Capítulo catorce.

274 35 32
                                    

—No debí decir eso, fui un imbécil, creo que eres muy fuerte, disculpa si te hice sentir lo contrario— dijo con la cabeza gacha y las manos cruzadas por delante de él. Harry se mantuvo en silencio mirándolo —sólo quiero protegerte, me siento como un estúpido porque fui como esos papás que te protegen demasiado y terminan haciendo lo contrario, sé que eres alguien que puede con todo, no sé por qué mierda me estoy comportando así contigo, creo que tengo miedo de que algo vuelva a pasarte— Zayn levantó la vista a lo último que había dicho, Harry pensó que se veía como un cachorrito abandonado. El pelinegro suspiró —sé que no es excusa, pero es lo que siento, cuando desapareciste sentí que me iba a volver loco porque llegué a pensar que Adam te había hecho algo— Harry sólo se le acercó y se hundió en su pecho abrazándolo. Zayn exhaló sintiendo que ya había dicho todo lo que sentía —¿eso significa que me perdonas por ser un estúpido?— preguntó correspondiendo el abrazo —sí, no puedo estar lejos de ti muchos días o me da abstinencia— bromeó Harry y Zayn rió —sólo no vuelvas a decir cosas así, me dolió mucho— Zayn lo apretó contra él —lo prometo, lo prometo— asintió sonriendo.

Louis seguía haciendo papeleo del caso según lo que mandaban a pedir los abogados y encargados del juicio, mantenía su corazón dormido y su cabeza trabajando, sólo de esa manera podría sobrevivir al dolor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Louis seguía haciendo papeleo del caso según lo que mandaban a pedir los abogados y encargados del juicio, mantenía su corazón dormido y su cabeza trabajando, sólo de esa manera podría sobrevivir al dolor.

La puerta se abrió dando un portazo en la pared, Louis por reflejo se paró rápido y desenfundó su arma contra la persona frente a él.

—Tú— acusó entre sollozos la mujer —por tu culpa mi esposo está preso— Louis al verla guardó su arma y salió de su escritorio aún en alerta. Los guardias llegaron al oír el escándalo pero Louis les hizo una seña de que esperaran fuera, era algo que debía resolver él. —No es culpa mía, Marie, sabes que no es así— la mujer se acercó inestable y se afirmó furiosa en el escritorio —es... ¡es tu puta culpa!— tiró lo que había sobre el escritorio. Louis la tomó de los brazos y la inmovilizó en la pared para que no hiciera más destrozos —tu esposo es un asesino, eso no es mi maldita culpa ¿me oíste? si vas a reclamarle a alguien ve con él, yo sólo hice mi trabajo, nadie va a devolver las vidas que él arrebató, eso es lo que debería preocuparte— la soltó y Marie lo miró con los ojos llorosos pero inmediatamente recuperó la compostura y lo rebajó con la mirada ignorando sus lágrimas en sus propias mejillas —pero sí fue tu culpa que Frank haya muerto— la mandíbula de Louis cayó hasta el suelo —¿qué acabas de decir?— dijo acercándose lentamente a ella mientras sus dientes rechinaban de rabia —eres tan miserable que como tu novio murió, tienes que arruinarnos la vida a todos los que somos felices.

—¿Quién mierda te dijo eso? ¿a eso vienes? ¿a tratar de herirme?— se le acercó aún más y suspiró con ironía —¿tan rápido perdiste la cabeza porque tu esposo es un asesino? ¿así de débil eres?— atacó. Claro que podía tener la lengua filosa cuando quería, y era que Marie tocó un nervio que Louis no estaba dispuesto a dejar pasar —sácate el nombre de Frank de la boca, ahora sal de aquí antes de que llame a seguridad y te lleve al calabozo— finalmente retrocedió y se dirigió a su escritorio nuevamente.

Bullets ; L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora