Bestia 🔗Yoontae🔗

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La advertencia del alfa Min fue acertada, desde aquel incidente en el bosque las cosas se pusieron más complicadas dentro de la choza de sus padres y la convivencia con sus demás hermanos.

Las peleas incrementaron entre sus pequeños hermanos y su padre no lograba encontrar forma alguna de hacer que se llevarán bien, incluso empezaban las peleas entre sus padres.

Su familia estaba pasando por grandes problemas y no sabia como ayudarlos. No le habían dicho algo al respecto más que evidente que no estaban bien las cosas.

Las pocas ocasiones en las que fue de visita noto esos pequeños detalles que eran demasiado notables de de su círculo familiar.

Las posibilidades de ayudarlos en algo eran pocas dado que ninguno de sus padres le quería comentar algo al respecto y sus hermanos preferían evitarlo cuando preguntaba al respecto.

Le preocupaba mucho que algo más llegase a suceder y que tuviera repercusiones para toda la familia, le asustaba pensar que él era parte de esos problemas dentro de su círculo familiar.

Con todo lo sucedido tiempo atrás con el alfa Min y la manada muchas cosas podrían surgir de eso.

Su cabeza dolía al pensar en las cientos de problemas que tenían sus padres, incluido los nuevo que estaba acarreando su pequeño hermano. Soobin era un cachorro, indefenso y asustado que estaba sufriendo por algo que nadie sabía y que estaba causando todos esos desastres y malentendidos con los otros niños de su edad.

Soobin no era malo como las mamás de los otros cachorros lo pintaban, de todos sus hermanos era el más tranquilo y obediente, alguien demasiado calmado para su edad.

Lo sabía muy bien, caso contrario a sus demás hermanos que eran juguetones y desobedientes con su madre..

No creía lo que decían de el ni de las propias palabras que salieron de la boca de su madre horas antes. Conocía a su hermano y no era como lo describían.

Se sintió triste al verlo sentado solo a la orilla del lago, cabizbajo y con los hombros temblando, quizás llorando en silencio y en la lejania de todos.

Su corazón dolió al verlo así, jamás lo había visto de esa manera ni siquiera cuando era bebé y lloraba por todo.

Ahora el sentimiento es diferente y le lástima no saber que tiene o siente con todo lo sucedido.

Se acerca cuidadosamente evitando asustarlo con su llegada.

— Soobin.— Saluda apenas llega a su lado y se estremece completamente confundido al ser recibido por un gruñido de advertencia de su pequeño hermano.

Sorprendido por su reacción y asustado por lo poderoso que resultó ser su gruñido de advertencia a tan corta edad.

Retrocedió confundido y desconcertado no sabiendo como tomar aquel accionar de su Soobin.

Jamás le había hecho algo así, ni siquera alguno de sus hermanos mayores.

— S–soy yo, Tae.. — susurro con miedo mostrandose sumiso y docil ante su pequeño hermano no sabiendo de que otra manera podía responderle.

Lo mira parpadear lentamente y después  respirar con profundidad, olisqueando en el aire, oliendo a su alrededor como si buscará algo en especial.

Algo que desconocía pero que hizo que su hermano cambiará de actitud.

—Tae..— segundos después susurra en un sollozo, soltandose a llorar mientras oculta su rostro en sus rodillas. Avergonzado por su actitud.

— Esta bien, no pasó nada..  esta bien. — trata de consolar acercándose lentamente al pequeño e indefenso Soobin que continúa llorando.

Lo consuela, abrazándolo tratando de hacerlo sentir bien, incluso si también tiene ganas de llorar a su lado.

Lo siente temblar entre sus brazos y le asusta.

— Soobin. — le llama pero no tiene respuesta,  el temblor sigue, cada vez más fuerte, aunado a la temperatura qué empieza a hacerse más evidente en el cuerpo entre sus brazos.

— ¡Soobin! ¿Qué sientes? — interroga tratando de mirarlo al rostro.

La preocupación se empieza a apoderar de su cuerpo al verlo pálido, con los labios morados y los cerrados.

—¡Soobin! ¡Soobin! Respondeme Soobin.. — con angustia y pánico trata de hacer que despierte, que se mueva y le responda pero no sucede.

Lo acomoda entre sus brazos a como puede buscándo la forma de llevarlo con la curandera.

De prisa se levantaba y corre con el pequeño cuerpo de su hermano rogando que nada malo le suceda.

Se asusta al sentirlo con mayor temperatura y el temblor incrementar, los balbuceos no ayudan en nada incrementando el miedo por lo que está sucediendo con su hermano.

—Soobin..  — susurra con lágrimas en los ojos tratando de que sus brazos y piernas resistan un poco más.

Ve a varios de los miembros de la aldea conforme se acerca a la choza de la curandera pero ninguno que sea de su familia.

Al llegar entra sin importarle nada, asustando en el proceso a la viejecilla que le mira con sorpresa y luego con preocupación.

— ¿Qué sucedió? — le pregunta apenas coloca a Soobin sobre la madera de la cama. — ¿Le picó algun animal?

—No lo se.. cuando yo llegue a él, estaba llorando pero no me dijo si alguien o algo le hicieron. — explico de prisa. Mientras veía a la viejesilla buscar alguna herida en el cuerpo de su hermano.

— Bien, ve por un poco de agua y las raíces secas que están sobre el tronco de afuera. — obedeció de prisa esperando que su hermano estuviera bien y que nada de lo que tiene sea malo.

La preocupación lo agobia mientras se obedece a la indicación de la curandera, dándose prisa en llevar lo solicitado.

Encuentra las raíces secas y las carga consigo y el cuenco con agua qué se apresura a llenar.

— Aquí esta. — Informa entrando de prisa al interior de la choza, observando como el pequeño cuerpo de su hermano es revisado cuidadosamente por la viejecilla.

— No te preocupes por el Tae, esta bien. Ve por tus padres ahora mismo y diles que necesito hablar con ellos. — la advertencia es clara y le asusta más de lo que ya estaba pero se apresura en ir a su encomienda.

Al menos su hermano se encuentra en buenas manos, lo que hace que se sienta un poco tranquilo. Pero le asusta saber que es lo que la curandera les tiene que decir a sus padres. Quizás se enfermo o se lastimo y no se cuanto de eso.

No se sabe que pesar y eso le asusta.