capitulo 3

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Una mañana despertaron juntos en un cuarto que no era de ninguno de los dos, poco a poco fueron uniendo piezas, recordando así lo que había pasado la noche anterior, al parecer las copas se les habían pasado. Ese día él le pidió a ella que no se enamorara de él ya que él no era hombre de una sola mujer, ella le dejo claro que eso no pasaría puesto que el amor no estaba en sus planes aún.

Pero Evangelina no pudo cumplir aquella promesa ella se enamoró perdidamente de él, se
propuso enamorarlo y creía que lo había logrado, ya que él era más atento con ella, ya no parecía tan frio… pero un día él le dijo que ya no podía seguir viéndola, que ya no le interesaba, que aquella época como amantes había sido linda pero como lo había dicho desde el principio no le interesaba como la mujer con quien pudiera compartir su vida, ahora había conocido a
alguien más, alguien por la que estaba dispuesto a cambiar, dejar de ser un mujeriego y solo
dedicarse a ella, que quería su vida junto a aquella mujer…

Evangelina no podía creerlo, salió de su casa, quería ver a aquella mujer, quería comprobar si
era cierto que valía más que ella. Antes de salir de su casa encontró en la puerta un periódico con la foto de él y aquella mujer abrasados y sonriendo, en el encabezado se podía leer el anuncio de su boda.

--Maldito seas Alejandro. Te odio…

No sabía qué hacer, estuvo un mes encerrada en su cuarto, no podía ir a buscarle y reclamarlo, no era de ella, nunca lo había sido, solo fue una más, una de tantas, una tonta que se enamoró cuando sabía que no lo debía hacer. Pero explicárselo al corazón no servía de nada, el corazón no entiende razones, el solo siente y se aferra a los sentimientos.

Se llegó el día de la boda Evangelina salió corriendo, estaba decidida a defender su amor no
iba a permitir que se casara, sino era de ella no sería de nadie. Sus padres intentaron detenerla,
pero ella parecía una loca, y nadie podía con ella, el dolor la había convertido en otra persona, había apagado su luz.

Corrió por la calle rumbo a la iglesia donde sería la boda, pero cuando llego a la puerta de la iglesia vio como Alejandro besaba a la que ahora era su esposa, en ese momento el mundo de Evangelina se vino abajo por completo, salió de aquel lugar antes de que Alejandro pudiera verla, ¿qué podía hacer?, ¿matarlos?
Estaba demasiado dolida, solo le quedaban los recuerdos de lo que había vivido junto aquel
hombre…

Historias inconclusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora