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—Nos vamos a ir combinados y me vale que no quieras

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—Nos vamos a ir combinados y me vale que no quieras.

—Deja de llorar.

—Mejor agradéceme que conseguí que me invitara a esto que es exclusivo.

Ambos nos estábamos arreglando para ir a la famosa reunión. Todo lo que hacíamos lo reportábamos con Michelle. Sobre este evento se lo platicamos a penas llegamos.

—Que bueno que viniste, hubiera estado perdido sin ti — se quejó con sarcasmo.

—Deja de llorar.



...


Y como yo le pedí, su corbata iba a juego con mi vestido negro. Dimos la invitación y entramos al lugar. Era bastante amplio, varia gente estaban platicando en mesas. Todo era bastante elegante.

Estaba un poco nerviosa al saber que ya entraríamos a la boca del lobo, noté que mi brazo estaba cruzado con el de Jack. Lo había agarrado inconscientemente, él no hizo ningún gesto de desagrado y tampoco intentó apartarme.

—Necesito un trago — le dije, viendo hacia la barra en donde había mucha gente sentada.

—Y yo necesito un cigarro, no se puede todo en esta vida, Victoria.

Entre todas esas personas distinguí a Jacob, al verme, se acercó a mi abriendo ligeramente sus brazos en forma de bienvenida, llevaba un vaso con lo que suponía que era whisky.

—¡Victoria! Me alegra que vinieras — le sonreí en respuesta. Solté mi brazos y le estreché la mano. Después se dirigió a mi compañero e hizo lo mismo — ¿cuál es tu nombre? No nos presentamos en el casino.

—Jack Carter — respondió cortante.

—Un gusto — le dijo Jacob, desasiendo el saludo — pónganse cómodos, pronto abriré esto — me dio una última sonrisa y se fue.

—Podrías ser un poco más amable — regañe mientras tomaba de nuevo su brazo.

—He sido amable.

—"Jack Carter" — me burlé tratando de imitar su voz — te escuchaste bien mamón.

—Mi trabajo es protegerte, no caerle bien al tipo.

—Más bien, pretender que lo haces ¿no?

Mientras caminábamos saludaba con una sonrisa a las personas aunque nos las conociera.

—Es lo mismo.

Fuimos por bebidas y después conseguimos una mesa.
Ya habían pasado unos cuantos minutos, pasábamos el tiempo discutiendo por cosas tontas que hablando cosas de manera civilizada.

Note como un hombre de unas cuantas mesas adelante me miraba, intentaba intimidarlo o ponerlo nervioso para que no mirara más a mi mesa, pero eso solo hacía que dejara más tiempo sus ojos sobre mí.

—Señor de mediana edad, a mi derecha unas tres mesas más adelante — le dije con discreción.

—Te está mirando.

—No me digas, Sherlock — respondí sarcástica.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Que vaya a decirle por qué mira tanto?

—"Mi trabajo es protegerte" no creo que lo estés haciendo bien.

—¿Te molesta que te vea? Creí que eras lo suficiente arrogante como para sentirte superior cuando hombres como él te miran.

—Me gusta que me vean, solo que quiero que me vea la persona indicada— le dije dando un trago — me está incomodando.

—Viene para acá.

—No friegues.

Ese hombre de traje y piel morena tomó una silla desocupada de una mesa de un lado nuestro para ponerla junto a nosotros y sentarse.

—Noté que me estabas mirando, no quería que perdieras la oportunidad de hablar conmigo.

—Oh no, sí quiero perderla.

Se removió un poco y se acercó más.

—Te invito un trago.

—No, gracias.

—Venga, déjame invitarte uno, no seas tímida.

—Ha dicho que no quiere — interrumpió Jack, pasando uno de sus brazos por mi hombro — es mejor que regreses, no queremos armar un escándalo ¿verdad? — su voz se había hecho más profunda y grave que hizo que hasta a mí me diera un escalofrío.

—Está siendo amable — le sonreí con falsedad, y con indignación el hombre se fue.

Después, las luces se apagaron y alumbraron el escenario frente a nosotros. Ahí estaba Jacob con el micrófono en la mano y con su vaso en la otra. Los aplausos inundaron el lugar.

—¡Hola a todos! — saludó caminando por su lugar — os doy la bienvenida a este evento, me atrevo a decir que es el mas esperado entre nosotros — todos soltaron una risa — un lugar en donde podremos conocer gente, encontrar socios y aliados, empezar nuevos negocios y lo más importante ¡divertirnos!

Mire a Jack para saber si estaba prestando atención, su vista estaba fija en el hombre con micrófono, también me di cuenta que no había quitado su brazo de mi al rededor.

—Se que hay gente nueva, así que les explicaré rápidamente — me encontró entre todo el público y me guiño un ojo — serán tres bailes, cada una con un metal precioso en particular. Las mujeres tendrán que traer joyería de este metal. Cada uno de ellos serán en lugares muy diferentes. El primer baile tendrá como temática la plata. Así que, señoras, traigan su mejor juego de joyas. En unos minutos más les haremos pasar los boletos para el primer baile.

—Estos bailes serán tu momento de brillar, Masías — me susurró al oído.

—Y lo disfrutaré muchísimo.


Siento que está quedando muuuuy chida

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Siento que está quedando muuuuy chida. Espero que le vayan siguiendo el ritmo

The mission || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora