My Chemical (Asexual) Love ✦ DISPONIBLE EN FÍSICO

61.

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—Recuerda: si no quieres seguir, solo tienes que decírmelo. Pararé, lo prometo.

Le dijo para calmarlo luego de escuchar el click de su puerta al cerrarse detrás de ellos.

Adam se recogió como el mar, nervioso e inquieto. Sus puños se cerraban y abrían tal como cada vez que la situación lo descuadraba. Aun así, esta vez no parecía tan asustado como la vez que salió arrancando o cuando le pidió que lo dejara solo; más bien se veía atento y dispuesto.

—Seré terrible.

—No es cierto, serás tú... —se detuvo para corregirse— seremos tú y yo, eso para mí es suficiente.

—¿Lo crees?

—A ver, ven aquí, haremos una prueba —lo llamó con una mano y lo tomó por el cuello—. Con esto daré mi pronóstico.

Lo besó. Fue un beso despacio, tierno, suave.

—¿Bien?

—De nuevo, tengo dudas.

Esta vez Adam pasó un brazo por su cintura para pegarlo más a él y dejar el beso suave detrás y darle uno más voraz y ansioso.

—¿Muy mal?

—Una vez más.

Mil veces más. Ambos brazos se cruzaron por su cuello y dejó que esta vez su lengua buscara la suya, ansiosa de volverse a encontrar. Así quería que lo besara toda la noche; hasta que sus labios le ardieran, hasta que sus cuerpos brillaran en la penumbra de su habitación iluminada solo por las luces pálidas de la ciudad que se colaban por la cortina que no había alcanzado a cerrar.

—Mierda, Baek, serás perfecto —gruñó y entre besos se deshizo de todo lo que le estorbaba para, al fin, conocer la piel desnuda de su pecho.

Al fin.

Su piel era tan blanca que parecía brillar. Nívea, suave y hermosa. Quiso llenar de besos toda su piel, todo su pecho y su espalda encorvada.

—Es...

—Tranquilo. —Se quedó mirándolo un poco más hasta que su vista reparó en una cicatriz en su hombro—, ¿qué te pasó? ¿Tiene que ver con esa pelea de la que nunca me vas a hablar?

Negó.

—Un accidente de niño. Me caí por subir a un árbol y querer llegar muy arriba.

—No te imaginaba así de intrépido.

—¿No? Mira dónde estoy.

Los dedos de Gael se aferraron a su cintura. Sabía a lo que se refería.

—Es hermosa —murmuró sobre esa piel más fina y clara antes de besarla.

Aun en la penumbra, lo vio rodar los ojos, así que se acercó, esta vez para morder su hombro. Al escucharlo reír, lo hizo de nuevo marcando el camino de vuelta hasta su boca. Bajo sus manos Adam comenzaba a relajar su cuerpo, por lo que decidió jalarlo hasta dejarlo sentado en el borde de la cama. Gael, de pie entre sus piernas, sonrió al verlo dar unos golpecitos a sus muslos, porque supo de inmediato qué significaba eso.

—Aquí —le dijo bajito y grave.

Era capaz de ponerse de rodillas y ladrar si esa voz le daba instrucciones. Sin embargo, se tomó su tiempo esta vez, solo porque quiso quitarse el pantalón y así tener más piel para que sus manos ansiosas pudieran recorrer. Se sentó a horcajadas en sus rodillas solo en ropa interior.

—Gael.

Le susurró en su oreja mientras sus manos grandes recorrían sus muslos. Sus dedos se cerraron en el cabello largo de su nuca y cerró los ojos al notar sus dedos largos al borde de su ropa interior.