Resopló con pesadez, quejándose libremente de estar cansado de aplastar el trasero durante hora y media en donde lo único que hacían era conversar en vez de pasar a la acción como ya estaba acostumbrado. La pesada mirada de South en su persona a modo de reproche no le provoco ni el más mínimo temor; si Mai quería quejarse, Mai se quejaría. La libertad de expresión era fuertemente apoyada por aquel albino.
Descruzo sus piernas solo para volver a cruzarlas, cambiando la posición de estas mismas al realizar dicha acción. Su tarea había sido asignada, no comprendía porque seguía allí cuando podría aprovechar esos preciosos minutos libres embriagándose con alcohol barato. Aunque, no podía engañarse a si mismo como lo hacia con los demás, solo quería huir como una maldita rata debido al sujeto sentado frente suyo.
¿Que le ocurría?, no le interesaba, pero si tenia una leve idea de porque no paraba de mirarlo. Lo odiaba, se sentía incomodo y expuesto, como si pudiera ver en su mente los momentos compartidos con el mayor de los Haitani; de igual manera, lo menos que necesitaba era una disputa poco favorable para la pandilla.
Volvió a resoplar de manera ruidosa, quitándose los molestos guantes para lanzarlos sobre la mesa. Parecía un niño berrinchudo.— Haces ese maldito sonido una vez más y te arrastrare hasta las vías del tren —arqueo sus cejas con desinterés, pasando por alto la sonrisa divertida tirando de los labios de Terano— Estas advertido
Mai se encogió de hombros, tiro su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y volvió a resoplar, esta vez con exageración. Le gustaba jugar con el peligro, incluso si eso significaba sufrir de primera mano una paliza de su líder.
Oyó una risita ahogada proviniendo de la dirección hacia donde había dejado caer su cabeza. Abrió sus ojos por inercia, deleitándose con la imagen del trenzado cubriendo su boca mientras aquel melodioso sonido escapaba de ella.
Katsumata Mai sintió sus latidos pegándose con descontrol a su pecho, durando un breve instante que le pareció una eternidad.Su alrededor no era el mejor entorno para perderse en sus pensamientos, más aun al tener compañeros bruscos en cuanto a lo que llamaban provocación, acabando más de una vez en una amistosa pelea para liberar el estrés.
Una mano, fuerte y grande, se encerró en su antebrazo y lo obligo con brusquedad a dejar la silla en donde se mecía corriendo el riesgo de caerse. Sus orbes marrones notaron con decepción que aquellas extremidades no le pertenecían al agradable sujeto que respetaba, todo lo contrario.— Mai, Shion —el gran joven delante de ambos quebró el silencio, mirándolos con seriedad— Encárguense de los inútiles de Roppongi que merodean por nuestras calles, Kanji los estará esperando para informarles de la situación actual
— Creí que eran demasiados "problemas" como para que nos encarguemos de uno en particular —el albino se soltó del agarre, mirando fijamente al representante con el ceño fruncido; estaba conteniendo su ira— Puedo hacer esto solo
— Escucha Mai, los malditos problemas de pareja que estén ocurriendo entre ambos debes dejarlos de lado para ocuparte de esto —palmeo su hombro y lo miro fijo con un deje de burla— Creí que sabias separar lo personal de lo laboral
Aquellas palabras colmaron la única gota de cordura que tenia, más no descargo toda su ira hasta que la fortachona figura desapareció por la puerta junto con los hermanos siguiéndolo —al menos lo que vio de soslayo—.
Su cuerpo se giro con rapidez, abalanzándose sobre el rubio a la vez que le propinaba un derechazo que lo desestabilizo y sin darle tiempo a responder se subió a horcajadas, encajándole golpe tras golpe en el rostro. Sus nudillos se tiñeron con la sangre ajena, pero antes de que siquiera pudiera sonreír con satisfacción, Madarame lo dejo debajo suyo, respondiendo a los ataques con excesiva brusquedad.
