Bestia 🔗Yoontae🔗

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La adrenalina recorría todo su cuerpo mezclada con el miedo y la incertidumbre de lo que pudiera suceder ahora que estaba haciendo algo que prometió no haría, los acelerados latidos de su corazón retumbaban en sus oído a cada paso rápido de sus pies, el poco viento de la tarde era más potente que cuando salió de la choza de sus padres y los luceros ya se estaban poniendo en el cielo anunciando la noche.

— ¡Vete ahora! ¡Hasta aquí puedo acompañarte, Jungkook te está esperando del otro lado del muro..— detuvo sus movimientos al escuchar que ya no sería acompañado por su hermano y que lo dejaría a su suerte, sólo, para seguir su camino.

— ¿Por qué?  No puedes dejarme sólo ¿Y si ese hombre se da cuenta? —  interrogó con miedo y desespero a lo que sus pensamientos le gritaron de prisa, alerta de estar en peligro.

Si se encontraba sólo era presa fácil de ser encontrado por ese hombre y que le hiciera daño como prometió lo haría si no asistía a la ceremonia, ese hombre era capaz de matarlos si los llegaba a encontrar.

— No lo hará, por eso debo irme si no estoy presente con nuestros padres van a sospechar que planeamos esto. ¡Ya no pierdas el tiempo, vete!— sintió el pequeño empujón en su hombro haciendo que retomará el camino a la salida de la aldea.

Observo una última vez a su hermano rogando no ser la última vez que lo viera, desconocía lo que podía suceder ahora que estaba tomando la desición de irse para evitar estar con ese hombre, tal vez nunca más volvería a ver a su padres si tenían la fortuna de huir sin que fueran vistos.

Sintió sus ojos empañarse de lágrimas ante el pensamiento de elejarse de su familia por el resto de su vida y la incertidumbre de que tal vez el futuro que les esperaba lejos de sus familias fuera incierto y peligroso, no sabía con exactitud que podía sucederles fuera de esos muros, ahora que las cosas tomaron ese rumbo y que sin duda no podrían cambiarlas. Tanto Jungkook como él tendrían que sobrevivir fuera de la manada y lejos de sus familias, buscar un lugar lejos de esas tierras en el que vivir y cuidarse mutuamente.

Limpiándose las lagrimas con rapidez apuro sus pasos esperando que el camino se redujera y pudiera llegar con Jungkook antes de que se dieran cuenta de que estaba huyendo.

Observó de prisa el alrededor no encontrando a los centinelas de la entrada haciendo sus guardias como era costumbre, quizás su padre arreglo aquello, quería apostar que se trataba de eso cuando salió sin ningún problema de la aldea, pero hubo algo en su Omega que le causo escalofríos de pies a cabeza, miedo por algo que no sabía y que le ponía ansioso, como si algo malo estuviera por pasarle.

Corrió con rapidez sintiendo que algo estaba mal, su corazón latiendo fuertemente contra su pecho y la respiración agitada le impedía respirar con normalidad, el peso de la vestimenta era un obstáculo que le hacía más difícil el desplazarse fácilmente por la tierra y las pequeñas piedras.

Sintió escalofríos al escuchar un ruido extraño a sus espaldas pero se negó a detenerse y a mirar de que se trataba, el terror se apoderó de su cuerpo al sentir que alguien lo seguía. El pánico a imaginarse que tal vez ese hombre se había dado cuenta de sus planes se hizo más presente.

Giró a la izquierda logrando divisar a la distancia la figura de Jungkook, sonrió de felicidad y salvación al verlo tan cerca, al saber que sería libre de estar con ese hombre, el miedo y la pánico abandonaron su cuerpo al correr a dónde el alfa se encontraba de espaldas a él y un poco encorvado sin darse cuenta de su presencia.

Lágrimas de felicidad se instalaron en sus ojos al estar seguro y en calma, fuera del terror y miedo a ser tomado por ese cruel hombre.

— ¡Jungkook! — gritó el nombré del alfa joven para que se diera cuenta de su presencia, detuvo su caminar al resbalar en su caminar.— ¡Oh por los dioses casi me caigo!— exclamo con una pequeña risa nerviosa esperando aligerar el ambiente pesado que por alguna razón se formó alrededor de ellos algo asfixiante.