Rosé
Hace dos años
- cariño, despierta. - decía Irene mientras dejaba besos por toda mi cara, eso provocó una sonrisa en mi cara.
- Buenos días, amor de mi vida. -dije besando suavemente sus labio.
Llevaba seis años de relación con Irene, la conocí a los doce en la secundaria, fuimos mejores amigas pero al ver qué había algo más decidimos arriesgarnos siendo novias cuando teníamos catorce y ahora con 20 años seguimos siendo felices, nuestros padres lo aceptan. Lo que ella no sabe es que está noche será diferente, está noche le propondré ser la señora de Park.
- ¿Cómo amaneciste, cariño? - dijo mientras se ponía ha horcajadas de mí.
- demasiado feliz, tuve una de las mejores noche. - dije regalándole una sonrisa, y no era mentira ya que hicimos el amor toda la noche, fue algo que no olvidaré.
- ¿Cuáles son las demás? - preguntó interesada
- cuando estoy contigo luego de un día largo y pesado. - dije y pude ver como una sonrisa se asomaba entre sus labios. - hoy será una más especial, arreglate porque iremos a cenar, la reservación está a las nueva de la noche.
- ¿A dónde me llevarás? - pregunto interesada.
- será una sorpresa, amor. - ahora vamos a desayunar.
- siempre tan misteriosa Chae.- dijo llamándome por el nombre coreano que solo ella utilizaba, sabía que me encantaba.
Luego de desayunar decidimos ir con nuestras amigas, aún teníamos tiempo así que ¿Por qué no divertirnos un poco?
Llegamos donde siempre nos reuníamos, hace tiempo no hacíamos esto, fue extraño.
- holaa, ¿cómo han estado? Pregunto emocionada Nayeon.
- bien, la vida nos trata bien.- respondí feliz. En aquella mesa se encontraba Nayeon, Lisa, Momo, Sana y por último Jin.
- eso nos da gusto.- dijo Jin mirando hacia su comida mientras la saboreaba. Algo que nunca ha cambiado es que Mina nos cambiaría por un guisado de cualquier tipo.
-¿Park? - pregunto Lisa y yo solo la mire. - ¿Cuándo tienes planeando darle el anillo a Irene? Te estás tardando y no eres la única persona que quiere esa oportunidad. - hija de la gran puta, ella sabía que lo que haría hoy y solo lo estaba haciendo para joderme, lo supe luego de que me dio una mirada de inocencia.
- no hay prisa para eso. - si las miradas mataran Manoban ya estaría tres metros bajo tierra.
- sí, no la hay. - dijo Irene un poco triste, lo noté en su voz.- pero ahora hay que divertirnos, hace tiempo no hacemos ésto y estoy ansiosa.
Y así fue, nos divertimos, fuimos de compras, a comer, al cine y más cosas, la tarde fue maravillosa.
Ahora mismo me encontraba esperando a Irene en la sala de nuestros departamento, estába nerviosa, no sabría cómo terminaría todo, ¿Aceptaría? ¿Y si me rechaza? Esas y más preguntas que pasaban por mi mente desaparecieron cuando la vi bajando por las escaleras, traía un vestido negro que marcaba de manera perfecta su figura y su cabello ondulado que le llegaba por los hombros. En su cuello portaba un collar de perlas que le regale cuando cumplimos cuatro años de novias. Sin duda era la mujer con la cuál queria compartir el resto de mi vida.
- estás hermosa. - dije mientras la tomaba por la cintura.
- también lo estás. -dijo observandome. Yo llevaba un vestido floreado y mi cabello lacio, nada extravagante, pero me sentía cómoda.
-es hora de irnos o perderemos la reservación.
El caminó fue corto y cómodo, con algunas canciones de fondo mientras nos mirábamos con tanto amor. Sin duda era la mujer más hermosa.
- una reservación a nombre de Rosé Park.
- claro, sigame por aquí. - dijo la mesera mientras nos guiaba hacía nuestra mesa.
Luego de un rato nuestro pedido llegó, pues ya tenía todo listo. La cena fue tranquila, hablábamos de cosas triviales, de nuestros planes que teníamos a futuro y también recordamos como nos conocimos.
Luego se un rato mientras tomabamos nuestra tercera copa de vino saqué de mi cartera una pequeña cajita color rojo y sin que me viera tire el tenedor de la mesa, cuando me agache para tomarlo de nuevo saqué el anillo e incandome de rodillas frente a ella se lo mostré, ella solo atino a llevarse las manos a la boca por la sorpresa.
-Irene, durante seis años me haz hecho bastante feliz, tal vez comenzamos cuando éramos muy pequeña, pero eso no quita que con el tiempo supimos lo que queríamos. Gracias por estar conmigo a pesar de los obstáculos, gracias por ser la persona con la cuál pase muchas primeras veces, gracias por aparecer en mi vida. No tengo la menor duda de que eres la persona con la que deseo pasar el resto de mi vida, la persona que quiero ver cada mañana, con la que quiero tener hijos y más cosas. Bae Joo-hyun, ¿Me harías el gran honor de ser mi esposa? - los segundos corrían y con ellos mis nervios corrían, ella no decía nada. Para este punto todas las miradas estaba en nosotras y cuando me iba a levantar tomando su silencio como una respuesta susurro un pequeño "sí quiero" para luego levantarse y besarme.
Luego de pedirle matrimonio terminamos la cena y nos fuimos a nuestros departamento. No hace falta decir que hicimos el amor toda la noche.
- me haz hecho la persona más feliz del mundo. -dije para luego darle un corto beso en los labios y caer dormidas.
¿Hola?