La sangre bajaba por su nariz, su labio ardía y el sabor metálico se apodero de su boca en poco tiempo. Jamas creyó que aquella escena que se desenvolvía entre ambos podría ocurrir. Jamas creyó que la relación caería tan bajo de lo que se encontraba.
Admitía que aun pensaba que era culpa de Shion, pero la mayoría de sus pensamientos lo declararon culpable de que todo se destruyera. Seguía siendo un mocoso que se dejaba llevar por las sensaciones efímeras del momento, creyendo ver en el rubio algo distinto al caer por él.La desgracia era que Katsumata Mai era muchísimo más que un corazon roto o perseguidor de una ilusión que la parte contraria no se molesto en aclarar.
Katsumata Mai era un adolescente en el fin de su etapa juvenil y con ella tenia planeado cerrar cualquier tipo de ciclo que le impidiera avanzar.¿Shion se encontraba en ese ciclo?.
¿Podía regresar a la misma mentira, falsa pero dulce?.
¿Que tanto significaba para él?.
¿Que era lo que veía en él como para pensar que aun podría tenerlo entre sus brazos?.
Mai era consciente que nada se arreglaba con un revolcón, sino que la situación de placer solo ocasionaba una calma antes de la tormenta, un desmayo antes de regresar a la realidad.
No estaba dispuesto a ofrecer y aceptar aquello.— Carajo, Mai —la voz agitada de Madarame entro por sus oídos— ¿En donde se encuentra aquella faceta tuya tan sumisa y obediente?, ¿Eh? —rio, causándole nauseas, pero solo atino a escupir la sangre que bailaba por su boca de lleno en el rostro— Sigues ensenándome ese maldito carácter tuyo que solo aumenta mi amor por ti
El albino lo tomo del cuello del mono, acercándolo a su rostro, fijando sus orbes marrones brillando de desagrado por él.
— Eres un hijo de perra, bastardo —lo empujo lejos de si, incorporándose con dificultad debido a lo repentinamente mareado que se sentía— Si me vuelves a tocar-
— ¿Que harás?, ¿Eh? —tomo su mentón con fuerza, obligándolo a verlo, aunque su vista fuera borrosa— No te olvides de quien es tu dueño, perra, o tendrás un castigo
Lo que sucedió a continuación fue confuso, se le hacia difícil mantenerse estable debido a los golpes en el rostro, pero aun así reconoció el sonido de unos pasos acercándose a la habitación de juntas —como le gustaba llamarla para que fuera más sofisticado— y detenerse delante de su figura acostada sobre la alfombra.
Un leve murmullo se abrió paso por el silencio. Un murmullo que sin comprender del todo, logro pintar una sonrisa en su rostro.
"No me rendiré contigo, Mai"
ESTÁS LEYENDO
𝑩𝒐𝒚𝒇𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅 ʰᵃⁱᵗᵃⁿⁱ ʳᵃⁿ
Hayran Kurgu«Tᴇ ᴠᴏʏ ᴀ ʀᴏʙᴀʀ ᴅᴇ sᴜs ʙʀᴀᴢᴏs» •Mᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ/ᴏᴄ •Cᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ 100% ʜᴏᴍᴏsᴇxᴜᴀʟ •Lᴇɴɢᴜᴀᴊᴇ ᴠᴜʟɢᴀʀ •Iᴅᴇᴀ ᴘʀᴏᴘɪᴀ, ᴄᴜᴀʟǫᴜɪᴇʀ sᴇᴍᴇᴊᴀɴᴢᴀ ᴄᴏɴ ᴀʟɢᴜɴᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴇs ᴘᴜʀᴀ ᴄᴏɪɴᴄɪᴅᴇɴᴄɪᴀ •Hɪsᴛᴏʀɪᴀ ᴄᴏʀᴛᴀ •Nɪɴɢᴜɴᴏ ᴅᴇ ʟᴏs ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs ᴇɴ ᴇsᴛᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ ᴍᴇ ᴘᴇʀᴛᴇɴᴇᴄᴇɴ (sᴀʟᴠᴏ Mᴀɪ ʏ...