❝𝐁𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐌𝐚𝐧❞〔𝐾𝑎𝑡𝑠𝑢𝑘𝑖 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜𝑢 𝑦 𝑡𝑢〕

𝕿𝖗𝖊𝖈𝖊

No todo podría haber salido bien. Nuestra tarde en el campo, Katsu feliz, Bakugou y yo disfrutando del día y de nuestro hijo.
Todo estaba saliendo de maravilla pero de la nada aparece ella, rompiendo toda esa burbuja y luego... Kaminari.

Sabía perfectamente que mentirle estaba mal, y más a él que había sido la única persona que me había apoyado en todo momento de mí vida luego de lo ocurrido con Katsuki.

Y ahora estaba en el parque, sola, como solía hacerlo de niña.

Las cosas que habían ocurrido hacía un rato pasaban por mí cabeza como si fueran apuñaladas directas a mí corazón.
Mí madre me dolía, pero aún más me dolía Kaminari.

—¿Por qué todo esto tiene que estar pasando?, Yo solo quiero ser feliz— lloré.

Las cosas que pasaban me afectaban mucho, más aún si eran referidas a mí madre.

Ella jamás estuvo para mí, cuando más la necesite ella no estuvo. En las noches cuando lloraba rogando por que vuelva por mí, ella jamás lo hizo. No obtuve en quince años ni siquiera una llamada.

Ni siquiera me sentí acompañada por la señora Todoroki, no fue hasta que conocí a la familia de Katsuki que me sentí parte de una familia.

—¿Por qué lloras?— escuché a mis espaldas

—¿Shoto?— pregunté al voltear me y verlo ahí parado a un lado del columpio.

—¿La viste?— Asentí, sabía que se refería a mí madre —Lamento no haber estado ahí contigo— fue a mí y me abrazo.

—Esta bien no es tu culpa— susurré —Tal vez tendría que haberle dicho todo, hace tiempo—

Era mí hermano, Shoto era mí hermano. Y ahora se sentía culpable por no haber estado cuando mí madre apareció.

—Ella no tiene el derecho de reclamar nada— Espetó enojado.

—Aún así es mí mamá— lo mire —Y duele— una estúpida y escurridiza lágrima todo con dolor por mí mejilla.

—Lo sé, lo entiendo— me volvió a abrazar —Vamos, te acompañaré a casa, Bakugou debe estar preocupado— dijo.

Shoto era el único que no se había tragado el cuento de que Katsuki y yo no estábamos juntos. Porque me conocía perfectamente y sabía todas mis manías al mentir.

—No— negué —No quiero regresar ahora, si tienes que hacer algo vé, recuerdo el camino a casa, no pasará nada— trate de sonreírle.

—No quiero dejarte sola, no así— tomo mis manos.

—Tranquilo, voy a estar bien—

—Promete llamarme cuando te sientas mal—

—Mhh— Asentí —Lo prometo—

—Sabes que eres mí hermana y me preocupas ¿Verdad?—  me miró con seriedad y preocupación.

—Tambien te quiero, ahora ve, tranquilo—

—Llamame— dijo.

—Lo haré— sonreí a penas.

Shoto se fue de aquel parque dejándome sola una vez más en los columpios, recordando lo idiota que había sido con Kaminari y como mí madre había arruinado la felicidad que venía acumulando hace meses, en solo unos pocos minutos.

—Algún día mamá estará tranquila disfrutando de ti, de tu hermano y tu padre, como la familia que siempre deseamos—  susurré tocando mí abdomen.

Se suponía que mí bebé llegaría en un ambiente tranquilo y apartado de todos los problemas que Bakugou y yo podríamos tener a futuro como héroes.

Pero al parecer no será así. Al parecer nuestros problemas serán "familiares".

¿Cuando sería el día que podríamos estar en paz?.

—Al fin te encuentro sola— hablo aquella voz frente a mí.

—Tōya— susurré asustada.

Levanté mí rostro para verlo y ahí estaba, con sus ojos azules brillando en la oscuridad frente a mí.

El miedo se apoderó rápidamente de mí, ahora no podría pelear con todas mis fuerzas, lo sabía.

—Hola mí amor— sonrió perverso acercándose lentamente a mí.

—No te acerques por favor—  pedí levantando me lo más rápido que pude del columpio.

—Oh nena, ¿Por qué me temes?— enarco uns ceja—Acaso... ¿He hecho algo malo?— me tomo con una mano del rostro.

—Toyā sueltame por favor— rogué.—Dejame ir—

—No, te lo dije _______, volverías a mí, sea cual fuere el medio— negó.

Jodido idiota.

Solo podía pensar en él como eso, un maldito y jodido idiota.

—Tambien te lo dije Tōya— logré soltarme —No puedes pedir de vuelta algo que nunca fue tuyo— intenté alejarme más pero fue en vano. — Jamás fui tuya— dije cuando el columpio se poso en mi espalda impidiendo que me aleje más

—Entonces quiero que seas mía—

—Olvídalo— espete

—¿Por qué te cuesta tanto aceptarme?—

—¿Aceptar a quien quiere hacerme daño?, Por dios Tōya, creí que eras un poco más lógico.—

—Eres una...— tomo bruscamente mi cuello.

—Dejala—

—Oh miren, la familia se reúne otra vez— miro a Shoto quien había llegado a nosotros —Que gustó volver a verte hermano—

—Shoto— susurré en súplica.

—Sueltala—

—¿Por qué lo haría eh?—

—Sueltala—

—¿Que vas a hacerme si no lo hago?— desafio — ¿Me matarás?—

—Él no lo hará. Pero yo sí—  la voz de Katsuki se hizo presente.

Su voz me había tranquilizado un poco, sabía que Katsuki jamás me dejaría.

—Oh vaya— Lo miro  —Al parecer llegaron tus salvadores — me pegó más a él—¿Que harán par de idiotas? —

—Sueltame, te lo ruego—

—¿Me ruegas?— Asentí —Tu amada me ruega—

—Suetala antes de que te explote lo que te queda de cara—

—Katsuki— sollozé

—Iras conmigo—

—Sueltame, no iré a ningún lado contigo— intenté soltarme  —Katsuki— lo llame con miedo.

Quería soltarme de él, quería volver a casa.

—Te lo advertí— Katsuki corrió hacía Tōya con una explosión en su mano lista para ser lanzada.

—Dejamelo a mí—  en un rápido movimiento Shoto activo su singularidad y congelo la mitad del cuerpo de Tōya.

El impacto del hielo contra el cuerpo de Dabi hizo que me soltara de golpe.

—JAAA ¡NO LOGRARAS NADA CON ESO HERMANO!—

—________ ¿Estás bien?—  Kaminari también estaba ahí y había llegado lo más rápido que pudo hacía mí.

—Creí que ya no querías verme—

—No quiero, pero sin embargo no puedo—

—¡SACALA DE AQUÍ!— grito Katsuki.

—Vamos antes de que se concentre otra vez en ti— Asentí.

—Kaminari—

—Calla y corre—