Capítulo veinte.

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(forma de la cicatriz de Louis en multimedia)

Días después, Louis obtuvo es alta para mantener reposo en su casa, no podía caminar todavía y el primero en oponerse a dejarlo ir solo, fue Harry.

—No puedes irte así a tu casa, imagínate necesitas algo o tienes un accidente— Taylor asintió —tiene razón, no seas terco Louis, alguien tiene que acompañarte.

—Ven a casa con nosotros, estarás bien cuidado— ofreció Anne, con una mirada cariñosa —no podría aceptarlo, no quiero molestarlos más de lo que ya lo he hecho, estaré bien, puedo arreglármelas solo— asintió agradeciendo —dios mío, este hombre me saca canas verdes— murmuró Harry y chasqueó la lengua —ya ¿saben qué? no le pregunten nada, de todas formas a donde lo llevemos no puede escapar, le diré a Gemma que traiga el auto— resolvió el menor, saliendo de la sala, Anne y Taylor rieron —te secuestraron— se burló la rubia —no te rías, no es gracioso— se quejó —si lo es, porque te encontraste con uno más terco que tú.

—Siempre ha sido así, es muy obstinado— dijo Anne —así que o te dejas cuidar o te dejas cuidar, esas son tus dos opciones— volvió a reírse la investigadora. Louis suspiró resignado.

Minutos después, entró una enfermera con una silla de ruedas y Harry detrás de ella —Louis Tomlinson, tiene el alta y un control en dos semanas más, aquí está la bolsa con los medicamentos y las indicaciones para que los tome, es importante seguir un horario fijo ¿bueno?— Louis asintió —también es importante que siga los ejercicios que le indicó el terapeuta, siguiendo todo eso su recuperación será rápida—. Con ayuda de Harry, ambos acomodaron al investigador en la silla de ruedas y lo llevaron al estacionamiento.

Entraron a la casa junto con la investigadora y la familia Styles —vendré a verte mañana, se acerca el juicio de Angela y probablemente debas ir— Louis asintió —tráeme una copia del archivo oficial ¿bueno? y mantenme al tanto de lo que hagan.

—Está bien, ahora debo irme porque queda mucho que preparar para el juicio, nos vemos— se despidió la investigadora, haciendo un gesto con su mano y saliendo por la puerta.

—¿Y ahora cómo lo subimos?— preguntó Gemma, mirando a su hermano —yo lo hago, tú ponte detrás de nosotros y agárranos si nos caemos— bromeó Harry —¿subir a dónde?— preguntó el agente —a mi habitación— respondió el rizado —¿y tú dónde vas a dormir?— apuntó el sofá largo —aquí— Louis negó —no, no puedes dormir aquí en la sala y yo en tu cama.

—No me importa, tú debes descansar bien y estar cómodo— Gemma y Anne miraban la discusión con diversión, era todo un espectáculo de terquedad —pero es tu cama, yo dije que podía quedarme en mi casa— Harry negó —bueno pero no estás en tu casa, no molestas, relájate— dijo poniéndose en cuclillas frente a él —duerme conmigo entonces— la hermana y la mamá de Harry se sorprendieron, alzando las cejas al mismo tiempo, alguien iba ganando —quiero decir, tú en tu cama y yo en un colchón al lado, estaría bien para mí, pero no quiero invadir tu espacio completamente.

—Tú en mi cama y yo en el colchón, es mi última oferta— le tendió la mano para sellar el acuerdo, Louis suspiró y tomó su mano —bien, ahora subamos—. Ya arriba, todo estaba preparado para recibirlo, la cama estaba hecha y sólo lo recostaron encima.

Anne llegó a la habitación con una caja que tenía un colchón inflable y Gemma con sábanas para la cama improvisada y luego ambas bajaron a preparar comida para el invitado.

—No quería dormir acá porque tengo pesadillas en las noches y puedo despertarte— murmuró un poco avergonzado —¿aún las tienes?— preguntó el agente con tristeza —sí, son recurrentes, a veces no duermo por eso, pero si te molesto puedo bajar a la sala.

Bullets ; L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora