Capítulo 24

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Draco sabía muy bien que Harry no estaba en la sala común de Gryffindor, no cuando todavía estaba molesto por Ron y Hermione. Así que se concentró lo más que pudo en las agitadas y oscuras emociones de Harry y las siguió hasta su origen. Casi media hora después, se encontró jadeando cuando finalmente llegó al techo de la Torre de Astronomía después de subir al menos doscientos escalones.

Era finales de noviembre y el cielo estaba lleno de finas nubes grises. La luz del sol era débil y apenas llevaba calor. Hacía mucho frío, pero podría haber sido peor si hubiera habido algún tipo de brisa. Se alegró de haberse puesto su suéter verde oscuro, pero aún necesitaba hechizar su ropa con un encantamiento cálido. Estaba seguro de que Harry no se había molestado y caminó rápidamente hacia su amor para hacer precisamente eso.

El pequeño moreno estaba de pie junto a la pared que le llegaba a la cintura y miraba hacia los terrenos de la escuela. Sus brazos estaban envueltos alrededor de su pecho como si el suéter blanco que vestía fuera una camisa de fuerza. Sus pantalones negros eran delgados y usaba tenis blancos que no ayudarían mucho a mantener sus pies calientes. Draco se arrodilló y tocó los zapatos con su varita, luego se movió para tocar los pantalones y el suéter de Harry. Harry no se dio la vuelta hasta que terminó, y cuando lo hizo, sus ojos estaban forzados detrás de sus lentes.

– No quería hablar donde alguien pudiera oírnos – Harry respondió suavemente a la pregunta no formulada de Draco.

– No entiendo por qué estás tan molesto – Draco respondió con igual delicadeza. – Nunca me preocupé por Pansy ni por nadie de la forma en que me preocupo por ti, y ciertamente nunca besaría a nadie más ahora que estamos juntos –

– Lo sé – Harry apartó la mirada y volvió a mirar los terrenos de la escuela. – Pero ese no es el problema, Ray –

– Entonces, ¿Qué es? – Draco lo fulminó con la mirada, sintiendo adónde iba esto y sin gustarle ni un poco.

– ¿Qué pasa si realmente no me amas cómo crees? Quiero decir, ¿por qué lo harías? – Harry rio con autodesprecio. – ¿Qué pasa si es sólo el hechizo? –

– Bebé, mi amor por ti no tiene nada que ver con el hechizo –

– Solo tenemos catorce años. ¿Cómo sabes lo que es el amor? – Preguntó Harry, girándose para mirarlo. – Esto podría ser solo hormonas o algo exagerado debido al hechizo –

– Te equivocas – Draco dijo con frialdad. Odiaba cuando Harry dudaba de él. – Primero que nada, en realidad no tenemos catorce años. Cumpliré diecisiete en febrero, y recuerdo fragmentos de cuando tenía dieciséis. En tu caso, realmente tienes catorce años, así que tal vez solo estés encaprichado de ... – Levantó una mano cuando Harry abrió la boca. Draco no sabía si estaría de acuerdo o protestaría, pero de cualquier forma no había terminado. –... pero lo dudo. Puede que tengas catorce años físicamente, pero hemos pasado por mucho más de lo que ha pasado cualquier chico normal de catorce años. De hecho, antes del hechizo ya eras maduro para tu edad, pero sumando las últimas nueve semanas a Tus experiencias te han hecho aún más maduro –

– Te amo, Draco. Si no lo hiciera, creo que los recuerdos de cómo eras antes de que todo esto sucediera habrían sido suficientes para matar mis sentimientos por ti – Dijo Harry, mirándolo y rogándole que entendiera. – Pero, ¿por qué me amarías? No tienes razón para hacerlo excepto por el hechizo. Me has estado ayudando y es mi culpa que estés en este lío de la vejez. Pero no he hecho nada por ti y recuerdo cuánto me odiaba. No he cambiado nada desde entonces –

– Pero he cambiado – Señaló Draco. – Y quien soy ahora te ama – Suspiró y jugó con su trenza mientras miraba el lago. Sabía que tenía que decir las cosas bien o Harry no le creería. – Realmente no entendía quién eras. No estaba listo hasta hace poco porque entenderte significaba darme cuenta de lo equivocadas que estaban mis creencias y percepciones y... eso fue muy, muy difícil. Hemos hablado sobre lo que creo y cómo siento cosas ahora, pero nunca expliqué realmente lo que me pasó. Realmente no sabía lo que me pasó hasta esta última transformación de edad. Mis recuerdos eran tan vagos y evasivos, pero recuerdo la mayoría de las cosas importantes ahora. Escúchame –

Dolores de crecimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora