nuevas oportunidades.

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- felicidades señorita Kim, fue usted aceptada en la universidad de Australia. - decía el director del instituto.

- ¿cuándo estaré ahí? - pregunto la pelinegra emocionada, pues llevaba más de medio año esperando la respuesta.

- dentro de tres días. -

- es demasiado pronto y no tengo el dinero suficiente para viajar. -

- podría ayudarle con eso, es usted una excelente estudiante y está oportunidad es única.

- ¿cuáles son las opciones?

- podría conseguir un pasaporte de estudiante y podría reducir el costó si hago algunas llamadas, solo piense bien las cosas, tendrá que dejar todo de Corea para tomar esta oportunidad, además, tendrá a su hermana.

- tiene razón, no hay nada que pensar, acepto esta oportunidad. - dijo la pelinegra para después estrechar la mano del director y salir de esa oficina.

Vaya que no era fácil, pues después de que perdiera a sus padres en aquel accidente automovilístico cuando apenas tenía siete años su vida cambió radicalmente. Fue mandada a un orfanato donde miraba día a día como aquellos chicos eran adaptados por una familia que les ofrecía el cariño necesario, pero nunca fue ella, debido a su físico. Fue hasta los diez años que la familia Kim le abrió las puertas, le ofrecieron un hogar y formar parte de su familia.

Pasó la mayor parte de su vida en Seúl Corea, con sus padres y su hermana Jennie Kim, una joven humilde y trabajadora que se encontraba en Australia ya que al igual que ella había obtenido una beca. Sus padres no eran ricos, sin embargo siempre buscaban la manera de salir adelante y esta oportunidad sería un gasto extra a su familia, lo cual no se permitiría. Había estado ahorrando, sin embargo el dinero no era suficiente y se vería obligada a acudir a la ayuda de sus padres.

Luego de salir de la institución se dirigió a casa, donde sus padres esperaban ansiosos por la respuesta de aquellos directivos. En el camino sus pensamientos la estaban torturando, pues sabía que nada de eso sería fácil, tendría que conseguir trabajo para así dividir los gastos con su hermana, pues esta le dijo que si era aceptada viviría con ella. Su teléfono vibrando la sacó de sus pensamientos, contestó sin siquiera mirar el contacto, al otro lado de la línea se escuchó una voz masculina, la cuál la hizo sonreír.

- ¡cariño!

- hola Nam.- saludo la pelinegra.

- ¿qué te han dicho el director? ¿has sido aceptada?

- si, después meses por fin fui aceptada.

- lo sabía, amor, sabía que te iban a aceptar. ¿Cuándo debes estar ahí?

- dentro de tres días.

- oh, eso es demasiado pronto - contestó del otro lado de la línea el chico y en su voz se percibió un tono de tristeza - ¿qué han dicho tus padres?

- aún no se los digo, recién estoy llegando a casa.

- oh, entonces hablamos más tarde, tienes que poner al tanto  a tus padres.

- claro, espero tu llamada.

- felicidades, te amo.

- yo también te amo Nam. - dijo la pelicorto para después colgar.

Kim Namjoon era su novio desde que tenian 15 años, era el chico que cualquiera podría desear, era atentó, detallista, amoroso, inteligente y era el capitán del equipo de fútbol de su preparatoria al igual que la universidad. La pelinegra realmente se había enamorado y tenía la aprobación de sus padres.

El hecho de tener una relación a distancia le pareció un poco debastador, pues él había sido su apoyo en toda ocasión, más sin embargo se tenían la confianza para saber que solo existía el otro para ambos.

Cuándo entro a su casa sus padres la esperaban ansiosos en la sala y esto le causó un poco de gracia.

- hola papá, hola mamá.

- hola cariño, ¿cómo te fue? ¿fuiste aceptada? - pregunto la señora Kim.

- me fue bien, nada fuera de lo común, y si, fui aceptada en Australia, más sin embargo tengo que estar ahí dentro de tres días.

- felicidades cariño, sabíamos que lo ibas a lograr. - dijo el señor Kim mientras le daba un abrazo a su hija.

- ¿mamá? - pregunto la pelicorto al ver a su madre con lágrimas en los ojos - ¿te encuentras bien?

- si, solo que tres días es demasiado pronto.

- tranquilos, siempre estaremos en contacto.

- tu madre y yo estuvimos ahorrando durante años y con eso podemos pagar tu boleto. - dijo el señor Kim un poco triste.

- se los agradezco, pero solo necesito una parte del dinero y el resto lo pondré yo.

- no hija, ese dinero ocupalo cuando sea realmente necesario y el boleto será un regalo por parte de ambos, solo con la condición de que realmente lo aproveches.

- claro que lo haré, padre. Dijo la pelinegra para después correr a abrazar a sus padres y romper en llanto.














hola, volví;-;

𝙇𝘼𝘿𝙔 𝙍𝙊𝙎𝙀  (𝘾𝙃𝘼𝙀𝙎𝙊𝙊) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora