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Se sentía incómodo bajo el la intensa e imperturbable mirada del alfa Min ante cada uno de sus movimientos, sentía contra cada poro de su cuerpo los ojos contrarios siguiendo el subir y bajar de su pecho al respirar, así como los movimientos de sus manos y cuerpo al ir de un lado a otro machacando o cortando los vegetales para la cena. Siendo apresado de alguna manera por ese hombre dentro de esa cabaña tan estrecha y fría, siendo la misma lo suficientemente grande y espaciosa para mantener su distancia con el alfa Min, no tanta pero si grata para mantenerse menos alerta y acosado por ese hombre, quien desde su lugar lo estaba incomodando mientras le provocaba los nervios de punta al sentir más insistente poco disimulado su mirar.

Su pesada mirada le provocaba ansiedad y en algún punto miedo por ser una presa fácil de ese tipo que en cualquier momento podría saltarle encima como un depredador.

El miedo se instaló en su cuerpo sin poder ocultarlo apesar de fingir que no sentía aquella mirada. La sopa no era lo suficientemente interesante para concentrarse en ella y pensar en algo más.

Desde aquella noche en que el alfa Min lo obligó a dormir a su costado la misma rutina se repetía cada noche, apesar de que el frío dejó de ser fuerte y calador.

Quería irse de ese lugar y de ese hombre, alejarse lo más que pudiera de todo lo que le recordara estar enlazado con ese alfa.

Irse y jamás volver pero ya había experimentado una vez lo que podía sucederle si llegaba a huir, si se atrevía a intentarlo no correría con la misma suerte y está vez sí sufriría peor que nunca. Además no quería problemas para su familia, una vez fue suficiente y esperaba que lo que el alfa Min le hiciera no fuera algo demasiado doloroso o lo torturara de la peor manera.

No podría soportarlo, no quería sufrir con su cuerpo sus malas acciones.

El recuerdo de esa noche oscura y agria de enlace le dio una probada de lo que le haría el alfa Min una vez que se recuperará, quizás sucedería en alguna de las noches en las que lo obligaba a dormir a su lado. Su cuerpo se tensaba y temblaba de miedo al sentir su cercanía, su tacto al aferrarlo a su costado y la forma dominante en que lo mantenía apresado a su lado. Más de una vez quiso luchar y alejarse pero le fue imposible, jamás podría hacerle daño o siquiera alejarlo para que no lo tocará. No quería que lo tocará mucho menos tener hijos de ese hombre.

No quería.

La forma en que lo obligó a enlazarse fue una que jamás deseó o quiso para su vida, siempre solo e imaginó ser cortejado durante largas lunas, recibir su primer beso durante la ceremonia de primavera cuando las flores de cerezo estaban en su punto y muchas de ellas terminaban desprendiéndose de las ramas del árbol, sentir aquellas cosquillas en su estómago de las que sus amigos le hablaban. Tener una ceremonia de enlace llena de alegría y aceptación.

Ser tomado y marcado por su alfa por qué así lo deseaba, no lo sucedido con su vida.

No estar atado a la bestia que lo había apresado para toda la vida.

De sus labios salió un suspiro cansado al terminar de colocar la sopa y arroz en los cuencos correspondientes para llevarle la parte que le correspondía al alfa Min, desde pequeño y al ser Omega se le fue inculcado el ser obediente, cuidar el hogar y los niños, la cocina, cocinar y hacer feliz a su alfa. Ser el Omega perfecto e instruido en las actividades que debía aprender y ser.

Ser el Omega ideal, ser lo que cualquier alfa buscaba en una pareja. Lo era, quizás era la razón por la que terminó en esa situación; siendo tomado a la fuerza por el alfa más fuerte de la manada, obligado a ser enlazado sin oponerse a ello.

Sabía que no era tan agraciado como otros omegas de la aldea, era un poco más bronceado que el resto porque salía caminar bajo el sol por largos días llevando o trayendo comida y granos desde lo más alejado del bosque donde su familia y otros alfas se iban a casar. Tenía el cabello más largo que los demás porque no tenía intención de cortarlo y a Jungkook le gustaba su trenza larga sobre su espalda.

No tenía las curvas que un Omega de tener porque nació así, era pequeño y menudo, col el rostro de un pequeño niño que confundía a muchos alfas que no lo conocían bien.

No eran tan sumiso cómo sus amigos porque la mayoría de su familia era alfa y se rodeaba de alfas por largos lapsos de tiempo, era quizás el único Omega que podía salir de la aldea sin compañía, su padre y hermanos eran alfas respetados de los que nadie desconfiaba.

No era el Omega que llamará la atención de todos por su físico, ¿Entonces porque terminó al lado de ese hombre?

¿Por qué él?

No lograba entender porque fue él y no cualquier otro Omega, fue precavido y cuidadoso cuando lo encontraba en la aldea y en el bosque, no se acercaba a ese hombre porque le temía y todos coincidían con ello.

Jamás le llamo atención como alfa potencial ni mucho menos como hombre con el que quisiera compartir su vida, jamás llegó a mirarlo como algo más. Su Omega jamás se sintió atraído por ese alfa apesar de lo fuerte y poderoso que era, sabía que como Omega su lobo buscaba al alfa más fuerte de entre sus pretendientes buscado sentirse protegido y provehido en todos los sentidos,  buscando la seguridad y protección de sus futuros cachorros.

Y el tema de los destinados era muy importante y muy difícil de encontrar porque lo que influía en sentirse atraído por tu pareja para al menos construir un lazo fuerte y duradero.

Dejó la comida sobre las piernas del alfa Min alejándose lo suficiente para evitar contacto alguno pero sin atreverse a mostrar su intención, sabía que podía ser malo para el.

— ¿No vas a comer? — interrogó el alfa tomando dando el primer bocado al arroz, su voz tenso su cuerpo ante la cuestión del alfa sin atreverse a responder rápidamente.

— Si, ya voy.. — susurró yendo por su comida,  la distancia no era mucha pero lo suficiente para calmar su agitado corazón y el temblor en sus manos.

Se sirvió la sopa y el arroz con lentitud tratando de que el tiempo pasada rápido y con ello el alfa Min terminara la camina y se acostara a dormír, no quería volver a dormir a su lado como las últimas noches en las que el frío disminuyó y el invierno se iba yendo con los días.

Semanas tal vez, en las que el hielo se derrita y puedan salir de la choza, tomar aire fresco, visitar a su familia y mantenerse lo más alejado posible de ese alfa. Anhelaba con el alfa poder salir ahí, apesar de que al final del día debía regresar y mantenerse a su lado.

Bestia 🔗Yoontae🔗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora