My Chemical (Asexual) Love ✦ DISPONIBLE EN FÍSICO

19

—¿Por qué siento que me perdí de algo?

A la misma banca en que llevaba un rato sentado con Miles, llegó Éden con una sonrisa que se veía más radiante que el incipiente sol de ese día. Tenía una energía despampanante y un lunar en la mejilla derecha que lo hacía ver adorable a pesar de lo rudo que podía lucir con ese tatuaje en el cuello y su habitual ropa negra. Con solo verlo, a Miles se le iluminaba el rostro y podía entender por qué.

—Le conté que me gusta Adam Baek; espero que tú también disfrutes la noticia —dijo rápido, para quitarle el placer a su mejor amigo de contarle lo que llamaría «la gran bomba». Sonrió al ver la cara de desilusión de Milo.

Con esa misma sonrisa se volvió hacia Éden quien le puso las manos en sus hombros para sacudirlo emocionado.

—¡Es la mejor noticia que he escuchado en días! Así que, sí, la disfrutaré.

—No es para tanto.

—¿Puedo contarle los detalles? Pregunto porque te respeto, pero sabes que lo haré de todos modos.

—Hagan lo que quieran. Me voy a casa. —Se echó el bolso al hombro y se despidió con la mano.

Pensaba seguir un camino recto hacia el estacionamiento, pero su vejiga arruinó los planes, así que no le quedó de otra opción más que hacer una parada en el baño que estaba en el primer piso.

Ya listo. Salió sacudiéndose las manos mojadas y chocó con alguien. Se tambaleó tanto que pensó que se iba a ir de trasero contra el piso, pero una mano lo agarró del brazo en el momento preciso.

—Lo siento —escuchó una voz grave y, de inmediato, supo de quién se trataba.

—¿De nuevo, Adam Baek? —alzó las cejas mientras contenía una sonrisa—. ¿Darte de bruces conmigo es algo así como un deporte de alto riesgo para ti?

Genial, estaban frente a frente. En su lista de gente que no quería ver por nada en la galaxia en ese momento solo se encontraba una persona y ahora estaba delante de él.

—Lo siento —dijo distraído y soltó su brazo—. No te vi.

Ese es justo el problema.

—Por eso no se corre en los pasillos. —Se aferró como pudo al humor, el mejor de sus escudos.

—Sí, bueno... debo irme.

Adam hizo un gesto con la cabeza, extrañado al verlo tan distraído y nervioso. Gael alzó una ceja al darse cuenta de que nunca había visto a su tutor así: lucía como si lo persiguieran o como si escondiera algo muy grande.

—Oye, espera —lo llamó alzando la voz con los ojos clavados en su nuca—. ¿Estás bien? ¿Te pasa algo?

El chico se giró lo suficiente como para hacer contacto visual con él. Pudo leer en sus ojos su debate entre decir algo más o continuar con su camino.

—¿Podrías decir algo? Demonios, luces como si estuvieras a punto de pedirme ayuda para ir a esconder a un cadáver —se rio, pero su tutor no, de hecho, lo miró con el ceño fruncido como si lo que dijera no fuera una estupidez—. ¡¿Vas a esconder un cadáver?!

—No escondería un cuerpo en la universidad, Sorní —lo dijo con tono seco; en su voz se coló el estrés que cargaba encima.

—Ya, pero... ¿esconderías un cadáver en otro lado? Porque estaría dispuesto a ayudarte —Gael tanteó de nuevo el terreno.

Su tutor apretó los labios y se giró para mirar hacia el otro extremo del pasillo, donde parecía que sí tenía un cadáver escondido.

—Ven, te mostraré —dijo al fin.