6.

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—Luego de eso, mi intención es llevarla a cenar y después, si quiere, podemos pasar juntos la noche en mi casa. ¿Qué te parece?

Adam abrió los ojos y se encontró con la mirada café brillante de su mejor amigo Kai Imato, quien estaba sentado, un peldaño por encima de él, en las gradas de la cancha de básquetbol. El lugar se encontraba al lado oeste de la universidad y era uno de sus sitios favoritos para almorzar. Solitario y al lado de la cancha, cosas de las que ambos disfrutaban. Kai lo miraba ilusionado para que le diera su veredicto.

—¿Ese es el plan?

Kai asintió repetidas veces acomodando sus lentes de pasta.

A Adam le alegraba mucho verlo así, en parte porque estaba feliz, en parte porque le divertía escuchar toda su planificación.

—Kai, estás súper enamorado —observó antes de volver a cerrar los ojos—. Me repele un poco esto, pero me parece un buen plan.

—Genial. —Su amigo aplaudió entusiasmado—. Quiero que sea especial. Todo. Incluso si no quiere pasar la noche conmigo, quisiera que regrese a casa con una gran sonrisa.

Estaba claro que Kai y Becca, su novia, ya se habían acostado, por eso le costaba entender por qué esta ocasión sería diferente. ¿Qué lo volvía así de especial como para planificar todo a detalle? Su pregunta era genuina, pero no sabía si su amigo lograría entender el trasfondo de esta. Prefirió callarse y disfrutar del sol que les llegaba a ambos. Esa era una de las ventajas de almorzar afuera; tal como un gato, podía estirarse en cualquier lado y disfrutar del aire fresco.

—Nunca me he fijado si le gustan más las fresas o el chocolate —comenzó Kai con otra ronda de preguntas. Adam abrió un ojo y lo vio rascarse la cabeza recién rapada —. ¿Tú qué crees? ¿Debería preguntarle?

Así era su relación, Kai hablaba y Adam escuchaba. A ninguno de los dos parecía molestarle y él agradecía esa calma.

—¿Por qué no piensas en fresas con chocolate? —propuso al erguirse y estirar los brazos hacia el cielo—. Podrían gustarle ambas.

Al estar recostado en la grada, no se dio cuenta que su amigo había dejado su almuerzo a medio comer. Kai sujetaba su celular con una mano para tomar apuntes y perfeccionar su plan. Cada vez que se concentraba tendía a asomar la lengua entre los dientes.

A pesar de que a Adam le gustaba ese gesto, también le gustaba molestar a Kai.

—Me das asco —anunció tras pegarle en la rodilla que tenía más cerca.

—Y tú me das lástima porque no experimentas esto conmigo. Deberías tener novia para salir los cuatro. Vamos en cuarto y no has salido con nadie. —Kai puso una cara coqueta muy exagerada. El único hoyuelo que se le formaba en su mejilla izquierda parecía burlarse de él también—. ¿Será que te gusto yo? Porque podríamos ser la historia del chico que se enamora en secreto de su mejor amigo. Nos veríamos muy bien juntos al ser los dos asiáticos. Somos un estereotipo muy popular hoy en día. Aunque no creo que a tu madre le agrade la idea de verte salir con un chico de padres japoneses.

Adam volvió a darle un nuevo golpe en la pierna.

—Cierra la boca.

—Y tú come algo. Ni creas que no noté que te dormiste mientras te explicaba mi plan.

—Solo descansaba los ojos. —Agarró su mochila para buscar el sándwich que se había preparado esa mañana.

Kai también retomó su comida.

Se quedaron en silencio hasta que su amigo le pegó en el pie con cuidado.

—¿Qué? —preguntó Adam sin entender. Siguió con su mirada hacia donde observaba Kai.

My Chemical (Asexual) Love ✦ DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora