y lo tocaba con gentileza como si fuera de cristal.

- Eiji~? - murmuró dulce, acariciando la mejilla del contrario. Parecía idiotizado, como en otro mundo y ya se estaba comenzando a preocuparse solo un poco -Todo.. todo bien, amor?-

El "amor" le callo como un baldazo de agua fría, pero en el buen sentido) estaba extremadamente feliz, que su cerebro no lo procesaba. A sus ojos, el chico que tenia en frente, era el mas inteligente, adorable, sexy y masculino que había visto jamás y lo tenia todo para él.

Enredó sus brazos en esa pequeña cintura y se tomó la libertad de hundir su cara en las bakutetas (pues eran muy suavecitas como para llamarlos pectorales).

Bakugo estaba algo contundido. El se había puesto ese mugroso traje, había traído su culo hasta aquí y se ofrecía en bandeja de plata; pero (hasta ahora) no estaba recibiendo la reacción que esperaba.  En lugar de un sexo que lo dejara sin poder caminar por días, estaba recibiendo mimos.

Mientras se quejaba consigo mismo en pensamientos, había dejado un poco la realidad; pero no lo suficiente como para no notar que ropa interior estaba siendo bajada con suavidad, y se tensó. La imitación de seda del baby doll, podría incluso bajarse por si sola.

Pudo sentir como Eijirou exploraba su piel con la yema de sus dedos, para luego sostener su trasero fuertemente con ambas manos, haciendo que el menor diera un brinquito y un pequeño gemido.

- Que tienes ahí para mi, Kats~?

Señalo con la mirada, una caja negra encima del escritorio que le había llamado la atención. El contrario se giro para mostrarle el contenido.

Sin decir una palabra, pero con una sonrisa, un par de esposas y un látigo fueron puestas frente a la cara de kirishima.

.

- Se..SE SUPONE QUE TU TENIAS QUE ESTAR ESPOSADO!- chilló

- Dijiste que era YO el que podía tocar lo que quisiera y no es muy fácil hacerlo esposado, dynimigth~ - rio con obviedad, girando los ojos. El otro estaba anclado a las barras de la cabecera de la cama, se sentía expuesto, mucho mas que antes, ya no podría ni siquiera intentar cubrirse con sus brazos.

El otro apoyado en el escritorio, trataba de guardar esa imagen en su cabeza:

Tirado en la cama, algo jadeante y con la manos esposadas arriba, katsuki tenia las piernas abierta pero las rodillas juntas, tratando de tapar lo que el diminuto vestido no podía. Se pudo dar el lujo de ver lo mucho que katsuki se había arreglado. Pudo ver el delineado negro negro de gato en la parte de arriba y uno rojo por debajo de los ojos; el color carmín de sus mejillas y lo rosado que naturalmente eran sus labios. Se pregunto como seria meterle la polla en la boca y lo lindo que se vería.

- Me estas mirando mucho, red~

- Estoy pensando-

-¿pensando?

- ya sabes una que otra cosa- vaciló -Entre ellas, que es lo que voy a hacer contigo- coqueteó

-Porque no te acercas y lo averiguas en la marcha?~

-No es una mala idea~

Podía sonar tranquilo y confiado, no podía dejar que el chico que tanto le gustaba vira como se quemaban los fusiles de su cabeza hasta las cenizas. Era cierto que tenia que experimentar ya que si no se acuerdan, el pelirrojo borró casett después de que el quirk se fue y para el, era la primera vez que alguien se le insinuaba de esa manera. Así que como backup plan decidió esposar al rubio a la cama para poder pensar un poco.

Spice - [KIRIBAKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora