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Los días de invierno se hacían más largos apesar de que la temporada estaba por terminar, el frío incremento aún más de lo esperado y los medios para calentarse se estaban terminando cada día que el invierno se alargaba.

Su cuerpo tiritaba en cada suspiro dado por su cuerpo apesar de cubrirse con todas las mantas y pieles posibles que tenía a su disposición. Muchas de ellas hechas por sus manos en sus ratos de libertad y que por más que se esforzó en hacer más para cubrirse del frío no le daba oportunidad de avanzar con más rapidez, sus dedos entumidos dolían cuando los sacaba de las pieles en busca de tejer, impidiendole tejer pieles.

Estaba detestando la fría temporada de invierno, los leños estaban escaceando y la comida cada día era más reducida, mucho más que al principio por qué ahora eran dos bocas que tenían que alimentarse. Una más que disminuía la comida para los venideros días.

Desde que despertó el alfa Min la posibilidad de poder ser libre despareció y con ellos sus ganas de estar mejor, sentir su mirada sobre su cuerpo le causaba escalofríos y temor por recordarse que significa aquello. Más aún al no poder alejarse de él aunque fuera por unas horas y poder respirar el aire fresco de la mañana o el atardecer en el bosque.

La realidad lo golpeo en ese precisó momento en que sus ojos se abrieron y le miró con seriedad e imponencia, su furia mal contenido ante los recuerdos de ese día y su aroma siendo más fuerte que las últimas semanas de estar inconciente.

Ahora, todavía no se podía mover completamente pero sabía que llegaría el día en que lo hiciera y quizás con ello aquello que no llego a suceder aquella noche en que se enlazaron, era su deber y obligación ser tomado por su alfa una vez que estaban enlazados pero su mente y cuerpo se negaban a ello. No podía, no lo soportaría.

Apenas y lograba sostener el cuenco con comida a unos cuentos centímetros de distancia sin derramar una gota de sopa cuando lo alimentaba, una tarea que no podía dejar de lado teniendo presente que el brazo y hombro del alfa Min seguían vendadas, sin posiblidad de moverse como la mayor parte de su cuerpo.

Lo seguía limpiando y cambiando vendajes y hojas medicinales con el miedo y el nerviosismo del acercamiento que tenían sus cuerpos, de sentir sobre su cuerpo los ojos oscuros y penetrantes del alfa sobre cada respiro dado por su cuerpo y los movimientos por la choza cuando concinaba o trataba de tejer, no le dirigía la palabra apesar de que necesitará algo o para dare las gracias al final de día, lo que lo hacía más difícil e incómodo.

No existía palabra alguna entre ellos.

Como si aún continuará inconciente sobre las pieles, de alguna manera la situación le tranquilizaba un poco al saber que de alguna manera seguía estando solo y sin compañía.

— Tengo frío. — su cuerpo se tenso, erizando cada fibra de su cuerpo cuando la voz profunda y fría de aquel alfa resonó en cada rincón de su mente y la vacía choza.

Le miró con confusión y desconcierto al no lograr decir algo, su cuerpo congelado por el frío y por lo que aquel alfa expresó, ¿Acaso era su imaginación? ¿Realmente le hablo?

No tenía más pieles con las que pudiera cubrirlo, las únicas que tenía las ocupaba él para no congelarse por las noches cuando el frío era calador. No había forma de que le diera alguna de sus pieles o abrigos, ni siquiera cabía la posibilidad de darle algo con lo que cubrirlo porque lo necesita él para no morir de frío.

Pero... su corazón se estrujó de remordimiento cuando le observo con mayor detenimiento, ahí, postrado sobre las mantas, sin vestimenta alguna y cientos de heridas en su cuerpo,

El frío dolía dentro de sus huesos apesar de que se encontraba cubierto de varias telas y abrigos de lana y aún así tenía frío, congelando sus manos y pies. Su consciencia le recrimino el ser demasiado desconciderado con el alfa que era su esposo, recriminando le el no procurarlo y déjarlo morir de frío.

Acomodándose todas las pieles sobre su cuerpo se levanto del suelo tiritando ante sus movimientos, llevando todas las pieles sobre su cuerpo con la intención de entregarle algunas y las otras seguir cubriéndose él mismo. El silencio le acompaño a sus pies pasos lentos en cada paso al recorrer la distancia entre ambos.

El corazón latiendole fuertemente contra el pecho entre más cerca se encontraban, temblando de miedo por acercarse más de lo esperado al moribundo alfa postrado en la cama.

Retiró dos pieles de su cuerpo con la intención de cubrir el cuerpo ajeno, colocó las telas tratando de no demorar más de lo estimado y de tratar que el cuerpo herido del hombre frente a él se cubriera.

La altura del hombre por mucho mayor que él lo que hacía que las telas fueran casi del mismo tamaño que el alfa, cubriendo exactamente su cuerpo.

Jadeo sorprendido y asustado al mismo tiempo al sentir el agarre fuerte y caliente del alfa Min sobre su antebrazo, reteniendo lo con fuerza.

Emitió un grito de miedo y terror cuando fue arrastrado sobre el cuerpo del alfa para colocarlo del lado contrario. Al lado derecho del alfa.

— Suelteme.. por favor — suplico entre lloriqueos de miedo y pánico al estar tan cerca y bajo el líder del alfa.

No hubo respuesta ante su suplica solo recibiendo un fuerte brazo sobre su cintura, inmovilizandolo a su costado, el frío quedó en segundo lugar al pasar todo tan rápido y confuso.

El alfa Min lo tenía apresado de su cintura y contra su cuerpo poner alejarse.

Lucho con insistencia el alejarse del cuerpo de ese hombre logrando nada en el proceso. Su corazón latiendo fuertemente contra su pecho y todo su cuerpo temblando de miedo por la situación.

Se encontraba acostado al lado del costado derecho del alfa, en la misma cama, mientras se aferraba a su cintura sin darle oportunidad de alejarse un centímetro...

Largos y largos minutos pasaron el silencio e incomodidad she comenzó a luchar con el sueño y lo cansado de su cuerpo.

Bestia 🔗Yoontae🔗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora