Jisoo
Era mi último día en Corea y por la mañana a primera hora saldría mi vuelo. El día de hoy me estaba despidiendo de algunas amistades y familiares, les dije que volvería para navidad y se lo tomaron muy bien. El dejar Corea sabiendo que aquí lo tengo todo es un poco nostálgico, pero les prometí a mis padres que aprovecharía esta oportunidad.
Por fin llegó la noche y ahora me encontraba cenando con Namjoon en su departamento. Me había prometido que me iría a visitar cada mes y se quedaría unos cuantos días para conocer Australia. La idea no me pareció tan mala, pues realmente lo extrañaría, no solo era mi novio, también era mi mejor amigo.
- ¿Ya pensaste donde te quedaras? ¿Estará muy lejos tu universidad? - preguntaba con un tono de preocupación.
- si, mi hermana me recibirá en de departamento y dividiremos gastos, así nos será más fácil a amabas. La escuela quedará a 20 minutos, así que no hay nada de que preocuparse, todo está arreglado. - dije regalandole una sonrisa tranquilizadora.
- oh, eso me da más calma, así ya no estaré tan preocupado. Espero disfrutes tu vida de universitaria y no te olvides ni un segundo de mí.
- vamos, sabes que aunque quisiera no puedo sacarte de mi mente. - por mi mente paso una idea grandiosa.- Al menos de que los universitarios...
- ni se te ocurra Kim Jisoo.
- sabes que es broma. - solo nos limitamos a reír.
Después de la cena vimos una película o eso intentamos, pues de un momento a otro nos comenzamos a besar, al principio fue tranquilo, suave, lleno de cariño. Poco a poco este se fue volviendo más agresivo, con su lengua delineo mi labio para que le diera permiso y así fue, se lo coincidí. Ambos comenzamos a pelear por el mando, en este punto ambos estábamos demasiado hormonales.
Namjoon me llevo a su habitación e hicimos el amor el resto de la noche. Jamás podría olvidar cómo me mira a los ojos mietras me penetra, como besa mis labios con tanta amor, la preocupación que reflejan sus ojo, la fina capa de sudor que nos cubre a ambos. Esto es algo inexplicable. Lo último que pasó por mi mente antes de caer dormida fue que realmente quería formar una familia con Namjoon.
°°°
- el vuelo 245 rumbo a Australia esta apunto de partir, por favor ingresar al avión. - se escuchó por los altavoces.
Me encontraba en el aeropuerto despidiéndome de todos, algunos con lágrimas en los ojos, otros se intentaban hacer los fuertes y Nam, solo me miraba triste. Estaba segura de todo. Después de que terminara mi carrera volvería a Corea y poder seguir mi vida, conseguiría un empleo, me casaría con Nam, tendría una familia y el resto de cosas...
Aborde el avión y desde la ventanilla mire a todos despedirse de mí, les sonreí para sentir como el avión despegaba. Cerré los ojos, este era mi nuevo comienzo.
Pasaron unas cuantas horas, estaba aburrida así que tomé mi teléfono y me puse a jugar, estaba tan concentrada que no puse atención a la chica que estaba alado de mí.
- realmente eres adicta a ese juego. - logré escuchar una voz femenina con un tono burlón
- ¿disculpa?
- la azafata lleva tiempo hablándote y tú estás concentrada en tu juego. - dijo y yo solo me sonroje. - soy Alycia, por cierto. - me extendió su mano.
- Jisoo... Kim Jisoo. - dije regalandole una sonrisa amistosa.
- ¿a qué se debe tu visita a mi país natal?
- oh, recibí una beca para estudiar en una universidad.
- eso suena interesante, ¿qué edad tienes? y ¿en qué universidad estudiarás?
- 19 años y estudiaré en Edith Cowan, en perth.
- bromeas, yo estudio ahí, será un placer tenerte ahí.
- ¿qué edad tienes? - a decir verdad se veía mayor a los 23.
- el mea pasado cumplió 20 años. - dijo orgullosa.
- pareces mayor. - dije sin rodeos.
- todos me lo han dicho. Pero cuéntame de ti, ¿qué estás estudiando?
- vengo de Corea y estoy estudiando arquitectura.
- suena interesante.
- si...
El viaje paso entre platicas triviales, supe que nació en Perth, estudia diseño gráfico y viajo a Corea para visitar a su abuela. El tiempo pasa rápidamente, pues al darme cuenta ya estábamos aterrizando.
Baje del avión y me despedí de Alicya, no sin antes intercambiar números. Mientras caminaba pude distinguir a Jennie entre el resto de personas, pues se estiraba para poder buscarme. Al verme sonrío y corrió hacia mí, para después abrazarme, yo gustosa le devolví el abrazo, pues ya había pasado un año de no verla y vamos, realmente la extrañaba.
- Chu, por fin llegas, te extrañaba demasiado. Vamos, tenemos que ponernos al tanto de todo lo que ha pasado.- dijo para después arrastrarme fuera del aeropuerto y dirigirnos a su departamento.
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.𝓫𝓸