Dolores de crecimiento

Capítulo 20

N/A: Charlie Weasley trabaja en Rumania, pero la Reserva del Dragón está en las montañas y él no conoce en absoluto la parte boscosa del sur de Rumania. Podría ser útil si se encontraran con lugareños, pero nuevamente están aislados en el bosque, por lo que todo lo que puede hacer es ayudarlos a verse como los demás.

A/N2: ¡Esto es una advertencia! Hay violencia y sangre en el capítulo siguiente.

A/N3: Los chicos hablarán con más madurez y actuarán con más madurez. Pido disculpas por la discrepancia en la edad y el nivel de madurez.

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Harry apenas podía respirar. Había sentido la magia hacía media hora y no iba a aguantar mucho más. Su cabeza estaba borrosa y ya no sentía el frío. Le ardían las piernas y seguía amenazando con desfallecer. Draco lo estaba jalando de la mano y el rubio no estaba mucho mejor.

Draco respiraba con dificultad y tropezaba con raíces y rocas cada pocos minutos. Harry abrió la boca para pedir un descanso, pero no se le escapó ningún sonido. Cerrando los ojos con fuerza, tragó saliva. La poca saliva que pudo producir se sintió como vidrio bajando por su garganta. Hizo una mueca y colapsó, casi arrastrando a Draco con él.

– ¡Harry! – Draco gritó con voz ronca. Se arrodilló junto a Harry y lo hizo rodar sobre su espalda.

El rostro de Harry estaba blanco y parecía que estaba luchando por respirar. Draco lo levantó rápidamente y le frotó la espalda. Harry resopló, con los brazos flácidos y la cabeza colgando. Asustado por el pánico y la desorientación que crecía a través de su vínculo, Draco puso suavemente su mano sobre la frente de su amigo y la inclinó hacia atrás sobre su hombro. Jadeó. ¡La cabeza de Harry estaba caliente!

– Bebé, ¿Qué te duele? – Gritó preocupado.

La boca de Harry se movió, pero no salió nada. Las lágrimas quemaron sus ojos, sintiéndose impotente y asustado. La presión contra la barrera todavía estaba allí, inmutable. Los Mortífagos los encontrarían, pero él literalmente no podía moverse. Ni siquiera podía respirar en este momento.

– Shhh, solo descansa por ahora... – Draco miró detrás de ellos. – ¿Alguien todavía está usando magia? –

Harry asintió débilmente y señaló.

– Está bien... súbete a mi espalda. Encontraré un arroyo y nos detendremos allí –

Draco gimió mientras se ponía de pie. Harry no era pesado, pero cualquier peso adicional era una tortura para su cuerpo maltratado. El lado positivo fue que en cuestión de minutos estaba sudando. No se había sentido realmente cálido desde que habían sido secuestrados (¿realmente fue hace solo un día? ¡Parecieron semanas!), pero Harry estaba irradiando calor. Draco siguió caminando, jadeando y jadeando, buscando desesperadamente agua.

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El primer informe de la Orden debía llegar y Dumbledore esperaba junto a la chimenea de su oficina. Se encendió un fuego verde y apareció la cabeza de Arthur. Informó que Severus los estaba guiando a través de la sección este y que no habían encontrado nada hasta el momento. Del equipo de Remus, apareció el rostro de Minerva e informó una falta similar de hallazgos en la sección norte.

Sturgis Podmore fue el mensajero elegido por el equipo de Kingsley. Era un mago de mandíbula cuadrada con abundante cabello color pajizo y unos dos años mayor que Severus. Informó que no habían encontrado nada hasta ahora en la sección oeste. Del equipo de Narcissa, Hestia Jones, una bruja de mejillas rosadas y cabello negro, informó lo mismo desde la sección sur.