Christine estaba consumida por la felicidad, ¡Su ángel había cumplido con su promesa! Tras su pequeña demostración había sido elegida para ser la protagonista de las próximas óperas que vivirían en la Ópera Garnier por un largo tiempo (o aquella era la promesa hecha por los nuevos gerentes.)
Daae tuvo que despedirse apresurada de Monsieur Moreau, a quien mucho le debía, y se fue corriendo a la máxima velocidad posible hacia la capilla a buscar a su ángel, quien extrañamente no llegó. Christine estuvo durante muchos minutos llamando a su padre hasta que su amiga, la Pequeña Meg Giry, llegó a ella. Con una sonrisa dulce se arrodilló ante la castaña, quien le miró de vuelta sonriendo aunque su mirada indicase decepción. Decepción de que su Ángel, su maestro no hubiese llegado.
-Christine, ¡Lo hiciste excelente! Tu maestro ha hecho un trabajo excelente, de verdad que cantas como un ángel.
-Él es quien canta como un Ángel, Meg. Yo solo transmito su voz, sus enseñanzas. - Comentó Daae con felicidad y emoción, sonriendo y asintiendo ante su amiga rubia.
-¡Tú también mereces crédito! - Meg sonrió durante unos segundos y recordó por qué había ido originalmente en busca de su amiga, aparte de obviamente felicitarla por lo que los gerentes le habían prometido. -Chris, hay flores en tu habitación. Mi madre me mandó a llamarte, el hombre que las hizo traer nos entregó una tarjeta que decía "Para Christine Daae, de su Ángel de la música "
Christine solo pudo abrir la boca y los ojos de impresión, su ángel no había ignorado su logro. Se levantó con velocidad del suelo y, ante la vista de su extrañada amiga abrió la boca nuevamente, pero esta vez para hablar.
-Debo irme, ¡Ahorita nos vemos Meg!
Christine comenzó a correr con premura hacia su camerino, tropezando con algunas bailarinas. En cuanto pudo entrar cerró la puerta y puso el pasador, imposibilitando la entrada a su pequeña habitación. Una vez estuvo dentro, vió como todas las luces estaban encendidas alrededor de un precioso arreglo floral, compuesto de tulipanes, rosas, margaritas, girasoles y todo tipo de flores. La tarjeta, que estaba colocada junto al arreglo, rezaba exactamente lo mismo que Meg había dicho.
Christine contempló aquel arreglo floral, y en cuanto se alejó de este para buscar con la mirada a todos lados, las luces de las velas se apagaron por una suave brisa que enfrió ligeramente su cuerpo. Christine rápidamente se colocó una bata sobre el vestido que llevaba y miró fijamente hacia el espejo, donde sentía que venía la voz de su maestro cuando la visitaba en aquel camerino. Habían pasado ya 3 años desde que él se había atrevido a entrar a él o si quiere acercarse. 3 años desde que, en ocasiones, descubría que sus vestidos de la nada desaparecían, aunque eran devueltos días después del hurto. Suavemente el sonido de un dulce canto inundó los oídos de Christine, quien suspiró cada vez que suspiraba aquella voz a la cual amaba y añoraba como si fuera su fuente de agua en el desolador desierto de su vida.
Christine no reparó en oír atentamente al fantasma, al ángel. Su divino canto causó que su alma se estremeciera y la llevará a una sensación que nunca había sentido en aquellos 19 años de vida. Una sensación de placer la llenó, y tras perderse unos segundos en su mundo, en el envolvente sentimiento que la llevaba, pudo volver a prestar atención a las líricas de su guardián.
Flattering child you shall know me
See why in shadows I hide
Look at your face in the mirrorLa sueca se volteó hacia el espejo en cuanto escuchó la palabra mirror, y sin tener tiempo de procesarlo, una borrosa imágen comenzó a presentarse ante él mientras que cantaba.
I am there inside!
L
os ojos de Christine se abrieron como platos; un hombre, cuyo rostro estaba cubierto a la mitad por una máscara blanca, era el portador de aquella voz; era su único y fantástico Ángel de la Música. Si proyección en el espejo, algo aparentemente imposible hizo que Christine abriera la boca con asombro, pero en cuanto se recompuso sintió un impulso irracional por hablar, por cantarle a su ángel.
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The Point of no Return | Phantom of the Opera
FanfictionA la tierna edad de 8 años, la pequeña Christine Daae perdió a su padre. Abandonada y con un vacío en su corazón, Christine llega a la Ópera Garnier dónde, bajo el cuidado de una -aun- joven mujer llamada Madame Giry. Con el desconsuelo de la perdid...