Bestia 🔗Yoontae🔗

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Abrió los ojos con pesadez y cansancio no entendiendo por que su cuerpo se sentía de esa manera si acababa de despertar ni el porque tenia una sensación de desorientación tan extraña que recorrió todo su cuerpo como si no se sintiera así mismo en su propio cuerpo, incluso su Omega parecía aterrado apenas abrió los ojos sin atraverse abrirlos completamente por miedo a ver algo desagradable y sintiéndose diferente y confuso en el lugar en que estaba.

Se removió un poco quejándose en el proceso al sentir una quemazón extraña en el cuello, irritado y doloroso apenas logro despejar la cabeza del duro lugar en el que se encontraba, en el que había despertado y del que desconocía completamente.

¿Dónde estaba?

¿Dónde estaba su familia? ¿Hermanos?

Los recuerdos borrosos de la noche anterior apenas y trataban de rebobinarse en su mente mismos que le dolían recordar y su Omega temeroso se refugiaba en su interior.

Desconcertado al no despertar con los ruidos de sus hermanos o la voz de su madre al regañarlos por ser desastrosos a primera hora del dia, pero ahora no lograba escuchar algo que le fuera familiar o conocido. Solo se lograba percibir el silencio sepulcral de la choza, mucho silencio, vacío y eco que su instinto le obligó a mantenerse alerta y a buscar la razón del porque tanto silencio y soledad a su alrededor, buscar al causante de toda su confusión en su interior y el insoportable dolor en su cuello.

Se incorporo con incertidumbre observando todo a su alrededor. Vacío, vacío y más vacío había, no estaban las camas ni los juguetes de sus hermanos, tampoco los baúles de telas ni abrigos de invierno. El lugar en el que estaba se encontraba vacío, apagado y sin color. No existía rastros de vida que le informará que ahí vivía alguien, lo poco que lograba observar eran cosas mínimas para sobrevivir.

Se bajó de la cama dura y fría con miedo de encontrar aquello a lo que temía recordar y encontrarse, los pequeños escenarios comenzaron a reproducirse en su mente;* acontecimientos de todo lo sucedido la noche anterior siendo más doloroso el  percibir con fuerza el aroma de ese hombre a cada respirar, en cada paso silencioso de su cuerpo que se aferraba a la idea de que se tratara de una mentira, un pesadilla de la que despertaría en segundo.

Conforme sus pasos lo guiaban a la salida el aroma territorial de ese hombre no disminuía haciéndole difícil el avanzar sin sentirse vigilado como la noche anterior, sentir a sus espadas la respiración agitada de ese alfa y la penetrante mirada que lo acechaba siempre al caminar.

Su mirada asustada recorrió cada rincón de la choza vieja encontrando contadas vasijas y ollas en la esquina derecha de la misma, un baúl pequeño y muy viejo del lado contrario a la cama, que en comparación con lo demás era grande e intimidante, tanto o igual que aquel hombre. Una malgastada y vieja mesa de madera soportaba sobre de ella pedazos de carne y frutos secos, recipientes gastados por los años hasta el fondo de esas cuatro paredes de madera.

La única fuente de luz y calor dentro de la choza era una única antorcha, nada más. Acomparación de su hogar que tenía tres antorchas la cual apenas y lograba calentar su hogar en temporada de invierno, del lado contrario algunos trozos de madera perfectamente acomodados uno sobre otro.

El miedo entrando a su cuerpo con rapidez al no encontrar rastro alguno de aquel hombre en los minutos que llevaba despierto, ni un atisbo de seña de su paradero. Avanzó en dirección a la puerta con miedo y temor añorando la salida de ese lugar peligroso, debía salir de ahí y resguardarse en la protección y calor de su hogar, lejos de ese alfa que lo marco a la fuerza.

Huir de aquel hombre que lo rapto en medio de la noche y lo marco sin importar que fuera un Omega no comprometido.

Con el corazón latiendo fuertemente contra su pecho abrió la puerta escuchándola crujir ante la fuerza ejercida en ella temiendo que aquel hombre lo estuviera vigilando por fuera e impidiera su huida. Temió ser retenido en esa choza sin poder salir ni ver a su familia, a ser obligado a permanecer como Omega de ese hombre que todos en la manada le temían y él especialmente huía de su presencia, al sentirse observado y vigilado desde hace tiempo.