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La oscuridad de la noche asecho sus pasos después de la larga caminata de regreso a su casa, desamparado por el denso bosque y la oscuridad de la noche guiando sus paso por el camino oscuro y pedregoso que lo guiaba a su hogar y del que era inevitable evitar por que era el único paso confiable que lo llegaba de regreso a su hogar y que estaba vigilado por los centinelas de la manada, mismos que sabían de su presencia a altas horas de la noche para evitar atacarlo al verlo avanzar en dirección a la manada.

La luna le hacia compañía en su soledad y las estrellas le animaban a no rendirse, sus piernas dolían por el cansancio del día y el peso de su cuerpo después de un día cansado y largo por el que tuvo que pasar, si bien, no hizo nada ayudando a su padre pero le resultaba cansado ir y venir por largas horas hasta donde se encontraba, sus hermanos mayores tuvieron que quedarse con su padre para cazar más animales y no tener que pasar hambre el próximo invierno a venir y sus hermanos menores se quedaron junto a su madre en la manada por ser más pequeños evitando que su madre se quedara sola por tanto tiempo.

Avanzó con prisa, debía llegar antes de media noche para no preocupar a su madre, los grillos se escuchaban de fondo y el frío ya era más fuerte que días antes, la capa de piel de venado que cubría su cuerpo no era muy cálida en esos momentos, la ventisca llegaba a calar sus ya entumidas manos y sus pies que se aferraban a seguir avanzando con la añoranza de una vez llegar a su hogar poder descansar cómodamente en el calor de su hogar, en la compañía de sus hermanos y su madre que esperaba por el y por las noticias de sus hermanos y padre. Y quizás también informarles a los demás omegas que sus esposos e hijos estaban bien en las profundidades del bosque y que en unos cuentos días estarían de regreso.

La cerca de piedras de cantera se alzó ante él al mirar a la distancia, ya casi estaba en casa, suspiró con cansancio al resentir el cansancio del día y el caminar de dos días seguidos de regreso a su hogar añorando dormir el resto de la noche. Unos cuantos pasos más y escucho un ruido extraño a la cercanía, demasiado cerca que le alerto prestando atención a su alrededor, pasos que no eran de él pero que se hicieron lentos y ágiles conforme detuvo sus pasos, su omega alerta en la espera de aquello que lo seguía.

Por un momento evitó mirar a los lados por miedo a saber quien era la persona que a esa hora de la noche seguía despierto en los alrededores de la cerca de cantera que protegía la manada, siguió con su camino sintiendo su corazón acelerarse ante la presencia no deseada de ese hombre que se acercaba a pasos lentos a su espalda, demasiado cerca que su omega se puso ansioso al percibir más de cerca el aroma de ese alfa reconociéndolo al instante en que una ráfaga de viento sopló calando su cuerpo. 

Ese alfa que no era la primera vez que lo seguía a la distancia, no sabia porque o sí realmente lo seguía pero se sentía vigilado y acechado por ese hombre intimidante y poco amigable de la manada. En varias ocasiones se dio cuenta de que lo mirada sin disimuló y algunas otras lo seguía por las noches de regreso a su hogar sin acercarse demasiado pero con la intención de que se percatara de su presencia y supiera que lo seguía.

¿Por qué? 

No sabia las intenciones de ese hombre tan intimidante como temible que lo asechaba cuando se encontraba solo aunque en todo ese tiempo jamás le había dirigido palabra alguna, jamás se había acercado lo suficiente para aterrarlo como lo estaba haciendo ahora, jamás se había sentido tan acorralado como en esos momentos en los que su cuerpo temblaba de miedo y sus pasos tropezaban con la tierra y piedras del camino, su agitado corazón latía desbocado en su pecho ansiando correr a la seguridad de su hogar y esconderse de la vista de ese hombre que logró percibir su miedo y terror dado que lo escuchó sus pasos lentos g más lejanos dándole la oportunidad de correr por la enorme puerta de la aldea. 

Su corazón seguía latiendo con fuerza en su pecho y su cuerpo temblaba ligeramente ante el miedo de la presencia de ese hombre.

Miró con pánico a los lados buscando si ese hombre se había adentrado a la aldea o si se quedo fuera, tranquilizándose un poco al no notarlo a su alrededor. Avanzó con rapidez tratando de tranquilizarse antes de llegar a su hogar y evitar que su madre lo viera de esa forma, respiró varias veces con lentitud bajando el pánico en su lobo que no dejó de sentirse observado desde la oscuridad en la que no encontró a nadie.

Bestia 🔗Yoontae🔗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora