Jeon Jungkook: Flee From Home {taekook}✓

Capítulo 30: Después de la tormenta, viene la calma.

Capítulo 30: Después de la tormenta, viene la calma.

Jungkook desearía poder decir que a partir del momento en que salieron del consultorio de Jun-Hong todo fue bien con él. Pero la verdad es que no fue así.

Los días siguientes fueron una tortura para su mente y su cuerpo. Las pesadillas lo atormentaron durante un tiempo, tanto así que el cansancio mental lo llevó a tener un desgaste físico impresionante.

Hoseok, su fiel y precioso amigo y compañero de casa, llegó a un límite que no sabía que tenía y pese a siempre darle su espacio y su tiempo para cualquier cosa, colapsó en llanto una noche que despertó de nuevo gracias a los gritos desgarradores que le ocasionaron sus pesadillas.

No, pesadillas no. Al fin lo había entendido. Eran terrores nocturnos.

Jungkook tiene el vago recuerdo de despertar gritando mientras busca escapar fuertemente de los brazos que lo sostenían, no recuerda haber usado sus uñas para rasguñar a quien lo sostenía, pero la mañana siguiente pudo observar con claridad los rasguños en los brazos de Hoseok. Uno más profundo que otro.

Lo que sí recuerda es escuchar, entre un llanto, que por favor se calmara, que estaba a salvo, que no había nada que temer. Al principio pensó que el llanto que escuchaba era el suyo propio, pero cuando sintió las tibias y abundantes lágrimas en su hombro supo la verdad.

Hoseok le abrazaba con fuerza y entre sollozos lastimeros que se convertían en pequeños ataques incontenibles de llanto.

Fue eso lo que lo hizo dejar de luchar con los fuertes brazos, fue eso lo que le llevó a respirar más normalmente. Pero también fue eso lo que le hizo llorar con más ímpetu sosteniéndose a él.

Jungkook no sabe quién abrazaba con más fuerza al otro, no sabe si era realmente él quien necesitaba el consuelo esa noche. Hoseok había soportado suficiente sus gritos y llantos como para no empatizar con él. De alguna manera, Jungkook había terminado por jalar a Hoseok tan fuerte que sus propios traumas ahora le causaban daño.

En la mente del menor está tan clara la voz de Hoseok mientras le pedía por favor que le contara para poder ayudarle, que ya no sabía la forma de apoyarlo, que se sentía tan impotente de verlo marchitarse día con día y el sin poder hacer mucho.

Así que le contó todo y mientras lo hacía, su llanto paró, sus temblores disminuyeron, su corazón no volvió a romperse y de alguna manera, eso se sintió como una victoria.

Ahora han pasado un par de meses desde aquel suceso, se encontraban en el mes de diciembre y si bien, para Jungkook no era más que un mes más. Para Hoseok y para su novio era un mes espectacular... tanto así que habían planeado un viaje juntos desde mucho antes. Un plan en el que de alguna manera se había visto envuelto y terminó por hacer un par de pequeñas maletas con sus pertenencias.

Yoongi le había dado vacaciones de diciembre, diciéndole que él podía hacerse cargo de los pendientes y aunque Jungkook le dijo mil veces que podía trabajar unos días más, su jefe lo despachó a empujones del estudio de fotografía.

—Lo único que estás haciendo ahora es deshacerte de mí, Yoongi. Yo lo sé —le dijo mientras se ponía su abrigo en orden. Si bien el frio no se comparaba con el de Illinois, la tarde si estaba bastante helada.

—Pues qué bueno que lo sabes carbón, ahora hazme el favor y desaparece de mi vista. Déjame descansar de ti.

Jungkook abre la boca con indignación.

—Y el cabrón soy yo —dice mientras niega con la cabeza. De reojo ve el coche de Taehyung y como baja de él—. De verdad puedo venir a trabajar mañana y pasado también, me voy hasta el sábado.